Tuesday, October 11, 2011

Andy, eres una Goonie! o Day 6

Miércoles, 28 de Septiembre de 2011

El día anterior habíamos llegado en total oscuridad. A mis usuales horas intempestivas de la mañana yo ya estaba en pie mirando por la ventana. La niebla cubría el río, las vías del tren, las rocas y las focas. Una escena totalmente oregoniana. Salí a echar una fika en pijama y cogí un café en la recepción del hotel. La anticipación podía conmigo. "Vamos Pachi, vamos! Es hora de ir a los muelles de Goon!"

Desayunamos en el hotel un par de cosas asquerosas mientras leíamos salmos que tenían en display. "Vamos! Goonies!"
Con el GPS encontramos fácilmente la casa de Mikey. Oh my God Oh my God Oh my God. Está subiendo una cuesta en una calle residencial, con su cartelito de GOONIES. Creo que nunca creí verdaderamente que llegaría a ver este lugar en directo, es uno de esos road trips que dices "ojalá pudiera ir" pero que realmente a nadie se le ha perdido nada en Astoria. A mi sí. Eso nos convierte en los más ricos de Astoria... Hice el supermeneo, dije "dame mi bici, quiero mi bici" y básicamente flipé muchísimo. Miraba la casa de Data, a ver si salía por la ventana, pero sólo era un miércoles por la mañana y además 2011, año en el que no pasan cosas. Nada como 1985 o 1632.

Pachi me dijo "bueno, ya" así que nos subimos al coche y fuimos a la cárcel a ver la ultima residencia conocida de los Fratelli. Volví a decir todo lo que tenía que decir (gilipollas, crees que soy tan imbécil como para suicidarme? etc.) e hicimos más fotos. Me las estropearon un poco una pareja de rednecks en su pickup que estaban ahí en la puerta con su aspecto deplorable.

Y ya sólo quedaba el museo del Sr Walsh. Fuimos y saludé con la mano al padre imaginario de Mikey y Brand. Ya era el momento de ir a la 101.

Adiós, Astoria, paraíso de las madres divorciadas! (no hay que olvidar Poli de Guardería)

La niebla se había ido disipando y condujimos por la costa hacia el sur. Cada lugar que pasábamos era más impresionante que el anterior. Nuestra idea era no parar hasta Rockaway Beach, pero al ver de lejos lo que prometía Cannon Beach dijimos "vamos ahí ahora mismo". Ahí estaban las rocas gooniescas y una playa infinita de arena otoñal maravillosa. A mí no me sorprenden estas cosas tanto porque he visto demasiadas películas, pero realmente el Pacífico es grande y este camino es digno de un documental o de una buena peli como Without a Paddle.

Seguimos, seguimos entre los bosques, los lagos y las playas, hacia el sur. Hubo que salir de la gran 101 porque si no no íbamos a llegar nunca a nuestro destino. Decidimos que comeríamos en Salem, capital del estado. Allí yo ya había echado el ojo a un café hipster que tenia fixies colgadas de las paredes de ladrillo. Salem es un pueblecico, por muy capital que sea. Y como pueblecico lo que contiene es gente maravillosa y local que te trata con amabilidad como turista mientras saludan a los habituales "Hey Joe, cómo está la yegua?".

Comimos en Casey's Hotdogs. Menudo sitio bonito. El colega de la caja HOW YOU DOIN' FOLKS era lo mejor. Me ofreció una bebida de Cola producida por el estado de Oregon. No, gracias, Casey, keep your moonshine y dame mi Diet Coke. Lo mejor de America es que siempre hay Diet Coke, no importa donde estés. Bueno, lo mejor de America es TODO, pero ya me entendéis.

El local estaba decorado con fotos de pelis antiguas y de celebrities que firmaban su propia foto como en Katz. Había una del Presidente Obama, pero no sé yo cuán real sería. Una de las fotos era de Laurel y Hardy riéndose con un policía que trataba de multarles, y Pachi y yo bromeamos con que éramos nosotros cuando tratasen de ponernos una multa por exceso de velocidad.

Tras una comida estupenda de veggie burgers y patatas fritas enroscadas, fuimos al Governor's Cup (el café hipster) y pedimos 2 soy lattes para tomar echando una fika. Todo iba sobre ruedas. Volvimos al coche y a continuar por la Interstate 5. Nuestro plan: dormir en California. No estaba claro dónde, pero donde llegásemos.

Tan contentos, jugando a juegos, por la autopista, mirando el paisaje y los camiones relucientes americanos, parando en un laguito a hacer fotos, riéndonos del pueblo llamado "Hebo"...

"Pec, cómo andamos de gasolina?"

"Ahivá"

"Vale, la próxima gasolinera donde está?"

"A 5 miles. Vamos"

Brrrrrrrr

Brrrrrrrrrrrrrrrrrrpof cof cof

Gggggggggk

-

tictictictictic

Pues sí, nos quedamos sin gasolina en medio de Oregon, gracias.

Llame a AAA para que vinieran a traernos gasolina. Marjorie, o como quiera que se llamase, me hizo muchas, muchas preguntas. La última fue "Y donde estáis?" "En medio de la nada, Marjorie, en frente de la granja abandonada del Unabomber y a medio camino entre Salem y Eugene, OREGON". "No os encuentro, seguro que estáis en la I-5?" "Sí, Marjorie, aquí en el puente de Lynn Way Drive, antes de la 228" "Vale, ya os tengo, voy a ver si puede ir alguien a ayudaros, te pongo en espera"

Marjorie me tuvo en espera hasta que la llamada llevaba 43 minutos. Alguien podía venir a traernos gasolina en una hora, hora y media. "Vale, gracias Marjorie, aquí estaremos, ya que no nos dejáis andar por la autopista hasta la próxima gasolinera" ""That's very dangerous, Mrs Navarro, I wouldn't recommend it".

Así que hicimos el pacto de no cabrearnos y seguimos jugando. Hacía sol y teníamos cigarrillos, y los granjeros de marihuana y sus rifles de asalto parecían no estar en la granja ese día. Jugamos a pelis con el alfabeto, grupos con el alfabeto, personajes de ficción con el alfabeto, personajes de nuestras vidas con el alfabeto, animales famosos con el alfabeto... Parecía que iba a dar de sí la cosa. Por fin recibí una llamada de un tipo muy amable "Hey, estoy en camino! Solo tengo que parar a coger gasolina y estaré con vosotros en 10 minutos!" Aleluya. Diez minutos después "Oye, no os encuentro". Recibo otra llamada, esta vez de una compañera de Marjorie. "Hola, estáis seguros de que estáis en la I-5?" "Sí, bastante seguros". "Os estamos buscando por aquí por Mount Vernon" "Quién dijo Mount Vernon?? Estamos en Oregon" "Qué?! La camioneta os busca casi en la frontera con Canadá" "Y POR QUÉ?!"

...

Tras jurar enemistad eterna a Marjorie la traicionera, le di mis coordenadas a una nueva asistente.

...

Jugamos a insultarnos con el alfabeto? ANORMAL

...

Y entonces fue cuando también nos quedamos sin batería en el coche.

...

De repente, detrás nuestro, apareció un flamante pickup del que salio un señor con su gorra y su camisa de taller con su nombre. Su nombre era CHUCK. Estábamos salvados. Chuck!

Chuck era el más auténtico. Chuck nos preguntó por qué demonios íbamos a San Francisco. Se rió un poco de nosotros, y luego un poco más. Para los fans de El Ala, sólo puedo decir "20 hours in America".

Pachi firmó el recibo de nuestros males, cubiertos por el seguro de Avis, y Chuck se rió de su firma, claro.

Agradeciendo a Chuck toda su ayuda, fuimos a la gasolinera, que estaba a 3 miles, y llenamos el depósito por el risible precio de 39 dólares. Hablé con el gasolinero de los precios de combustible en Europa. Otro tipo estupendo e increíblemente folksy.

Pachi salió todo contento con una bolsa de Tostitos para mí. Por supuesto eran los Tostitos que no eran, pero resulta que no había de otros. "Hint of Lime". No los probéis jamás.

Habían pasado unas 4 horas, en ese lugar. De todo Oregon, el sitio feo. Decidimos seguir sin descanso hasta Yreka, California.

Pasamos parajes preciosos y otros que no lo eran. Y cayó la noche. Sobre las 10 paramos a comer cheesebread en una gasolinera grasienta de Myrtle Creek, Oregon. Qué gran sitio deplorable. En este punto fue cuando jugamos a encadenar nombres de grupos con la última letra del grupo anterior. Como era de esperar si te paras a pensarlo, todos los grupos empezaban y terminaban por S. Qué suplicio.

En la noche, con los programas de radio cristianos de nuevo, cruzamos la frontera y llegamos a California. Qué emoción.

Yreka, lugar de paso para todo roadtripero, nos esperaba. Elegí un motel que recomendaba tripadvisor en la Blackberry, el Mountain View Inn. Despertamos a la hindú que lo regentaba, a eso de las 23:30, y nos dio una estupenda habitación en la que sólo había una araña y que tenía la mejor ducha que me di en todo el viaje. La mañana siguiente es ya otra historia.

2 comments:

  1. En Yreka no mencionaste a nuestro vecino viejo del motel. Salía para espiarnos y para escupir.
    Soy super fan de los moteles infectos de carretera desde ese momento en Yreka.

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