Friday, October 28, 2011

The Last Day, or Day 10


Domingo, 2 de Octubre de 2011
La vida es dura cuando termina tu viaje a USA. Sobre todo si la última noche te acostaste a las 5 y no quieres perder la mañana vagueando, sino ir a desayunar bagels.
Después de dejarlo todo preparado, nos encaminamos en busca de bagels. Hice mi research y encontré no muy lejos un sitio que tenía muy buena pinta de camino a Pioneer Square y había bagels. Noah's Bagels. Así que fuimos hacia Noah's Bagels.
Pachi se paraba en cada esquina con su "dame un segundo" mirando la blackberry. A veces era para mirar el mapa, le concederé eso.
Llegamos a Noah's Bagels. En efecto tenía muy buena pinta, era un sitio estupendo con unas buenas vistas y arbolicos. Lo que pasa es que los domingos estaba cerrado. Sí, así de bueno fue mi research, amigos.
Así que luego decidimos ir al café más antiguo de Seattle, por Pioneer Square. Yo había pasado por allí ya el otro día y tenía una pinta excelente. De camino hacia nuestro destino se veían más y más fans de los Seahawks yendo al Sunday Football. Para mí eso era taaaan América, que estaba un tanto flipada. Pero tal vez no sea el mejor día y momento para ir a un café donde tienen teles y ponen deportes, verdad?
El primer café de Seattle estaba completamente abarrotado de Seahawks fans. Así que decidimos que no. Sugerí el Zeitgeist, mi café favorito, y allá que fuimos. Lo malo es que no habría bagels.
En efecto, a falta de bagels pedimos unos montaditos deliciosos de verduritas y mozzarella. Y unos soy lattes, of course. Me gusta que Pachi pida lo mismo que yo. El soy latte del Zeitgeist es el mejor.
Estuvimos cómodamente desayunando y viendo al perro de la foto, que era saludado por todo transeúnte porque era demasiado mono.
Y dimos un bonito paseo matutino, y vimos más y más fans de los Seahawks. Me paré en la tienda de conveniencia gigante y compré también el "ibuprofeno de cada país" de mis viajes y por supuesto una couk para fumar una última fika en la azotea.
Y así se hizo. Qué tristeza dejar Seattle en un día tan soleado y agradable.
Pachi me acompañó al Downtown Airporter y nos despedimos "hasta el año que viene, en Nueva York". Espero que suceda, amigos.
Mi aventura realmente podría terminar aquí, pero hey, queda absolutamente todo el día que pasé en los aeropuertos y los aviones, no? Es bastante fascinante (NO).
Al llegar a SeaTac dije "voy a fumar antes de no poder fumar en las próximas 13 horas". Vi que la zona de fumadores estaba justo debajo mío pero no vi un camino claro para llegar. Así que fumé ilegalmente como hacemos todos los fumadores en un lugar desierto donde si pasaba alguien a quejarse era porque se trataba de un desgraciado. Así que me eché esa fika.
Luego resignada, saqué mis botas de avión de la maleta y las metí en el bolso.
Fui a facturar y el mostrador de Air Canada estaba apagado y desierto. Dije "bien, mi aerolínea ha quebrado y no puedo ir a ninguna parte. Yuju?". Podía facturar en el mostrador de United (que odio) así que lo hice, qué remedio. Una china (classic) me atendió no muy amablemente, y me despedí con la incertidumbre de siempre de mi maletita.
Después vi que el sitio de fumadores que había visto desde arriba estaba ahí a mi lado. Así que dije "hey, no te esperabas poder echarte otra fika eh?" y fui muy contenta. Me ahumé con los yonkis que tienen cara de yonki y ya me fui satisfecha hacia el control de seguridad.
En el control de seguridad todo fue muy bien porque soy una versed traveller y no me hace falta que me digan que me quite el cinturón como a la gente absurda que pita. Digo yo, gente, que si sabes que vas a ir en avión, y que vas a tener que quitarte el cinturón, a lo mejor, no sé, se me ocurre que elijas un outfit sin cinturón para el vuelo? Colega.
Una vez pasado el control hice el clásico tour del aeropuerto a ver qué me ofrece. Pues no me ofrecía mucho. Mejor, me he gastado todo el dinero.
Estaba por un lado un burger king, con unas patatas fritas que me pedían que las consumiera. Por otro lado, un puesto de bagels. Y yo hacía tiempo ya que quería un bagel, recordáis? Qué dilema, a qué sitio voy?
Pues fui a los dos, claro! Bagels con patatas fritas, qué INVENTAZO.
Después de ese estupendo almuerzo, estaba lista para subir a la avioneta.

En la avioneta me tocó al lado de un señor que venía también a Londres vía Vancouver. Hablamos de por qué te reparten las tarjetitas de inmigración canadienses si nadie tiene boli. Él pidió un boli, yo decidí arriesgarme! Por si no me lo pedían. Al fin y al cabo no me iba a Canadá!
Llegamos a Canadá. Qué bonito aeropuerto. No llega a ser bonito y me lío a leches, porque joder, qué lejos está todo. Tenía delante en la cola a un señor de Amazon. Tal vez la mitad de Seattle trabaja en Amazon y la otra mitad en los Starbucks que sirven a los que trabajan en Amazon.
El de inmigración me cayó bien. Me preguntó que qué había hecho en mi viaje a USA. Y yo, que soy así, le conté que había estado en un montón de sitios. Luego a la mitad de mi historia me di cuenta de que le daba igual, que lo que quería era saber si era terrorista o traficante de armas. Todos son iguales.
En fin, aunque no he estado propiamente en Canadá, ahí está el sello en mi pasaporte. Siempre que pienso en eso me acuerdo de Sandra Bullock.
En Vancouver no hice nada. Esperar. Tenía delante a unos marines. Y eso me gustó.
Boardeé mi plane. Nueve horicas de nada. Por fin en este vuelo ponían Midnight in Paris. Le di al play nada más acomodarme, pero no paraban de interrumpirme azafatas, pilotos y demás con sus announcements.
Por fin la pude ver.
Tenía al lado a un treintañero poco gracioso y le ofrecí todos los platos para vegetarianos/veganos/intolerancia a la lactosa/musulmán/kosher/hindú/alérgico a las piñas pero no quiso ninguno.
Claro que fue en este vuelo en el que pedí un snack porque me moría de hambre en mitad de la noche. Me dieron unos asquerosos pretzels que nunca jamás volveré a probar. Y eso que tenía tanta hambre que podía comer hasta pretzels. Pues NO. Puaj.
Después traté de ver Green Lantern pero era bastante mierda. Así que la dejé. Normalmente yo esas pelis las veo enteritas y sin problema alguno. Creo que es culpa de la subnormal de Serena Van Der Woodsen. 

Vi unos episodios de Modern Family y Big Bang Theory, y seguí rechazando toda la comida asquerosa que me traían, y bebí agua y fui al baño a pasar el rato observando mi evolución de cara de avión unas cuantas veces.
Sé que al final vi Beetlejuice, y me dormí un poco cuando los Maitland están con sus trajes de novios.
Llegué a Heathrow, fumé sin parar(con los marines!), me fui al metro, tardé 200 años, y llegué a mi casa. No iba a dormir, pero dormí. Hogar, dulce hogar.
The End.

Monday, October 24, 2011

Bagels and Monster Mash, or Day 9

Sábado, 1 de Octubre de 2011
De nuevo, despertarse en Frisco, es irreal. Siendo sábado, las calles están más tranquilas y aún es temprano para que te invadan las hordas de turistas. Pachi quiero bagels! BAGELS! Despierta!
Hicimos las maletas y lo recogimos todo y después nos fuimos a buscar esos bagels. Encontramos un lugar donde desgraciadamente entró un filipino gordo con cresta que estropeó el ambiente cool. Pero cogimos un sitio en la ventana mirando hacia fuera, entonces no fue tan grave. Tomamos unos bagels, cafés, OJ y fresas. Qué buen desayuno completo. Bagels!!!
Luego nos dimos una vuelta por downtown, cruzándonos homeless y chinos o la variante "homeless chinos". Era sábado. Pachi decidió que iba a dejar su café a medias encima de una papelera en vez de tirarlo porque a lo mejor algún demente lo querría. Llegamos más o menos hasta la pirámide y decidimos volver zigzageando un poco las calles. Pero luego volvimos a la misma donde dejamos el café para comprobar si algún demente lo había cogido. Seguía ahí. Inexplicable.
Hotel, maletas, ascensor vintage en el cual básicamente puedes quedarte encerrado mientras vas a la máquina de hielo, y a la estación. Cogimos el tren que va al aeropuerto en Union Square. Nos fue bien. No nos perdimos. Y llegamos tras ver paisajes de casas de esas que son feas y de gente que vive del subsidio pero que en Londres costarían £3,000,000.
En el aeropuerto me hicieron pagar las maletas. Tendría que haberme fiado del twitter de Elizabeth Banks cuando dijo que no cogiésemos vuelos de United Airlines, pero es que pensaba que lo decía porque era rica y pija.
Había muchos restaurantes donde picar algo y Pachi quiso unos udon japoneses que parecían anguilas bebé muertas de anemia, pero le gustaron mucho. Yo decidí comprar unos M&Ms y comer pipas, todo lo demás era demasiado caro para la mínima cantidad de placer que proporcionaba.
Nos cambiaron la puerta de embarque en el último minuto y Pachi casi se pierde por un pasillo automático y tuve que ir a buscarle mientras él pensaba que habíamos partido sin él. El avión era muy cutre y estaba lleno de... sí, chinos! Nos aseguramos de que íbamos a Seattle y no a Beijing. Pachi se sobó y yo vi 30 Rock y Rules of Engagement que lo ponían en la tele del avión. Y un documental sobre los oseznos de Yellowstone. Lo pasé bien.
En Seattle cogimos nuestra ya de sobra viajada Downtown Airporter Shuttle y nos llevó a nuestro hogar. Cigarrillo en la azotea de inmediato!!!!!!! Eso lo primero. Lo segundo, yo me fui a comprar un bagel porque tenía hambre. Y unas Alaskan Beers como eran de merecer. Luego volví a la azotea. Estuvimos allí disfrutando del atardecer y las cervezas y sobre todo, ya sabéis, los cigarrillos.
No conseguimos convencer a Javier para que se viniese a nuestra fiesta del terror, pero a Eva sí. Nos fuimos a ponernos nuestros disfraces de muertos. Pachi iba de Pachi en 2003. JAJA. No, iba muy elegante, con cara de muerto. Y yo iba de subnormal. Y Eva de montañera muerta con un camisón de Pachi.
Cogimos el monorraíl espacial ese que te lleva a la Space Needle. No veas si mola. En primera fila, casi me cago de miedo, oscilando hacia los lados. Tengo que volver al Parque de Atracciones.
Llegamos y empezamos a ver gente muerta entrando. Eso estaba bien. Por mi culpa, estos se quedaron hambrientos, ya que yo había asegurado con total confianza que seguro que allí habría algo de comer. Así que la alimentación fue el ya catado zumo de cebada. Mucho.
Llegamos y salieron a tocar los Talking Deads ("Zombie Killer, Qu'est-ce que c'est"). La tía de los coros molaba, iba vestida de Manic militroncho sólo que zombie.
Vimos la exposición de cosas de cine de terror, el fotomatón de los gritos, la pantalla de las sombras terroríficas... Pero sobre todo yo vi la zona de fumadores. Había un tipo vestido de Winnie The Pooh. Por qué no.
Yo me perdí el concurso porque estaba fuera, pero ganaron Beetlejuice y Lydia y eso estuvo bien. Molaban. En la pantalla vimos un buen rato de Terroríficamente Muertos, con la que casi muero de risa, y un rato de El Resplandor, con la que casi muero de miedo. Luego tocó un tío de mierda con una boa que parecía de los que tocan en las bodas de Resacón 1 y 2. Es decir, MALO a posta. Qué terror.
El fin de fiesta fue el vídeo de Thriller, con happening de parte del público incluído. Bastante mítico. La música en general fue muy infernal. Cuando pensé que iban a poner Seven Nation Army era un remix repulsivo. Así que al terminar, cogimos un taxi. Yo dije "hey, y si vamos a Capitol Hill en lugar de a casa?". Eva no quiso. Pero Pachi y yo nos fuimos a ver qué se cocía en el barrio.
Lo primero fue intentar ir a un club. No teníamos dinero y no aceptaban tarjeta para la entrada. Luego nos encontramos a un DJ y a su novia loca que nos convencieron para ir a su club alegando que pondrían Suede y Echo and the Bunnymen. Fuimos a buscar un cajero.
En el camino vimos los perritos calientes vegetarianos en el puestecillo del Comet y decidimos comernos unos. Había unos borrachos que le preguntaron a Pachi que si quería que le cortasen la salchicha por la mitad... ...
Conseguimos reunir a base de billetes de un dólar la tarifa apropiada para entrar en el club. Resultaba ser el club gótico. Había un columno, una llaverito... todos ahí solos bailando un remix de Sisters of Mercy. Pachi y yo fuimos contentos a la barra "TWO BEERS!!!"... Resulta que en el estado de Washington está prohibido servir alcohol a partir de las 2 de la mañana. Menudo golpe. El camarero nos ofreció unos chupitos porque era lo que nos daba tiempo a bebernos. Pachi aceptó. Se llevó su chupito a nuestra mesa y lo miramos con tristeza.
El camarero apareció y dijo "tienes que beberte eso ya". Y no se marchó hasta que el pobre Pachi se lo bebió de un trago. Menuda es la fuerza de la ley de América, amigos.
Ni que decir tiene que el pincha no puso ni Suede ni Echo. Lo único que conseguimos fue la tarjeta de visita de la loca de su novia que tenía un negocio de hipnotismo y terapia natural. Menuda loca. Después del timo del club y la derrota, nos fuimos andando a casa por la ya de sobra conocida ruta.
Cervezas en la azotea y más cigarrillos en la oscuridad. Y a dormir. Qué bien se duerme en Seattle.

Thursday, October 20, 2011

Day O, or Day 8

Viernes, 30 de Septiembre de 2011
San Francisco, California.
Toco mis bongos, escucho a Beta y luego plancho mi cabello.
Levantarse por la mañana y estar en San Francisco triunfa. En mi línea, me levanté temprano, me puse las botas y me fui al Deli de la esquina a ponerme las botas.
Nos había costado dos viajes a recepción aprender a manejar la ducha, que Pachi insistía estaba rota. No, no estaba rota, es que era muy moderna.
A pesar del beatnikismo me hice una coleta chacha y nos largamos a hacer "San Francisco in a day". El destino elegido era la bahía por Pacific Heights. De camino, por la cuesta infernal de Taylor Street (INFERNAL TE DIGO) fuimos a un café que tenía un par de hipsters con sus laptops en la puerta y pedimos nuestros soy lattes. Qué ricos. Vamos a subir la cuesta con un café y un cigarrillo, que es super buena idea.
Mola bastante zigzagear por esa montaña rusa de calles y empezar a ver el mar en cierto momento. Llegamos al parquecillo de San Francisco Maritime y nos sentamos con las gaviotas en las escaleras. Compramos agua y couk y uno de esos zumos orgánicos que le gustan a la Rata. Tomarse eso viendo Alcatraz y el Golden Gate en el sol de California echando una fika proporciona un nivel de flipación de .456 isoflípetos, especialmente para una fan de Nic Cage como yo.
Primer sitio en el que me habría quedado 7 horas chilling. Pero hay que seguir. Caminamos por la costa, por la pasarela, por el acantilao, por un bosque de pinos, por un parking, por un puertecillo de barquitos de millonetis... you get the idea. Todo esto viendo perros bañándose en el mar.
Fort Mason Green, Marina Green... Con el puente de fondo. Aquí había paseadores de perros con entre trece y veinte perros por cabeza, de todos los tamaños y formas. Nos gustó especialmente un basset hound porque nos acordamos de esto. Yo no podía parar de decir "ayyyyy!!! pero miraaaaa!!! ohhh!!! y eseeee!!! joooo!". Sí, los perros.
Este camino empezó a ser demasiado largo y vimos que si queríamos volver a lo mejor teníamos que pasar por el sitio de obras donde entierran en cemento fresco a todos los mafiosos de segunda en California. Así que retrocedimos un poco para volver a adentrarnos en la ciudad. Pasamos, aunque de un poco lejos, por el lugar donde Sean Connery queda con Claire Forlani antes de que le detenga el FBI. THE ROCK ROCKS.
El siguiente paso era ir a Steiner Street a ver la casa de los Hillard. Sí, Señora Doubtfire, queridos. De camino para allá a Pachi le entró hambre y acepté su premisa de entrar en un grasiento a la par que entrañable diner regentado y visitado por México entero. Me pareció un buen lugar local, ya que es donde estaban comiendo los obreros. Pedimos patatas fritas y cerveza (hoy menú) y Pachi una serie de veganidades como champiñones y algo más. Con una Pepsi small (1530ml) y por supuesto, cigarrillos, seguimos subiendo cuestas. Me senté en un árbol. El Pec común no lleva bien las cuestas.
No fue difícil llegar a la casa de Señora Doubtfire donde me hice una foto haciendo "Dude Looks Like a Lady". Los coches se esperaban mientras Pachi hacía pruebas fotográficas desde la acera de enfrente. No sé, pero algo me dice que no debe de ser por costumbre. Aunque si hay pregrinaje a la casa de Señora Doubtfire, el año que viene me apunto.
Después de eso cogimos un buseto local a Castro. Da gusto ver las cuestas sentao. En el camino a Pachi se le abrieron los ojos en su más pura faceta "Joaquinín" a la vista de una tienda gigantesca exclusivamente de chorradas para Halloween, abierta todo el año. Le dije "quieres que nos bajemos aquí? No estamos muy lejos" y prácticamente se levantó y salió corriendo del autobús empujando a todos los demás pasajeros en un ataque de adrenalina. Bueno, en realidad simplemente se levantó muy contento y procedió a salir del autobús.
En la tienda de Halloween nos recibió un zombie que percibe el movimiento y gatea por el suelo a tu llegada. A su lado, otra especie de momia que hacía las veces de máquina de humo. "Jijiji". Este Pachi.
Allí me probé un casco de vikingo y jugué con una espada medieval, y fui a ver si encontraba algo para mi disfraz. Pachi compró maquillajes de piel muerta verde y unos guantes baratos, nadie sabe muy bien por qué. Yo compré unos colmillos y una peluca. Nos atendió un tipo vestido de The Cat in the Hat por alguna razón. Bastante gracioso.
Tan contentos, salimos de ahí y nos aventuramos por Mission/Castro - el mejor barrio, claro. Hipster y gay, siempre es un triunfo. Calles bonitas, edificios bonitos, palmeras y sol. Vimos una tienda orgánica de esas y nos metimos a comprar algo para tomarlo en Dolores Park. Pachi y sus zumos y ensaladas de patatas, yo una ginger beer y un chocolate con sal. Qué rico, tron. Dolores Park es la colina esa que sale en la foto, un montón de verde con un montón de hipsters haciéndose fotos, jugando con perros o tocando los bongos. Había un bull dog francés que jugaba con una especie de boomerang/pelota/mina antipersona que se lo estaba pasando de muerte. Lo estuvimos observando largo y tendido. Al sol, con nuestras bebidas y cigarrillos, fue un momento de verdadera felicidad. Este es el lugar donde, de estar un día más en San Francisco, también habría pasado toda la tarde. Pero teníamos que seguir.
Tranquilamente paseando por Mission nos dirigimos hacia el centro de nuevo, viendo edificios preciosos con street art, hasta que Mission se convirtió en una mierda de carretera gigantesca con garajes de Joe y cosas así y cambiamos a Market St. Allí nos invadieron los turistas y los homeless dementes. Curiosa combinación.
En el camino queríamos parar a echar una fika, pero no encontramos ningún sitio donde me pareciese que lo haríamos cómodamente, ya que algunos te miran con odio por fumar a menos de 7 metros de distancia y otros te piden dinero para droga. Decidimos que lo más sensible era coger unas cervezas a ir a fumar a la ventana del hotel, mientras mirábamos en el periódico y en la Blackberry qué bareto nos ofrecía la mejor escena musical esa noche. Desde la ventana vimos a una china en monociclo. Procesad eso. Una china. En monociclo. En San Francisco. El resto de la noche estuvimos bromeando con "mira, en esta cuesta es donde se ha partido la cabeza la china del monociclo". La gente demente, estrellas de California.
Por supuesto el mejor bareto era el día anterior, y el segundo mejor bareto, el día antes. El día de hoy hubo que conformarse con el prospecto de ir a ver qué se cocía en una fiesta Surf. Pero antes queríamos checkear out de nuevo City Lights y todo ese barrio. Estuvimos viendo libros un buen rato y estuve tentada de comprarme uno. Busqué poesía beatnik para el hermano, pero todas las portadas eran feas. And what's the point, right?
Después de unas foticos y unos garbeos nos metimos en el Vesuvio, gran gran bar, lleno de cosas, cosas por todas partes. Hasta el baño era espectacular. Disfrutamos de una cerveza al lado de la ventana.
Hablamos con Silvia y nos invitaron a su casa a tomar algo en su terraza. De camino para allá pasamos una casa con un patio gigantesco y una puerta de hierro preciosa y aquí es donde dijimos "Joder con la peña. Qué cabrones".

Luego mirando la dirección de Silvia "oh". Esa era la maravillosa casa donde vivían. Menudo patio. Nos fuimos a por unos Tostitos y unas cervezas y luego volvimos. Estuvimos charlando en el salón y escuchando algo de música. Chilling evening in San Fran. Yo dije "bueno vamos a la terraza a fumar?"...
Dios mío. Qué tejado. Dios. No he visto nada mejor en toda mi existencia. Las luces de Bay Bridge y la Transamerica Pyramid en la noche fresca de la costa Oeste. Nunca olvidaré la felicidad y el sentimiento de BUAH CHAVAL-ismo que me invadió, con mi fika y mi alaskan lager.
Nos fuimos porque nos íbamos a la fiesta Surf, que si no, acampo en ese tejado para el resto de mis días.
Nada más salir por la puerta, nos quedamos parados. Eran las 12. Merece la pena irse hasta la otra punta de la ciudad para ir a una fiesta surf? No. Vámonos.
Tras un día largo de cuestas, sol y diversión, y tras fumar y beber cerveza en la ventana, irse a dormir a tu cama de un sucio hotel de downtown con moqueta es simplemente excelente.

Monday, October 17, 2011

California, or Day 7

Jueves, 29 de Septiembre de 2011

Sinceramente, nunca pensé que amanecería en un motel de carretera. Pero sí, lo puedo poner en mi lista de cosas que he hecho en la vida como si fuese una rock star.
Hice un café de filtro americano slash arábigo en la habitación y salí a fumar un cigarrillo en la fresca mañana de Yreka, California, en pijama.
El señor de la habitación de enfrente salió a pasear a su perro y escupió al suelo. América.
Aunque habíamos preguntado a la regente hindú que dónde podíamos ir a desayunar en ese entrañable pueblucho, decidimos no ir y emprender nuestro camino a San Francisco lo antes posible. Una pena, el sitio se llamaba algo así como Grandma's y seguro que era de esos que venía la camarera a tu booth con un refill de café de filtro repulsivo y decía "garçón significa chico". Oh, well.
Las carreteras de Yreka eran bonitas porque estábamos al lado del Mt Shasta National Park. Decidimos buscar algo para desayunar por ahí. Eso nos llevó al pueblo de Mount Shasta, Población 3,394. Encontramos la tienducha de conveniencia de Mabelle (nombre inventado) y allí Pachi fue feliz con una ensalada de patata más. Él come eso, yo Tostitos. Cogimos nuestro desayuno y dimos con lo que parecía un parque pero luego era el patio del colegio más gigante de todo California, con la montaña de fondo. Nos sentamos en una mesa mirando el paisaje y comiendo cosicas. Luego aparecieron los niños a hacer clase de gimnasia. Estaba claro, sólo viéndolos, cuáles eran las populares, las marginadas, los capitanes del equipo de fútbol... A los 11 años ya lo tienen bien claro.
Cuando íbamos a echarnos la fika, decidimos que probablemente nos deportarían por fumar en el patio de un colegio, así que nos fuimos al coche para seguir nuestro camino.
El resto del camino, una vez pasado el parque nacional, era muy feo. Olivos y olivos y llanuras amarillas. Y ni siquiera pasamos por Idiotville ni Vacaville ni sitios con nombres de los que uno se puede reír.
Alrededor de las 2 de la tarde ya se veía la ciudad en la lejanía. Cruzamos el Bay Bridge, mirando el downtown, y con unas buenas sonrisas. No me puse flores en el pelo, ni dejé mi trabajo en la ciudad. Lo siento, lo tendré que dejar para la próxima visita.
El punto de entrega del coche era a una manzana del hotel, así que fuimos a dejar el coche primero. Nos atendió un chino que se parecía al chino que siempre hace de malo en las pelis de acción (el de La Jungla de Cristal y El Último Gran Héroe... este) sólo que en viejo y más desagradable. Allí es cuando me di cuenta de que no estaba en San Francisco, sino en el corazón de Shanghai. Todo el mundo es chino. Adiós, Toyota, y adiós, Zorra (como bautizamos a la del GPS). Nos habéis dado unos buenos ratos.
Con las maletas, al Post Hotel. Nos atendió un señor que Pachi insiste en que era mexicano, pero no es cierto. Car no habría podido aguantarlo "Le pasa algo extraño a su ojo raro?".
Nuestra habitación daba a la calle en un ventanal magnífico donde más tarde descubriríamos que estaba el mejor bar de la ciudad: Cervezas y cigarrillos en el alféizar. Pero ahora era el momento de salir, lo primero, a tomar una buena cerveza tras 2 días de carretera. No sé si he mencionado ya que en América no saben tirar la cerveza, debe de estar prohibido por la ley o algo así. Pero bueno, una cerveza, bien o mal tirada, era de agradecer. Nos metimos en el primer sitio que vimos, un sports/piano bar bastante mítico aunque algo turístico, Lefty O'Douls al lado de Union Square. Menuda cerveza rica.
Luego fuimos a comprar más Bud (king of beers) a un badulaque donde nos atendió un tío que estaba tan fumao que no sabía ni qué nos estaba vendiendo y nos las subimos a la habitación para ir preparándonos para salir.
Esa noche habíamos quedado con Silvia y Marcus, unos amigos de Pachi de sus tiempos en otra .com, para ir a un concierto de un tipo que podía haberme gustado en la California Academy of Sciences. Menudo sitio. En medio del Golden Gate Park, con una balaustrada impresionante, fuentes, verde, ratas! Sí, aparte de Stinky, vimos una rata correteando feliz y salvaje en el parque.
En el sitio pedí unas cuantas miles de birras de $4 pero cuando llegó el momento de ver el concierto, me dijeron que había pingüinos. Pingüinos! de verdad! Entonces me fui a verlos. Menudas cosas monas que son, colega. Cuando volví, como no veía nada como siempre en todos los malditos conciertos por mi altura (or lack there of) dije "voy a fumar". Pachi me acompañó y decidimos después dar un garbeo por el acuario entre las hordas de hipsters. Ahí ya se me fue la olla MGMTiana, sobre todo cuando pusieron Electric Feel mientras veía las anguilas eléctricas en vivo. Había unos cachodepeces que no parecen del mundo real. Hoy veo Finding Homo. Finding Homo. Finding NEMO! (http://damnyouautocorrect.com/13203/the-search-is-on/)
Cuando volvíamos tenían unas quesadillas (pronúnciese como Owen Wilson) y nos dieron envidia y fuimos a por más. Total, nos perdimos el concierto. So what, who cares. La verdad es que estuvo muy bien porque a Silvia le habían regalado las entradas.
Nos fuimos de allí por John F Kennedy Drive y cogimos a un taxista loco para ir al barrio beatnik. Muy bonito y super beatnik por un lado, claro, pero un tanto asqueroso, lleno de pervertidos en los sex shops y esas cosas.
Estuvimos en el Specs, un bar lleno de dementes, como es habitual. Nos persiguen. Nos tomamos unas cervezas con un señor al piano. Había muchas muchas cosas en las paredes y muchos dementes. Gran sitio. El demente en concreto de hoy era un hindú con los ojos blancos como el niño zombie de Super 8, al que seguimos viendo a lo largo de la noche.
No sé a qué hora ni nada, pero después de eso partimos hacia el hotel. Había sido un día largo. Fuimos andando por las CUESTAS INFERNALES, pero siempre es mejor subirlas que bajarlas. Subir puede ser tu muerte, especialmente si decides que es el momento de echar una fika, pero bajar es como estar en el edificio de Aventuras en la Gran Ciudad con resbalasuelas. Debería haber peña en la cima sujetándote con un arnés.
Another day, another dollar.

Tuesday, October 11, 2011

Andy, eres una Goonie! o Day 6

Miércoles, 28 de Septiembre de 2011

El día anterior habíamos llegado en total oscuridad. A mis usuales horas intempestivas de la mañana yo ya estaba en pie mirando por la ventana. La niebla cubría el río, las vías del tren, las rocas y las focas. Una escena totalmente oregoniana. Salí a echar una fika en pijama y cogí un café en la recepción del hotel. La anticipación podía conmigo. "Vamos Pachi, vamos! Es hora de ir a los muelles de Goon!"

Desayunamos en el hotel un par de cosas asquerosas mientras leíamos salmos que tenían en display. "Vamos! Goonies!"
Con el GPS encontramos fácilmente la casa de Mikey. Oh my God Oh my God Oh my God. Está subiendo una cuesta en una calle residencial, con su cartelito de GOONIES. Creo que nunca creí verdaderamente que llegaría a ver este lugar en directo, es uno de esos road trips que dices "ojalá pudiera ir" pero que realmente a nadie se le ha perdido nada en Astoria. A mi sí. Eso nos convierte en los más ricos de Astoria... Hice el supermeneo, dije "dame mi bici, quiero mi bici" y básicamente flipé muchísimo. Miraba la casa de Data, a ver si salía por la ventana, pero sólo era un miércoles por la mañana y además 2011, año en el que no pasan cosas. Nada como 1985 o 1632.

Pachi me dijo "bueno, ya" así que nos subimos al coche y fuimos a la cárcel a ver la ultima residencia conocida de los Fratelli. Volví a decir todo lo que tenía que decir (gilipollas, crees que soy tan imbécil como para suicidarme? etc.) e hicimos más fotos. Me las estropearon un poco una pareja de rednecks en su pickup que estaban ahí en la puerta con su aspecto deplorable.

Y ya sólo quedaba el museo del Sr Walsh. Fuimos y saludé con la mano al padre imaginario de Mikey y Brand. Ya era el momento de ir a la 101.

Adiós, Astoria, paraíso de las madres divorciadas! (no hay que olvidar Poli de Guardería)

La niebla se había ido disipando y condujimos por la costa hacia el sur. Cada lugar que pasábamos era más impresionante que el anterior. Nuestra idea era no parar hasta Rockaway Beach, pero al ver de lejos lo que prometía Cannon Beach dijimos "vamos ahí ahora mismo". Ahí estaban las rocas gooniescas y una playa infinita de arena otoñal maravillosa. A mí no me sorprenden estas cosas tanto porque he visto demasiadas películas, pero realmente el Pacífico es grande y este camino es digno de un documental o de una buena peli como Without a Paddle.

Seguimos, seguimos entre los bosques, los lagos y las playas, hacia el sur. Hubo que salir de la gran 101 porque si no no íbamos a llegar nunca a nuestro destino. Decidimos que comeríamos en Salem, capital del estado. Allí yo ya había echado el ojo a un café hipster que tenia fixies colgadas de las paredes de ladrillo. Salem es un pueblecico, por muy capital que sea. Y como pueblecico lo que contiene es gente maravillosa y local que te trata con amabilidad como turista mientras saludan a los habituales "Hey Joe, cómo está la yegua?".

Comimos en Casey's Hotdogs. Menudo sitio bonito. El colega de la caja HOW YOU DOIN' FOLKS era lo mejor. Me ofreció una bebida de Cola producida por el estado de Oregon. No, gracias, Casey, keep your moonshine y dame mi Diet Coke. Lo mejor de America es que siempre hay Diet Coke, no importa donde estés. Bueno, lo mejor de America es TODO, pero ya me entendéis.

El local estaba decorado con fotos de pelis antiguas y de celebrities que firmaban su propia foto como en Katz. Había una del Presidente Obama, pero no sé yo cuán real sería. Una de las fotos era de Laurel y Hardy riéndose con un policía que trataba de multarles, y Pachi y yo bromeamos con que éramos nosotros cuando tratasen de ponernos una multa por exceso de velocidad.

Tras una comida estupenda de veggie burgers y patatas fritas enroscadas, fuimos al Governor's Cup (el café hipster) y pedimos 2 soy lattes para tomar echando una fika. Todo iba sobre ruedas. Volvimos al coche y a continuar por la Interstate 5. Nuestro plan: dormir en California. No estaba claro dónde, pero donde llegásemos.

Tan contentos, jugando a juegos, por la autopista, mirando el paisaje y los camiones relucientes americanos, parando en un laguito a hacer fotos, riéndonos del pueblo llamado "Hebo"...

"Pec, cómo andamos de gasolina?"

"Ahivá"

"Vale, la próxima gasolinera donde está?"

"A 5 miles. Vamos"

Brrrrrrrr

Brrrrrrrrrrrrrrrrrrpof cof cof

Gggggggggk

-

tictictictictic

Pues sí, nos quedamos sin gasolina en medio de Oregon, gracias.

Llame a AAA para que vinieran a traernos gasolina. Marjorie, o como quiera que se llamase, me hizo muchas, muchas preguntas. La última fue "Y donde estáis?" "En medio de la nada, Marjorie, en frente de la granja abandonada del Unabomber y a medio camino entre Salem y Eugene, OREGON". "No os encuentro, seguro que estáis en la I-5?" "Sí, Marjorie, aquí en el puente de Lynn Way Drive, antes de la 228" "Vale, ya os tengo, voy a ver si puede ir alguien a ayudaros, te pongo en espera"

Marjorie me tuvo en espera hasta que la llamada llevaba 43 minutos. Alguien podía venir a traernos gasolina en una hora, hora y media. "Vale, gracias Marjorie, aquí estaremos, ya que no nos dejáis andar por la autopista hasta la próxima gasolinera" ""That's very dangerous, Mrs Navarro, I wouldn't recommend it".

Así que hicimos el pacto de no cabrearnos y seguimos jugando. Hacía sol y teníamos cigarrillos, y los granjeros de marihuana y sus rifles de asalto parecían no estar en la granja ese día. Jugamos a pelis con el alfabeto, grupos con el alfabeto, personajes de ficción con el alfabeto, personajes de nuestras vidas con el alfabeto, animales famosos con el alfabeto... Parecía que iba a dar de sí la cosa. Por fin recibí una llamada de un tipo muy amable "Hey, estoy en camino! Solo tengo que parar a coger gasolina y estaré con vosotros en 10 minutos!" Aleluya. Diez minutos después "Oye, no os encuentro". Recibo otra llamada, esta vez de una compañera de Marjorie. "Hola, estáis seguros de que estáis en la I-5?" "Sí, bastante seguros". "Os estamos buscando por aquí por Mount Vernon" "Quién dijo Mount Vernon?? Estamos en Oregon" "Qué?! La camioneta os busca casi en la frontera con Canadá" "Y POR QUÉ?!"

...

Tras jurar enemistad eterna a Marjorie la traicionera, le di mis coordenadas a una nueva asistente.

...

Jugamos a insultarnos con el alfabeto? ANORMAL

...

Y entonces fue cuando también nos quedamos sin batería en el coche.

...

De repente, detrás nuestro, apareció un flamante pickup del que salio un señor con su gorra y su camisa de taller con su nombre. Su nombre era CHUCK. Estábamos salvados. Chuck!

Chuck era el más auténtico. Chuck nos preguntó por qué demonios íbamos a San Francisco. Se rió un poco de nosotros, y luego un poco más. Para los fans de El Ala, sólo puedo decir "20 hours in America".

Pachi firmó el recibo de nuestros males, cubiertos por el seguro de Avis, y Chuck se rió de su firma, claro.

Agradeciendo a Chuck toda su ayuda, fuimos a la gasolinera, que estaba a 3 miles, y llenamos el depósito por el risible precio de 39 dólares. Hablé con el gasolinero de los precios de combustible en Europa. Otro tipo estupendo e increíblemente folksy.

Pachi salió todo contento con una bolsa de Tostitos para mí. Por supuesto eran los Tostitos que no eran, pero resulta que no había de otros. "Hint of Lime". No los probéis jamás.

Habían pasado unas 4 horas, en ese lugar. De todo Oregon, el sitio feo. Decidimos seguir sin descanso hasta Yreka, California.

Pasamos parajes preciosos y otros que no lo eran. Y cayó la noche. Sobre las 10 paramos a comer cheesebread en una gasolinera grasienta de Myrtle Creek, Oregon. Qué gran sitio deplorable. En este punto fue cuando jugamos a encadenar nombres de grupos con la última letra del grupo anterior. Como era de esperar si te paras a pensarlo, todos los grupos empezaban y terminaban por S. Qué suplicio.

En la noche, con los programas de radio cristianos de nuevo, cruzamos la frontera y llegamos a California. Qué emoción.

Yreka, lugar de paso para todo roadtripero, nos esperaba. Elegí un motel que recomendaba tripadvisor en la Blackberry, el Mountain View Inn. Despertamos a la hindú que lo regentaba, a eso de las 23:30, y nos dio una estupenda habitación en la que sólo había una araña y que tenía la mejor ducha que me di en todo el viaje. La mañana siguiente es ya otra historia.

Monday, October 10, 2011

It's Tuesday! or Day 5

27 de Septiembre de 2011
Levantarse, hacer la maleta, ducharse, dejarlo todo preparado antes de que vinieran los de la limpieza. Vinieron mientras estaba en la ducha y tuve que decirles que volvieran más tarde. Eran 4 personas. Tampoco es un piso tan grande. Jesus.
Planes del día: ver CASI TODO lo que me queda por ver de Seattle. Lo primero era por supuesto encontrar un café rico y no Starbucks, no Tully. Así que salí a las calles. Decidí que antes de eso podía ir de tiendas a la Quinta Avenida. Entré en un Banana Republic donde una americana majísima, como todas, se ofreció a EMPEZAR un probador para mí. Decidme, sabéis lo que es eso? Me quedé perpleja. Te van cogiendo la ropa de las manos y te la dejan en tu probador! Ahh Stacey, nunca te olvidaré, a pesar de que no te compré nada. Y me he inventado tu nombre, porque realmente aunque me lo dijiste, lo he olvidado.
Luego en el H&M ya me hice un par de indulgencias. Ya sabéis, para el road trip... El cajero del H&M me dijo, como todos "how are you today" y yo le dije "pues muy bien y tú!" y me dijo "jo, eres la primera persona que me habla en todo el día, gracias". Pobre gente, con lo majos que son todos en el sector servicios y lo que reciben a cambio.
Tras mis compritas dije "vale, ahora sí que quiero un café" y me encaminé a Pioneer Square, esperando encontrar el sitio perfecto en mi camino. Sólo había Starbucks. Casi me rindo a uno, cuando vi, en una plazuelita, a una gente de esta que tiene mucho tiempo libre con pancartas y banderas. Eran un pequeño grupo que quería que sus soldados volvieran a casa desde Afghanistán, Iraq y Pakistán. Me emocionaron, Los coches respondían bien a su "Honk if you want our boys back". Era un día soleado y aquello fue bonito. Así que decidí que no me rendiría hasta encontrar el café perfecto, igual que esta gente rara de origen granjero no se rinde a la sociedad opresora.
El barrio de Pioneer Square es una maravilla. Está plagado de locos, cristianos y homeless, pero es auténtico y añejo. Allí encontré mi café: Zeitgeist Café. I mean, that's gotta be local hipster, right? Pedí un café de un millón de dólares, y vi la exposición de Deborah Faye Lawrence que me moló mucho. Me tomé mi café fuera, en la terraza, en una mesa que a mi juicio estaba pasados los 25 pies de distancia de la entrada, y disfruté de una buena fika al sol.
Tras esta magnífica pausa, seguí caminando por el barrio, viendo cada vez más "Jesus loves you" y viendo el estadio de los Seahawks y los Mariners. Mooola.
Decidí comer. Ya sabéis que a mí no me gusta parar para comer salvo que sea en un sitio perfecto con patatas fritas. No encontré ninguno hasta University St con la 4th Ave, pero allí estaba, el Organic No Sé Qué Leches donde te hacían sandwiches. Así que pedí un buen sandwich de mozzarella con pesto y tomate. Y me lo llevé a comer a la azotea de casa. Estuve con los perros del edificio mientras comía, y me fumé 7 u 8 fikas post-almuerzo, al sol. El soool, el sooool. Ahhh.
Luego me encaminé hacia el norte para ver Volunteer Park y Capitol Hill, el barrio hipster. En Volunteer Park vi miles de ardillas que saltaban 3 metros porque sí y recogían frutos de los árboles. También encontré el Conservatory, donde había plantas raras y señoras que las cuidan porque sí. En ese parque las cosas se hacen porque sí. Me senté a echar una fika enfrente del lago de agua potable mirando la space needle a lo lejos (porque sí).
El camino por esas calles me parece que es por donde está la casa de Singles. Todas son casas impresionantes que por supuesto no tienen por qué ser de ricos, ya que esto es América. En las ventanas había siempre gatos tomando el sol. Luego las casas de enfrente del parque sí son de millonarios porque, quién si no un millonario tiene una casa en un árbol? EH?
Capitol Hill - vegan organic neighbourhood. Por allí di un buen paseo observando gente y tiendas. Hasta encontré una de segunda mano donde, a pesar de su olor, me probé unas gafas de sol. Me dio rabia no poderme quedar a esperar a que cayese la noche y ver cómo los coolest kids on the warehouse rave salían de sus madrigueras. Pero debía encaminarme en busca de Pachi y nuestro coche de alquiler para partir.
Llegué al Avis muuucho antes de lo que habíamos quedado, así que esperé un rato en la puerta. No tenía internet ni saldo en el móvil para comunicarme con Pachi, así que le pregunté al dependiente que si sabía a qué hora había quedado yo con mi amigo. Me dijo que a las 6. Así que siendo las 17:15 opté por llamarle desde una cabina americana (PERO QUÉ VINTAGE) por si acaso había intentado cambiarme el plan. Dijo que llegaría a las 18:20 y yo dije "no hay problema", como el enfermero de la residencia del padre de James en Mira Quién Habla. Nota: Si alguien recuerda esta referencia, que me lo haga saber. Pienso que debo ser la única persona en el planeta que la recuerda cada vez que oye la frase. Tal vez el actor que hacía del enfermero.
Había al lado un bar/restaurante en el que me pareció buena idea esperar tomando una cerveza y unas patatas fritas, así que entré. La hija de puta que estaba de greeter estaba al teléfono y me ignoró por completo. Aquí me sentí un poco Vivian "tengo pasta larga para gastar". Me largué. Hija de puta. Así que dije "hey, estoy en América... unas fries del McDonalds?". Sí, lo hice. Fui donde los locales. Gente pagando con centavos y en chándal. Y allí estaba yo. Me comí mis fries en frente de un edificio federal de la 7th Avenue y eso me hizo sentir bien.
Volví a Avis y llegó Pachi. Cogimos nuestro TOYOTA (lo estabas buscando... y aquí lo tienes) y nos fuimos a coger nuestras maletas. Aunque costó un par de frenazos hacerse con el cambio automático, y tras mi intento de abrir un coche que no era el nuestro en el garaje, cogimos la Interstate 5 rumbo a Astoria! Sin música, porque no tenemos ni un puto CD.
En el coche se nos hizo de noche en seguida y no pudimos ver los magníficos paisajes. Jugamos a algunos juegos. Estábamos a 3 horas de la meta. En la radio, ponían sobre todo country y programas de noche estilo Marsha Fieldstone. Y dimos con el premio gordo: el programa religioso de un señor que pedía a sus oyentes que le llamasen si alguna vez habían pensado que el Presidente Obama era el Anticristo. Y el señor tenía llamadas de oyentes, señoras y señores, ya lo creo. Ah, América!
Llegamos a Astoria, Oregón, en la oscuridad, sin ver absolutamente nada de lo que teníamos a nuestro alrededor. Sabíamos que estábamos en frente de un río y una especie de acuario, pues se oía a las focas comunicarse entre sí. Pronto Pachi se empezó a comunicar con ellas y, con los ruidos de ambas partes, yo me quedé dormida en mi suite, a escasos metros de lo que serían los muelles de Goon. Eso ya, mañana.

Sunday, October 9, 2011

Rainy Monday, Day 4


Lunes, 26 de Septiembre de 2011
El verdadero Seattle nos mostró su aspecto. Lluvia, lluvia torrencial. Pachi trabajaba así que me levanté a las 6 pero luego me fui a dormir para ver si conseguía ser una persona que se levanta a horas normales. Quedé con K para ir a buscar zapatos. Primero fui dando un paseo a nuestro punto de encuentro, el Bauhaus Café, que es fabuloso. Allí la esperé tomando mi Soy Latte for Omar en la ventana observando hipsters pero sobre todo perros. Llegó, y estuvimos charlando, Me gusta charlar con gente que no conozco porque me interesan sus vidas.
Partimos bajo la lluvia hacia la 5th Ave pasando por alguna tienducha de segunda mano no digna de mención. En Seattle no hay zapatos. La gente va con kickers y botas ortopédicas. Viendo esto no te sorprende que el Grunge naciese aquí, ya que se visten de domingo todos los días.
Estuvimos en All Saints viendo ropa de $400. En el estado de Washington no son como en Rodeo Drive. Son muy amables y aunque probablemente saben tan bien como tú que no te vas a comprar un abrigo de $495 no dejan de sonreírte y dejarte mirar y hacerte sentir millonaria.
Tras un paseo por la sección de Prada de Nordstrom's (ja, ja!) dijimos "vamos a tomar algo". Volvimos hacia el hipsterismo y fuimos a un sitio estupendo a comer patatas fritas de almuerzo. Me gusta la gente que come patatas fritas de almuerzo, como yo.
Después, un café en Stumptown. Esta chica se fue a trabajar y yo me fui a seguir andando. Ya no llovía tanto, sólo hacía un día asqueroso de esos a los que Londres me tiene más que acostumbrada.
Me fui con Stinky, Lee, Lee, Jose Luis y Philip a ver la Space Needle y el EMP. Estuvimos viendo la exposición de Avatar y de Battlestar Galactica. No eran nada del otro mundo, salvo que te disfrazases de avatar o de cylon y lo vivieras. Yo no tenía equipamiento para eso. También vi la exposición de Nirvana y me quedé un rato en la Sky Church escuchando Moonlight Mile y mirando al techo de estrellas. Es un buen sitio para hanging out.
* Edit - Me encontré, en Seattle, en el EMP, mirando el tornado de guitarras, al dependiente de Office que me vendió mis Hunter. Me dijo "this is so weird". Lo fue.*
Después de eso cogí un buseto (locals!) y me fui hacia casa. Llegó Pachi y subimos al tejado a tomar una cerveza y un cigarro. Ya no llovía, sólo hacía un frío imposible. Yo estaba enferma. Aquí sí que recuerdo que vi Family Guy. Luego organizamos todas las cosas de nuestro road trip del día siguiente. Llegó Javier Cano y nos fuimos a buscar un sitio para cenar. Primero me querían llevar a cualquier sitio (ya se sabe, hombres) pero les rogué ir a un sitio guay y me fue permitido. Fuimos al Via Tribunali, que salía en mi lista de restaurantes hipsters, y era una especie de habitación de una abadía con bancos gigantes, velas, vidrieras y una buena mozzarella de buffala. Ahh qué calzone más deliciosa me comí. Y luego no quisieron ir al Comet de nuevo jeje. Así que a casa. Gran día relajado y local.
Mañana partimos hacia el sur.

Saturday, October 8, 2011

Sunday in Seattle, Day 3


Amanece tan pronto... y yo estoy con Paaachi...
25 Sept 2011
Sí, otro día de las 4 o 5 de la mañana en pie. Salimos echando mistos por la puerta. Fuimos andando a South Lake Union, parando en un café genial y enorme con una moqueta verde, donde conocí a Rocco, el perro que me quiso.
Llegamos al lago y hacía mucho viento, pero había gente con barcos teledirigidos y muchos perros que se bañaban y corrían y se bañaban. Aquí vi al mejor perro, un salchicha de pelo largo que nunca olvidaré.
Por esta zona es donde vivían Sam y Jonah Baldwin y a mí eso me emocionó mucho. Fuimos por una vieja vía del tren y cruzamos el puente de Fremont que también sale en Algo Para Recordar jiji y vimos las pedazo de casas de las montañas de Queen Anne en la lejanía. Al llegar a Fremont tomamos un segundo café y limonada en las escaleras de un edificio, escuchando enfrente a una banda de New Orleans tocando sus melodías. El sol salió. Fuimos al mercadillo (yuju!) y nos planteamos comer algo por ahí. Pero no lo hicimos. Luego fuimos a Lenin y al Trol, y luego en busca de dónde comer. Y encontramos el 9 Million donde fui muy feliz. Qué sitio tan bonito. Lleno de locals viendo el Sunday Football y con una hamburguesa con patatas perfectas (pictured) y una cerveza que me supo a néctar de los dioses.
Cogimos un autobús de vuelta, como los locales, y la china que lo conducía me captó como una no local porque no sabía lo de meter el dólar. Pero ahora lo sé y ya nada me impedirá hacerme pasar por yankee.
El bus se paró en frente del Bed Bath & Beyond y decidimos que había que ir. Allí compré a Tac Pendleton, mi secador - pequeñito, defectos cero - y un adaptador. Ahh qué gran lugar. The locals go there. Yeah.
Fuimos caminando por la 5th Ave y yo hacía fotos a todo y me hacía fotos con todo y Pachi se impacientaba.
A casa. Fuimos a The Comet Tavern otra vez. Allí quedamos con K, la amiga de Pachi, para ver un concierto de su amigo. El concierto de su amigo era un tipo con un teclado de espaldas al público haciendo sonidos fantasmagóricos insufribles, y su colega a la batería. Yo pedía cervezas para poder superarlo. Después de él vinieron los hipsters más hipsters con sus barbas y camisetas de rayas a tocar instrumentos también. Sin embargo estos me gustaron. Me recordaron a The Dirty Three. Luego se lo dije, pero no habían oído hablar de The Dirty Three. <No sé qué decirte, chaval>
Estuve hablando con el amigo de Kindle de California, o de Minnesotta, o de donde quiera que fuera, que hace trajes de motion capture. Eso mola.
Y eso fue todo ese plácido domingo. El caso es que en algún momento estuve viendo Friends y Family Guy en casa en mis ratos de asueto feliz, pero no sé qué días sería porque no tengo fotos de la tele. Memoria fotográfica.

Washington State, Day 2


Seguimos...
24 Sept 2011
Día 2, que comienza a las 5 de la mañana, hora del Pacífico. La hostia. Deambulé sin destino por el piso 14 mientras Car me decía en el Whatsapp lugares para ir a desayunar. Me mandó un mapa que me enviaba al Nina's Crepes & Deli, que es básicamente la acera de enfrente. Así que dije "pues allá voy".
Bajé con cierta resaca y le pedí 2 soy lattes, una diet couk para YA, y unas crepes. Una de Nutella & Strawberries y otra de Spinach & Cheese. Nina es una vieja francesa o de algún otro origen europeo y extraño que apenas habla inglés y no sabe muy bien cuál es su lugar en la vida. Así que 35 minutos después le dije "voy a fumar fuera mientras espero". Ocho horas más tarde, Nina tenía mi orden lista y me cobró como 17 millones de dólares por ella. En una bolsa de plástico pringosa del mercado de fruta de Pike, me llevé toda mi comida de vuelta a casa. Desperté a Pachi y le dije "sube de inmediato, desayunemos en la azotea". Las crepes eran una delicia fuera de este mundo, si bien la de Pachi contenía huevo - Nina había hecho lo que le había dado la gana. Tiene demasiados tipos de crepes en su menú, la pobre mujer.
Tras un fabuloso desayuno al sol, y el clásico año y medio de preparación para salir de casa, partimos hacia la Cantina en las cuestas de la 1st Avenue para quedar con Javier y Eva. Allí estaban tomándose algo de comer y yo decidí que era una buena hora para tomarse una cerveza mientras veíamos, créanlo o no, el partido Real Madrid - Rayo Vallecano en directo. Bizarre morning.
Al terminar, nos fuimos a coger el ferry de Bainbridge que nos llevaba a Bainbridge Island y al pueblo de Winslow. Yo toda contenta le dije a Pachi "Carl Winslow!!!" y Pachi no sabía de qué le estaba hablando.
Eva se llevó la bici con la ilusión de que los demás alquilaríamos bicis al llegar para ir por los bosques.
Nada más llegar, en su clásico ser, Pachi ya tenía hambre y quería meternos en el tugurio más abyecto del estado de Washington. Yo dije "no, por favor, vamos a encontrar algo menos repugnante", así que continuamos hacia el centro del pueblo. Vimos un alquiler de bicis y fuimos a ver si alquilábamos. El precio era abusivo y decidimos dejarlo para más tarde. La comida de Eva ya estaba solucionada, pues: bici a la parrilla.
Nos topamos con un puestecillo vegetariano oriental y claro, todos sabemos que si pone "vegetarian" y Pachi tiene hambre, hemos de ir. Así que fuimos. No había cerveza. Fue un poco duro, pero era un sitio agradable.
Tras la pausa continuamos por la calle hacia el lago donde había restaurantes magníficos con vistas a los barquitos y las casas de las colinas. Cof. En uno de ellos paramos a tomar una cerveza y unas patatas fritas. Allí discutimos sobre política como gente civilizada que se encuentra que otros no lo son tanto (Pequeño Mussolini was there). También observamos a los perros, los transeúntes y la bahía en el sol.
Todos sabemos que no alquilamos bicis.
Intentamos hacer el Trail de la costa. Nos perdimos un par de veces en lugares sin salida, pero fue bonito. Una parada en la playa para echar unas fikas, y luego yo dije "oye vámonos ya de esta isla del infierno". A regañadientes nos fuimos hacia el ferry.
El ferry de vuelta fue igual de bonito que el de ida. Y por fin mi necesidad de cerveza se vio cumplida y fuimos a Belltown. Había bares fantásticos y no sabíamos muy bien cuál elegir. Optamos por el que tenía una terraza interior donde te dejaban fumar. Fumar! Oh my goodness.
Era un bar jebo con fotos de mugshots de celebrities y una photobooth de esas donde nos hicimos unas foticos. Allí tomamos 2 cervezas, se estaba muy bien. El problema era el BLACK METAL A SACO. Pero bueno. Yo estaba feliz y quería seguir saliendo por esos bares fantásticos, pero ya sabéis, la gente gusta de alimentarse. Así que fuimos a cenar. Vimos un restaurante italiano que tenía buena pinta. No voy a entrar en detalles pero 3 horas más tarde conseguimos comer. No es una de mis exageraciones. Para entonces yo ya no quería ni cerveza... Así que fuimos, dando un precioso paseo nocturno por Seattle (por los parques, por las avenidas...) hacia casa, a ver en la West Coast Feed, el SNL de Alec Baldwin. Qué emoción.
Y de nuevo agradecer al Jet Lag por dejarme completamente sobada en el sofá sin enterarme de absolutamente nada desde el Cold Open. Gracias.

Friday, October 7, 2011

America, Day 1

Voy a hacer un timeline. Lo más esperado de este otoño, amigos.

El 23 de Septiembre salí de casa a las 6:45 hora británica hacia Heathrow. Todo fue bien. Llegué, facturé, y fui a la zona de fumadores. Era una mañana soleada de viernes. Me situé cerca de la puerta de Executive y Business Class de American Airlines por si veía a alguna celebridad. No fue así. Así que pasé los controles, con mucha soltura y sin escáner láser rayos-x antiterrorista.

Mi avión estaba retrasado una hora. Me fui a comprar mi nueva cámara, Mulligan (it's so cute), y luego no pude más que irme a WHSmith y comprar Stories I Only Tell My Friends y una revista de Ryan Gosling. No leí ninguna de las dos cosas. Tampoco leí mi libro de Obama. No leí una mierda en toda la semana, básicamente, y tampoco tenía mi jueguecito del Nokia, así que no sé qué hice en todas esas horas de espera a aviones. Creo que comí M&M's de bolsa marrón.

Seguí a un mochilero de Portland llamado Colin y allá voy, Air Canada, camino Vancouver. Me senté en mi lugar y muy emocionada procedí a darme un buen festín de pelis. Cuál fue mi decepción cuando vi que el catálogo no estaba a la última... Yo quería ver Midnight in Paris. Pero había otras. Así que empecé con The Departed. Sí, otra vez. You have to take it.

Trajeron mi "special meal" la cual yo había especificado vegetariana. Resulta que en los aviones, si eres vegetariano, también eres musulmán, lactose-intolerant, halal, kosher y probablemente alérgico a las cosas que son medianamente comestibles. Hasta el pan era para diabéticos sin glutén ni aditivos ni ningún tipo de sabor. Así que pedí una cerveza y un helao de vainilla.
También vi Algo Pasa con Mary y Just Go With It, y me reí como una hiena que acaba de devorar una gacela en la estepa y se siente satisfecha en la noche oscura.
También traté de ver Never Let Me Go. Cuando llevaba media hora, me quité los cascos, me levanté de mi asiento, y le dije a todos los pasajeros de la cabina PERO QUÉ DEMONIOS ES ESTA BASURA!!!!!
Bueno, vale que Michael Jackson no entró en mi casa... para ir al baño... Bueno, que quité esa peli horrible y puse Funny Or Die. Tampoco quedé en exceso satisfecha con esa elección, salvo por Space Baby, que me parece bastante gracioso. El de It's Tuesday tampoco estaba nada mal.

Y cuando había hecho todo eso, el piloto dijo "Bueno, ya sólo quedan 7 horas de vuelo...". Vale, eso tampoco es cierto, lo debió decir al terminar The Departed, pero yo no daba crédito, pensaba que habían pasado por lo menos 4 horas.
El caso es que llegué a Vancouver. Por supuesto perdimos nuestra conexión a Seattle, y tuve que esperar al vuelo de las 16:20. No fue para tanto, me entretuve viendo souvenirs de alces y las esculturas del aeropuerto. El chino de la frontera de USA fue muy amable y me hizo preguntas sobre mis propósitos en América y yo me contuve y no le dije "casarme con un Senador y llegar a la Casa Blanca".
La avioneta/carromato que nos llevaba a Seattle en una duración record de 30 minutos salió bien, y aluciné con el océano azul que hay por Canadá. Hablé con un señor de Seattle que me contaba lo mucho que me iba a gustar.

Aterricé y mi maleta llegó conmigo. Lo que realmente quería era una fika. Así que busqué la zona de fumadores y no la encontré. Tampoco encontré a nadie fumando en sitios prohibidos que es lo que hacemos en el resto de países civilizados.  Pero tras preguntar a otro tipo muy amable dónde estaba la Downtown Airporter, el tipo de la Downtown Airporter me dijo que fumásemos detrás de la columna. Así que me fumé un cigarro con él mientras me contaba la historia de no poder fumar a menos de 25 ft de la entrada/salida/ventana/muro de un edificio público. Están zumbaos.

Llegó mi shuttle y me senté delante con el conductor, que nos contaba la historia de Boeing, la población, el lightrail, el cementerio de Renton, el hotel de Obama. Que sí, amigos, Obama estaba en la ciudad a la vez que yo. Pero yo había quedado con Pachi y él con el Presidente de Corea del Sur. Cada uno juega las cartas que le ha deparado el destino, qué le vamos a hacer.
Me bajé donde debía, en el Renaissance Hotel, y en un estado de sueño inexplicable, y sin perderme, llegué a Chez Rata. No pude acceder al edificio porque no lo entendía, pero eso ya es otra historia. Pachi bajó a buscarme. Lo primero que hicimos fue subir a esa magnífica azotea y fumar. Ahh fumar. Atardecer maravilloso en Seattle. Luego vino Javier Cano, compañero de trabajo, y luego Eva, arquitecta sostenible.
Tras unas cervezas fantásticas en la azotea, a mis 4:00 GMT y 20:00 hora pacífica, nos fuimos a Capitol Hill a mover el esqueleto. Hicimos una parada en la que yo me pedí unas patatas fritas en un bar que falsamente anunciaba "las mejores patatas fritas de América". Estaban bien, pero no se puede poner tan altas las expectativas.
Acto seguido, fuimos a The Comet Tavern, donde había unos conciertillos. La mayoría fueron infernales, pero la cerveza era barata y estaba mi futuro marido (aka Un Oficial) en la sala. Cuando ya en mi cabeza eran alrededor de las 8 am decidí que en ese estado jamás conocería a mi marido, así que fue buena idea irse a las 12 a casa. Me quedé en el sobe más profundo, hasta eso de las 4:30. Ahh, Jet Lag, qué buenos ratos me das.
To Be Continued...