Saturday, August 22, 2020

Día 35 Happy Summer 2020

 Día 35




A insistencia del grillo ruidoso, el día 35 os lo voy a contar entero.

Esta ha sido una de las únicas 10 de 164 noches la cual he dormido casi entera. Me sobé ni sé viendo qué. Reina Mary Queen Of Scots estaba apaciblemente dormida entre mis patas. Mi sentido arácnido me avisó de que Kevin estaba en modo predator nocturno y se disponía a saltar sobre la cabeza de Pisti para devorarla.

Me he despertado, he echado a ambos felinos del camastro cual Salomón, y he continuado la dormición.


Por si no está claro, audiencia, hoy es un glorioso sábado. El 34 de 52.


Inciso -


Del gran año 2020, ya han pasado el 65% de los sábados. ¿Cómo te quedas?


Anyway -


Cuál ha sido mi sorpresa cuando Pisti, 7:45 de la mañana, me ha despertado con “vamos, hay que trabajar!”

Él ha pensado que era una broma divertidísima.

Para hacer todo más hilarante, su intención era seguir durmiendo, pero bajando las persianas.

Estos días los estamos pasando en una maravillosa casa del futuro: tú le das a un interruptor y un robot baja las persianas. Pero es uno de esos robots tocapelotas. “Sí, voy a bajar las persianas, pero aunque tú quieras total oscuridad, hey, está amaneciendo, mejor  voy a tiltearme y dejar entrar el sol a rayas. ¿No ves lo bonito que es el amanecer? ¿Para qué quieres dormir más de seis horas hoy? ¿No quieres levantarte y tomar un cafecito?”


Ahí está mi trigger: el café. Mmm, café. El prímer - el prímer es como restregarse sobre un suave y cálido terciopelo líquido. Cuando el día empieza así, todo parece que va a ser cuesta abajo.

Mi plan para hoy era echarme 6 fikas y beberme 6 botellines. El nivel de fracaso a estas alturas puede medirse en: 200%, el doble, estrepitoso, vergonzoso... o sin más podemos decir que bueno, que no lo he conseguido. Todo depende del juez y su clemencia. Realmente, si el juez soy yo, ¿qué diantres me importa? Qué, ¿me vas a juzgar tú? JA.


Vale, estoy empezando a cansarme de escribir. Podría narrar el minuto a minuto cual comentarista deportivo, pero es que, admitámoslo, tampoco voy a decir nada que fuera a dejarte Californians delante del espejo.

He tomado tres cafés, he hecho catorce largos, ha venido la artista Lola Prados a tomar el aperitivo, los gatos se han escondido en bolsas, más piscina, un poco de jamoncito... 

Al final eso es lo que hace un buen día, la cotidianidad. Porque no todos los días felices tienen que contener un conciertazo de Arcade Fire al aire libre, una Pizza Pilgrim’s people watching en Dean Street, o encontrarte a John Gallagher Jr en Tompkins Square Park.


Ojalá todos mis días tuvieran un concierto de Arcade Fire, una pizza en Dean Street, y una conversación con Johnny Gallagher en el East Village. Pero un sábado entero al solecito, en el mismo metro cuadrado, sin tener que preocuparte por la ropa que llevas y, sobre todo, escuchando temazos de New Order, también es un día maravilloso.