Monday, December 10, 2012

Ayer compré cerezas.

Dibujo de el Grillo que ilustra la temporada


Ayer compré cerezas. Las vi en el supermercado. Grandes, sabrosas, nutritivas. Las pagué en la caja automática de autoservicio, junto con otras cosas necesarias, como leche, zumo, huevos, patatas y pan. Yo nunca miro lo que dice la caja, así que pagué. Cuando vi el recibo, que marcaba £19.99,  me alarmé como el perro de Tex Avery. Las cerezas, grandes, sabrosas, nutritivas, costaban £9.22. Obviamente eso es algo que no voy a pagar por unas cerezas, por muy grandes, sabrosas y nutritivas que sean. Así que me fui a Customer Services a devolverlas alegando que no podía pagar £9.22 por unas cerezas. Se lo tuve que explicar a tres trabajadores de Tesco, si bien todos asentían de acuerdo conmigo. Me devolvieron mis £9.22.

Y esta es mi historia del domingo. He decidido contar esta historia de domingo porque llevo tres meses sin actualizar el blog. Las historias de jueves, viernes y sábados siempre son mucho más interesantes, pero sinceramente esto se me va de las manos.
He construido un calendario con los eventos más importantes desde Agosto hasta ahora y no estoy segura de poder completarlo algún día. Pero no he perdido la esperanza, y espero que vosotros, amigos, no la perdáis tampoco.

En general, la vida me va muy bien. Es mi última semana como residente en Wimbledon. Voy a cambiar la seguridad, el Common, las familias, las parejas de contables treintañeros y la cercanía al trabajo por una nueva vida de hipster en Hackney. Sí, he sucumbido a esos precios de alquileres y a que el Good Mixer pille a 20 minutos. El otro día ya ensayé un poco saliendo a bajar la basura con botines Chelsea, pijama de puntos y jersey de calaveras. Si me ve Facehunter me pone de portada.

Voy a echar de menos Wimbledon. Pero sabéis qué no voy a echar de menos? Mi ducha de mierda. Su cal. Su incapacidad de proporcionar agua caliente durante más de 6 minutos. Su tendencia a atascarse cuando utilizo mi suavizante TresEmme®. Siempre quiero irme de viaje de trabajo sólo para poder ducharme en un hotelucho, donde el agua caliente no se acaba, aunque luego tenga que usar el secador de pelo de pared que te hace perder la voluntad de vivir.
Voy a echar de menos a mi vecino el que toca el bajo. En dos años sigue ensayando acordes y no ha mejorado. Es entrañable.
No voy a echar de menos los niños que gritan en el colegio de enfrente. Sí voy a echar de menos a los perros que los acompañan por las mañanas y se quedan atados a la valla.
Echaré de menos las casitas de Graham Road, y a los gatos. Ggregg el zorro se vendrá conmigo a Hackney, así que por su parte no habra problema.
No echaré de menos el N87 de Aldwych a Kingston, aunque sí el pasar por El-Hak Kebabs en Wandsworth a las 4 de la mañana y reír al respecto.

El caso es que la semana que viene ya me vuelvo a Madrid por Navidad, Pec aka El Almendro.
Empezaré mi nueva vida en 2013, cuando ya haya cumplido los 30. Porque amigos, me queda un mes en la veintena. Un mes de juventud, un mes de euforia, un mes de rock n roll. Algunos sabéis de mi plan de sentar la cabeza cuando cumpla 30, y empezar una vida de persona adulta. Lo que todos sabemos es que se trata de un plan que va a fracasar, sea a propósito o sin querer.  Pero hacer planes y nunca llevarlos a cabo es una de las características que me definen, entonces estoy cómoda con la situación.

Voy a dar por zanjada esta entrada, pero prometo que pronto actualizaré los eventos de la temporada Verano/Otoño. Las Olimpiadas, la visita a Dorset, el concierto de Blur, el concierto de Pete, el encuentro con Ggregg, Berlín, Madrid, Varsovia, Jack White, James Dean Bradfield, las aventuras de las Gilipollas de Earls Court, etc etc etc.

See you soon.

Friday, August 31, 2012

Watch out, the world's behind you



Desayunar en el Troubadour es uno de los mayores placeres que te puede brindar la vida. Pub mítico, en línea directa desde el hogar, con leche de soja, patatas fritas finas y camareros que descienden de Dios el Creador del Universo. Como siempre, decir que si comiera bacon eso ya sería apoteósico, pero como no lo como, pues nada.
Habíamos quedado con Bobby para celebrar su cumpleaños desayunando, pero como es tonto, pues no apareció. Pero apareció algo mucho mejor! Esto:

Menudo perro! Yo por supuesto no sabía que era Adele la que lo llevaba, pues sólo tenía ojos para el cánido. Menudo perro.
Estuvimos allí pasando mucho tiempo y después del desayuno nos pasamos a la bebida. Yo tomé un Long Island Ice Tea y unas cervezas.
Hacía un sol radiante, así que nos cambiamos a un pub con azotea. The Pembroke, básicamente el pub de al lado.

Me gustaría decir que hicimos algo más que churrar y rajar, pero estaría mintiendo. Las horas se consumen como el dinero en mi bolsillo: fugazmente y sin nada material que lo justifique. Pero, y lo bien que lo pasamos?

Lo malo de las azoteas es que no te das cuenta del musicón que ponen dentro del pub. Y el espejo del baño sabía a mantequilla.


Un domingo que empieza temprano te hace disfrutar del día al máximo, decidiendo que por qué no vas a ir al 12 Bar Club a ver la Open Mic Night y tomar otra cerveza. Vimos dos conciertos estupendos, de una pareja de contables y un bluesman, y uno verdaderamente horrible. Era tan, tan malo el pobre chaval, que nos tuvimos que ir. Nosotras y el resto del bar. Pobre chaval.

Por supuesto antes de ir a casa, paramos en Cafeteria a comer algo. Suspiros.

Lo bueno de beber por el día es que la resaca llega a las 11 de la noche cuando te vas a dormir, y puedes empezar el lunes de una manera fresca y desenfadada y estropear tu vida yendo a la oficina.
A continuación, una serie de cosas que me gusta más hacer que ir a la oficina:
-          No ir a la oficina
-          Comer alcachofas
-          Tener fiebre
-          Jugar a la petanca
-          Ver películas de Godard

Eso último es mentira, la verdad es que prefiero trabajar antes que ver películas de Godard.

Bueno, es igual. Esa tarde fuimos a cenar al Thai, una vez más. Car y Viveka estaban de muy mal humor por haber quedado encerradas en la Central Line durante 40 minutos gracias a las Olimpiadas. Para vivir en esta ciudad hay que estar curtida, amigas.
Yo estuve analizando en cuántas mesas me había sentado del Thai y en esa zona eran un total de 7. Lo cual me lleva a que me jode que no me saluden cada vez que voy, porque, joder, VOY MUCHO.

Tras la cena, decidimos ir a sentarnos a echar unas fikas en el Round Pond. Dijimos “está aquí al lado”. No puede estar más al lado, en serio. http://goo.gl/maps/EjU6g

Nos sentamos allí, pero había chavs jugando al hacky sack y lo arruinaron un poco.

Y esto fue el último día de la estancia de Viveka, que pronto volverá, sobre todo porque ha dejado aquí la máscara de gato.

Tuesday, August 28, 2012

La lección del día



Salir de casa por las mañanas, esa ardua tarea. Especialmente si el plan es ir a Portobello, mi plan favorito. NOT. Pero lo hago, porque los amigos lo quieren, y es bien sabido que yo soy una persona super transigente. NOT.

Yo no valgo mucho como anfitriona, ya que dejo a mis huéspedes que se sientan como en su casa: haz lo que quieras, simplemente no me molestes. Consuela sin embargo es una gran anfitriona que nos prepara tostadas y cafés, aunque no sea su casa. Yo lo permito y asiento con gratitud. Es por eso que la casa te atrapa y no te vas a Portobello hasta las tres y media de la tarde, lo que te sitúa allí cuando todo ha cerrado ya. Por supuesto esto me viene de maravilla porque es mucho menos tiempo de aguantar ese calvario.

Yo tenía que comprarme mis gafas de hipster, porque se me antojaron. He recibido muchos insultos al respecto, y los comparto, no debería ponerme gafas de hipster que no sirven para ver. Pero es que me gustan. Me gusta cómo enmarcan mi mirada pretenciosa.

Antes de irnos paramos a que, cómo no, las chicas se alimentaran, porque ellas son así. Paramos en el japonés de la estación. Yo me tomé una couk y me salí a echar una fika. Claro! Con mis gafas de hipster, a juzgar a los transeúntes.

En Portobello fuimos bastante rápido esquivando españoles hasta Golborne Road. Yo me paré en un sitio vegano a tomar una salchicha vegana con queso vegano en cornish pastry vegano. Y una cerveza de jengibre orgánica vegana. Creedme cuando os digo que daría un pie, aunque a nadie le interese tener mi pie, por ser hipnotizada para comer vacas de nuevo. VACAS ENTERAS. Pero de momento me tengo que conformar con seguir en mi vegetarianismo de palo, con mis gafas no graduadas. Estoy a esto “ “ de comprarme una pajarita.

Vimos algunos puestecillos y tiendas, y paramos a echar bastantes fikas. En Golborne Road presenciamos una pelea de camorristas. Citando a Virch, “London can be superposh and megadodgy from one street to the other”.
Íbamos buscando un pub muy guay pero nunca lo encontramos porque nos rendimos justo antes de doblar la esquina donde se encontraba.


Cambiamos el rumbo y cogimos un autobús a Chalk Farm. Porque es mi barrio favorito, donde he de vivir cuando me case con John Gallagher Jr, y vayamos a pasear a nuestros tres perros, Gatsby, Harper y John Gallagher The Third, por Primrose.
Antes de subir a Primrose paramos en The Queens Pub. Juraría que antes se llamaba The Prince Something, pero ahora se llama The Queens. Allí conocimos a dos perros y vimos unos chickenlagers. Yo sólo quiero ser superposh e ir a navegar.

Subimos la colina sin mirar atrás como manda la tradición. Nos sentamos allí arriba mirando las vistas. Somos gente tradicional.
El Grillo se había cortado el pelo esa mañana, como casi todas las mañanas, obteniendo por mi parte los clásicos comentarios “pareces un inca”, “Kevin el niño de Perú”, etc... Le hice unas fotos en su clásico corretear por el prado en círculos. Cuando las miramos surgió esto:


Parece que su barbilla es su nariz. Es el nacimiento de EL AVE INCA, el nuevo apodo ocasional de Grillo. El ave inca vuela en círculos con su pico y pelo de buitre de Robin Hood. Nos reímos. SQR.

Después de eso íbamos al Enterprise. Pero de nuevo, la gente exige alimentarse primero.
Yo aprendí hace unos años en una decepcionante noche en las oscuras calles de Le Marais que no hay que cenar después de beberse seis cervezas si luego quieres beberte otras seis.
Puedes, tal vez, tomarte unas patatas fritas. Si no, la otra opción viable es sentarse en un restaurante y cenar con vino. La opción no viable, que destruye tus posibilidades de poder seguir tomando cervezas y bailando sin querer morir o ir a casa, es ir al Marathon a tomarte una hamburguesa vegetal con doble ración de patatas fritas. Por persona.
Ya he dicho muchas veces que no entiendo por qué, a estas alturas de la vida, la gente decide no seguir mis consejos. ¿No ha sido ya probado, acaso, que en el 90% de los casos el Chuck siempre tiene razón? ¿Es que no os acordáis del indonesio de Berlín?
Por supuesto después de que se comieran todo eso, fuimos al Enterprise e hicimos un rato el baile universal, pero sólo conseguimos alargar el día para nada, porque el error de cenar ya se había cometido, y tuvimos que irnos a casa.
La lección del día es que comer es de débiles.

Friday, August 24, 2012

Crazy Christians and the Damned




Los viernes de verano salimos a las 3 del trabajo. Un pequeño rayo de esperanza en el sombrío año laboral.
El viernes, 20 de Julio, salí a las 3 para que el Grillo me viniese a recoger a la estación. Por supuesto el Grillo llegó 45 minutos tarde. Lo compensó con un consuelismo limpiabaños a ritmo de Old Time Rock N Roll.

Esperamos a que Viveka volviese de su curso y cuando llegó abrimos una buena botella de JP Chenet. Ah, el fin de semana.
Decidimos bebérnosla tranquilamente antes de salir. El plan era ir al concierto de Bobby en Shepherd’s Bush. Viveka se tuvo que ir antes porque tenía un plan previo con mucho más glamour.
El caso es que llegamos tarde, porque con Car siempre se llega tarde. Quedamos con Viv en Shepherd’s Bush, lugar demasiado dodgy para mi gusto.
Nada más llegar a la estación, nos recibió un tipo con pinta de perrofla ofreciendo bombones. Como yo estaba un poco alterada ya de por sí, el sonoro “NO” que le respondí a “You know that Jesus loves you?” me salió con extrema violencia. Pero hey, por lo menos lo dejé ahí, en lugar de insultarle por sus creencias. Car se enfadó y me dijo que debía ser más tolerante porque a lo mejor el loco de Jesús te ama tenía una metralleta y me iba a disparar. Pero en lugar de eso dijo que aún así, si queríamos un bombón podíamos cogerlo. Pero no lo hice. No cojo bombones de locos. Gracias.

El camino dodgy hacia el Bush Hall no me gustó un pelo. Viveka y Car tenían hambre así que comieron la típica comida de kebato. La gente y sus ganas de comer, nunca lo entenderé.

En el lugar había una azotea y estuvimos allí echando unas fikas y hablando con alguna gente. Por supuesto el público era mayormente cristiano y adolescente, como un baile de fin de curso decadente de película independiente. Sin embargo, el lugar era muy bonito, a pesar del olor a pis de gato de la moqueta.

Al terminar el concierto, estuvimos un ratejo charlando con los amigos mientras Car cogía un mantel de una de las mesas y se hacía pasar por fantasma, aullando por el recinto. True story.

Tras una botella de vino caro y malo, y yo unas pintejas, decidimos que habíamos de salir de Shepherd’s Bush lo antes posible. Y la manera más rápida possible es un buen BLACK CAB. Destino: THE BAR, Soho.
El taxista nos pidió una fika, que se fumó en la parte de delante mientras nosotras en la parte de atrás no podíamos. El mundo es a veces cruel.

Tuvimos que pagar para entrar en THE BAR, pero no importaba, porque era justo y necesario resarcirse de la decadencia cristiana. Allí, pedimos 6 cervezas, de las cuales algunas bebimos más que otras, y bailamos.
Estábamos al lado de un espejo oscuro que parecía una puerta hacia el baño, y la gente se dirigía hacia él y se daba de bruces con su Yo interno y una realidad borrosa.  Yo decidí que mi misión era advertirles que eso era un espejo. “THIS IS NOT AN EXIT”. Me encanta ver gente confusa.
Por lo demás, me enamoré de un skinhead, que es lo que me gusta ahora.

Después de The Bar tratamos de ir al Intrepid Fox con los jebos, pero estaban cerrando. La otra opción era el nuevo descubrimiento, el 12 Bar. No sé por qué se llama 12 ya que no está en el número 12 de nada, pero es un gran sitio de rock n roll.
Tomamos más cervezas y hablamos con los rockabillies. Car le dijo a una vieja que era beautiful. Una vieja. Pero era una vieja rock n roll, en el fondo.

Después del 12 no hay nada más abierto. O sí? Pues el Bar Italia, claro.
Where other broken people go.
Nota: Estuvimos en ese concierto, eh? O qué os creéis? Joder, Pulp es de lo mejorcito que hay en la vida.

En el Bar Italia pidieron cafés y yo tarta de chocolate y cerveza. La tarta de chocolate era una delicia inhumana, sobre todo a las 4 de la mañana. Se pusieron las gafas de Groucho que habíamos sacado en el bolso toda la noche.

Volvimos a casa por la mañana, como el orangután y la orangutana. No es que fuese una intrépida aventura la nuestra, pero lo pasamos bien, porque en la vida hay rock n roll, hombres rapados con tirantes y sobre todo, tarta.

Thursday, August 23, 2012

Maunday, Tuesday, Wednesday, Thursday.



Pequeña entrada al respecto de la semana del 16 de Julio.

Yo había de volver al trabajo diario en Weybridge, y Viveka empezaba su curso en St Martin’s. Cada mañana le diría que se portase bien con los demás niños y aprendiese muchas cosas.
En mi oficina teníamos visita del equipo americano, lo que conlleva que nos lleven a comer fuera, lo cual no está muy mal cuando el día consiste en horas encerrados en una sala de reuniones utilizando palabras como “visión” y “estrategia”.
Comimos en el pub, donde yo pedí dos platos repugnantes, un puré de patatas decente y media pinta de Heineken. Sí, media pinta. Soy gay. Pero es que los demás pedían Coca Cola Light. El tuerto es el rey.
Hablamos como siempre de los Republicanos y de que son muy malos. Resulta que en la vida moderna no es de mala educación hablar de política. Por supuesto recibí el ya clásico silencio incrédulo cuando me puse a hablar de lo maravilloso que es Bill Clinton.
No salí de la oficina hasta las mil, y tuve que dejar que Viveka fuese sola a la compra. Compró unas cervezas de mapaches y hurones, y nos las bebimos en el suelo.
Siendo lunes, mi día favorito, vimos NEWSROOM, y yo con eso ya sabéis que soy infinitamente feliz. Y si no lo sabías, pues mira, no sé quién eres.
Luego vimos Thor, porque a Viveka le gustan las pelis de la Marvel (cof, cof).

Ah los martes, qué difíciles. Esa noche teníamos “Cena de Equipo”, lo que se conoce comúnmente como “Bebe a costa de tu jefe”. Y amigos, eso hice. Y de cenar, patatas fritas. Fuimos al pub de Parsons Green donde tienen más de no sé cuántos miles de distintas cervezas.
Estuvimos en un sitio llamado ARAGON en New Kings Road. Quicir, puede molar más que se llame Aragorn el sitio del nuevo rey? Bueno, casi.
Allí jugué al baseball de servilletas de papel con James y tiré mi propia cerveza de un batazo.
Lo pasé muy bien, fuimos en muchos taxis y anduvimos en dirección contraria varias veces. Es difícil encontrar sitios abiertos si no estás en el Soho, pero los taxistas te los encuentran y te llevan.
En el club encontrado ponían Jay Z, y había gente bailando de manera super pro. Yo les miraba y me bebía otra cerveza preguntándome si era realmente necesario.
En el taxi de vuelta, Jimmy y yo cantamos You’ve Got Her In Your Pocket de los White Stripes, mientras el jefe dormía.
Al día siguiente Jimmy preguntaría “cantamos canciones de los White Stripes? Espero que fuera algo guay, y no algo cursi como “You’ve Got Her In Your Pocket”.

Miércoles de ligera resaca en la oficina. Pedí por favor que nos llevasen a comer al Pizza Express, y así lo hicieron. Pizza! Pizza!
Vuelta temprana hacia el centro para quedar con Viveka y pasear por el Soho. Ilknur nos acompañó, fuimos a ver tiendas de Covent Garden y luego al Waxy O’Connors debajo del árbol. Viveka y yo bebíamos cerveza y vino y comíamos patatas fritas, Ilknur Coca Cola Light sin hielo. Eso es así. No hay que juzgar la gaydad, se iba pronto.
Vino Jimmy, que según Viveka habla como el Capitán América, y nos invitó a otra ronda. Mientras, una banda irlandesa hacía magníficas versiones, entre ellas Fisherman’s Blues, my favourite.
Fuimos a pasear por Chinatown. Destino: el Friendly Inn, CLARO! Chinos baratos donde los dueños comen y los americanos pagan.
Lo pasamos muy bien, si bien el camino de vuelta es el infierno a medianoche tras un día tan largo.

El jueves. Bah, el jueves durante el día no pasó nada. Esa noche venía El Grillo. Viveka se fue a Shoreditch a quedar con alguna amiga y yo fui a recoger al Grillo a la estación. Un Grillo sin móvil. Normalmente la tradición dicta que hemos de encontrarnos en Clapham Junction e ir a comer patatas fritas al sitio americano, pero venía con maleta y no tenía mucho sentido, así que quedamos en Wimbledon. Llegó a tiempo, y echamos una buena fika frente al Shopping Centre. Yo quería ir a casa pero ya se sabe, me convence para ir al Alexandra a tomar una pinta en el barril y echar más fikas.

Luego fuimos a la casa, y esperamos a Viveka, y estuvimos aquí en el sofá, donde hemos estado el resto del mes, más o menos.
El trato era que Car nos hiciera una tortilla de patatas. Y vaya si la hizo. Y vaya si me la comí. Ya lo creo. Tortilla mmmm. Patatas mmmm.

Y el fin de semana we unleashed the beasts. Pero eso ya será narrado en otra ocasión.

Tuesday, August 21, 2012

July Weekend



Me he retrasado tanto en esta crónica que obviamente me acuerdo sólo de lo imprescindible dentro de lo que ha acaecido en el último mes. Sin embargo, en mi filosofía SQR no cabe tomarse en serio ni siquiera un simple blog sobre la vida del Chuck común. Haremos lo buenamente posible por tener el recuerdo, si bien algo borroso, de la visita de Viveka a Londres y de las patatas fritas que nos hemos comido en esos días.

Es la medianoche del viernes al sábado 14 de Julio, y yo he vuelto de Colonia tras estar atrapada primero en un aeropuerto, después en un avión, y más tarde en un taxi. Obviamente lo primero que hago es echarme una fika en la puerta de mi casa. Después llamo a la puerta y me abre Viveka dormida. La dejo dormir, probablemente me echo otra fika en la ventana y luego me voy a dormir.
Eso no ha sido una narración complicada.

Pasemos pues al sábado por la mañana.
Vosotros que me conocéis sabéis que yo quiero salir por la mañana pero hay cosas que salen que me lo impiden. Cosas como el twitter, el café, secarme el pelo o el sol.
También habíamos de ponernos al día mi amiga y yo, ya que la había abandonado en Inglaterra dos días.
Ese día fue de los primeros en los que vimos el sol aquí en el verano de la isla. Quedamos con nuestros amigos los Stark y su bebé, en ese pub que tanto nos gusta en Hampstead. Sí, ese con el jardín de los calefactores que está al lado del Overground. Ese digo.
Allí comimos. Algunos hamburguesas y manjares selectos hechos con los mejores animales. Yo, patatas fritas. No os preocupéis: son patatas finas, están de muerte, y además me pedí dos, una por cerveza.
En la mesa de al lado conocimos a dos perritas, madre e hija, que nos quisieron. Eso siempre es bueno. Por supuesto me provoca querer ver más perros, así que fuimos a pasear a Hampstead y Parliament Hill como es menester. Siempre que entro a Hampstead pienso en cómo Boni sería la estrella del barrio, en cómo la gente la miraría y diría “Qué realeza! Qué porte!”
Nos hicimos una foto para el tito Ferio, al que echamos siempre de menos, y luego procedimos a ir a Highgate a dar una vuelta por el barrio. Una de las ventajas de ir con bebés es que cuando es cuesta arriba y el grupo lleva un carrito con las maletas de las vacaciones, la gente quiere coger autobuses, y tu duende del ejercicio no te puede reprochar nada. NADA, Duende del Ejercicio, esta vez HAS PERDIDO! JA!

En Highgate íbamos a ir a una tetería monísima con langostinos hechos de punto en el escaparate. Pero! Cerraba. Así que nos conformamos con ver el escaparate y nos fuimos al PUB! Nos sentamos fuera. Se nos había olvidado que a veces uno puede sentarse fuera a disfrutar de un poco de sol. Qué ocurrencia tan extravagante.
Aunque Baby Stark se portó extremadamente bien, se hacía tarde, y los bebés no pueden estar fuera de casa todo el día como si fueran unos adolescentes de los suburbios de Pennsylvania. Nuestros amigos habían de partir. “Excepto que te vayas tú y me quede yo?”. La emoción de Vir al pensar que podía salir un sábado noche era visible en sus pupilas. Ocurrió. Tres chavalas sueltas por el norte de Londres en busca de rock n roll!
Bueno, ciertamente lo que hicimos fue cambiar de pub y seguir rajando y tomando cervezas y vinos. Y yo echando mis fikas, claro. Heaven Is A Beer Garden.
Luego anocheció y se puso a llover. O qué os creíais, que estábamos en Jauja aquí? Aquí llueve, chavales.
Tomamos, erm, patatas fritas en el pub nuevo. El pub ese, The Spaniards Inn, es guay. Las patatas, desafortunadamente, eran gordas. Pero son patatas, y se comen.
A una hora prudente (yo qué sé a qué hora, que hace de esto mes y medio) nos tuvimos que marchar. Supongo que a la hora que cerraban el pub.

El domingo, 15 de Julio, teníamos programado un excelente día. Viaje a Oxford con Robert para quedar con Rabone. Sí, Rabone. Eso es todo lo que voy a decir al respecto de eso.
Habíamos quedado a una hora temprana, pero no teníamos prisa porque Bobby siempre llega tarde. Menos ese día, claro, que llegó pronto, porque siempre hace lo contrario de lo que se espera de él.

Llegó y tomamos un café en la casa antes de salir, con calma. Subimos al coche y fuimos rumbo hacia el norte por Wimbledon. Yo mientras iba explicando a Viveka las cosas que íbamos viendo, y por dónde estábamos pasando. En Roehampton se dio cuenta de que se había dejado el móvil, el método de comunicación con RABONE, así que tuvimos que volver. A la vuelta volví a explicarle las cosas que íbamos viendo, y por dónde estábamos pasando.
Horas después, y tras una parada en el Costa del Village, volvimos a partir hacia el norte, y yo fui explicando... bueno, ya sabéis.
En el coche, por la campiña, escuchando los Strokes, entre rayos de sol y tormentas incomprensibles, llegamos a Oxford hora y media más tarde de lo planeado. Estaba lleno de turistas y niños con jerseys de Oxford, y la calle principal podría ser cualquier calle principal.

Por suerte, nuestro destino elegido estaba ligeramente apartado de la muchedumbre. Este era The Eagle and Child, pub también elegido por JRR Tolkien y CS Lewis para tener sus charletas intelectuales. Mi emoción subía a niveles desorbitados, especialmente al divisar el menú de sausage and mash vegetariano. Pedimos nuestras merecidas cervezas y nuestros almuerzos, y disfrutamos de uno de los rincones que claramente había sido escenario de los primeros borradores de Bag End.

Me trajeron unas salchichas con un aspecto impecable, suculentas y grasientas, que por supuesto no eran las vegetarianas porque las vegetarianas no te dan ganas de llorar con ese olor maravilloso de animal. Viveka las probó para confirmar, segundos antes de que el camarero viniese y me dijese “te he traído las salchichas de animal”. Suspiro.
Las salchichas vegetales estaban muy ricas, no os preocupéis por mí.
Después vino Rabone, y tomamos alguna cerveza más, y luego su novia, que resultó haber ido al mismo colegio que Bobby, por lo que tuvieron historias que contar durante una muy amena velada.
Bobby y yo salimos a fumar, y yo me puse la máscara de gato para fumar y a la vez tener una conversación muy seria. Llevar máscara de gato y fumar a la vez es un acto bastante complicado, pero también lo es actuar con naturalidad mientras haces esas dos cosas. Los adultos te miran con extrañeza, pero piensan que puede haber muchas explicaciones posibles para tu comportamiento. Los niños te miran con extrema incredulidad, y no lo entienden, no saben por qué hay una persona con cara de gato que no está haciendo ningún tipo de show. Y eso me hace feliz. Ese es mi show.

Rabone y Mrs (es que no sé su nombre, lo siento) resultaron unos excelentes guías de la ciudad. Ella me dijo que había ido a Oxford porque pensó que era lo más cerca que estaría de ir a Hogwarts en su vida. Y claro, eso me llenó de felicidad, y di saltitos de alegría por los adoquines.
Nos enseñaron Merton College, donde ellos habían estudiado, y donde Tolkien era profesor. En teoría los domingos no se puede entrar a los colleges, pero nosotros sí pudimos porque íbamos con ellos. Felicidad, flipación, árboles y anécdotas estudiantiles. Es una de esas cosas que deprimen cuando lo piensas porque tú no has ido a Oxford y no eres Tolkien, Bill Clinton, ni ninguno de sus descendientes. Hasta pasadas unas horas ni me había acordado de que el Presidente Clinton había estudiado allí con su Rhodes Scholarship. Mi amor por Oxford se multiplicó por 5,780.

Terminamos el día en un Beer Garden fantástico, hablando de presidentes, de ser estudiante, y de los góticos. Los góticos siempre salen a colación. Allí, en la mesa de enfrente, había cuatro tipos. Uno iba con un traje de tigre, otro de pinguino, otro de león y otro de no sé qué. Me puse la máscara de gato para hacerles una señal de amistad, pero supongo que no me habrían aceptado en su club. Por qué no llevaré encima el traje de vaca cuando lo necesito?

Antes de irnos vimos un montículo al que queríamos subir. Pero no subimos porque o había que pagar, o estaba cerrado. Una de esas cosas. Paramos en una tienda de conveniencia a comprar chocolate, agua y un souvenir para mi mausoleo. Pasamos muchos problemas para pagar el parking, pero conseguimos salir de allí.

El camino de vuelta se hizo tedioso con el cansancio que impide que fluya la conversación, el ruido de la autopista que no permite echar fikas como es debido, y el extremo tráfico, que simplemente te hace querer matar.

Un fin de semana muy productivo, en mi opinión. Espero que estéis de acuerdo. Si no, pues nada.

Friday, July 27, 2012

Dos días en Colonia



Tengo unos días repletos de acción en mi miserable vida.Yo siempre quiero irme de viaje de negocios. Es divertido y casi gratis, y casi siempre hay alguien a quien ver con quien se pueda ir a tomar unas cervezuelas.
De alguna manera, siempre tendré que irme de viaje en un momento inoportuno. La vida es por joder, que dice Car.
El día 12 de Julio tuve que irme a Colonia de viaje. Viveka llegó aquí el día 11 y la tuve que abandonar sola en Inglaterra. En cualquier otro momento, me habría ido a Colonia, y luego habría pasado allí el fin de semana, como la otra vez. La vida es por joder.
Me levanté a las 4 de la mañana, y sólo estábamos despiertos Ggregg el zorro y yo. Él andaba olisqueando las calles buscando manzanas podridas, y yo echando una fika en la ventana de la cocina.
Me vino a buscar Ilknur en un teko. Me preguntó dónde estaba mi equipaje.
"Equipaje? A donde vamos no necesitamos... equipaje."
Sí, amigos, yo ya paso. Sólo necesito un cambio de atuendo y mi cepillo de dientes. Lo demás es vanidad. Me olvidé el cepillo de dientes, pero bueno, la teoría la he masterizado.
Me conozco Gatwick como mi barrio, por la de horas interminables que he pasado allí, así que tomamos un café antes de embarcar. El avión ya iba bien surtido de chickenlagers germanos. El origen del chickenlager es sin duda Bavaria.
Se tarda como 10 minutos en llegar a Colonia en el avión. En el control de pasaportes había dos colas. Todo iba fluido en ambas, hasta que fue nuestro turno y la policía germana tuvo un problema con el pasaporte africano del pasajero justo delante nuestro. Sospechoso, verdad? Diez minutos después la gente empezó a cambiarse de cola. Eligió... mal. Como siempre. Luego salimos a echar una fika con los policías del control de pasaportes. Kudos.
La oficina de Colonia, aparte de molar, tiene máquinas de Nespresso a tu entera disposición, y un futbolín. Y gente joven, y ambientillo, y pelotas gigantes para sentarte. Eso último ya lo sabíais.
El día de trabajo fue un duro día de trabajo, sin olvidar que empezó a las 4 de la mañana.
Por la tarde fuimos al hotel a dejar las cosas. Yo había tenido un fin de reunión ligeramente estresante y dije mi clásico "necesito una copa y una ducha".
Al entrar en mi habitación abrí el minibar como un señor que no sabe si está en el hotel de Denver o en el de Siracusa, en busca de una cerveza fría. La cerveza estaba caliente. Pero lo que tiene el minibar es que contiene otros productos! Sí, me comí el chocolate del minibar. La vida deja de ser por joder cuando hay chocolate.
Emprendimos camino por la orilla del Rhin al restaurante elegido por Michaela, un griego con terraza mirando al río y los Bruckens. Primero tomamos una buena kolsch, y luego patatas, queso, pan y vino. Sí, qué pasa? Dejadme.
Volvimos al hotel paseando de nuevo por la orilla poco antes de medianoche. Encontramos perros paseando, chickenlagers en bici, y chickenlagers paseando pero desafortunadamente no perros en bici.
En el hotel puse la tele. Yo no tengo la tele enchufada porque ya sabéis que me niego a pagar una TV Licence, así que es todo un evento que yo ponga la tele. Y qué vi? Pues Españoles por el Mundo, por primera vez en mi existencia. Estaban en Noruega, y salían perros de trineo. Me gustó, porque es que los perros estaban super contentos. Ayyy.
Al día siguiente di buena cuenta del desayuno del hotel. Era verdaderamente espectacular. Hicimos el checkout, y le dije al chickenlager de la recepción que sí, que me había comido todo el chocolate del minibar, que lo tuviera en cuenta.
De nuevo a trabajar duro en la oficina, y a comer, y hablar de fútbol. No estaban muy contentos de hablar de fútbol conmigo, los alemanes.
Como me había olvidado el cepillo de dientes y los filtros de las fikas, me fui al Lidl de enfrente de la oficina a comprarlos. Cogí el cepillo barato y la pasta de dientes cara, y busqué los filtros. Me habían dicho que los vendían ahí, así que me acerqué a la caja y le pregunté al chickenlager que dónde estaban los filtros. Me enseñó una caja muy grande y le dije "pero eso es gigante!". Y luego decidí comprarlo igualmente.
Por supuesto lo que me dio fue unas cosas que son como cigarros normales vacíos, y que por supuesto son imposibles de rellenar con tabaco normal. Gracias, Alemania, por ser tan rara. Volví a la oficina con mis "filtros" en la mano y con cara de Absolute Fail. Por suerte encontré a Bernd y me dio un buen surtido para el resto del día.
Decidimos marcharnos sobre las 3, ya que al fin y al cabo nuestro avión salía a las 21:45 y hay que llegar con tiempo...
La lluvia paró en cuanto salimos del edificio y el sol de nuevo nos acompañó en nuestro paseo por el centro histórico de la ciudad. Le hice a Ilknur caminar en círculos y seguirme mientras yo elegía las calles más pequeñas y retorcidas que veía, en busca de algún bar que molase para tomar kolsch.
Al final optamos por una terraza en el río, y yo pedí 7 kolsch y ella un café solo. (...)
Empezó a diluviar y decidimos ir a buscar un sitio para cenar. En el camino, en una callejuela, vi la tienda "English Books and Tea". Yo tenía que entrar ahí, así que le hice entrar.
Al entrar nos recibió un tipo preguntanto en inglés si podía ayudarnos. Yo le dije que iba a mirar, a lo cual me respondió sonriente que adelante. De repente se sentó en un sofá, sacó un ukelele de detrás de él, y se puso a tocar unas cancioncillas. Hablamos un rato del Capitán Picard y tocó unas canciones de Flight of the Concords. Y luego sacó una guitarra. Y cantó una canción alemana sobre la reina Isabel de Castilla, cambiando Isabella por Pepa. Eso es así. Por supuesto le compré un libro sobre America que valía €8, me dejó en €4, y yo dejé en €5 por el show.
Le pregunté dónde podíamos ir a comer una pizza, y nos acompañó al restaurante de al lado, Pinocchio. Allí tomamos una deliciosa pizza, y yo de nuevo una kolsch, e Ilknur un zumo de naranja con agua (...)
De ahí decidimos partir hacia el taxi para el aeropuerto. De nuevo nos encontramos al tipo de la tienda, cuyo nombre pienso que es Chris, y nos despedimos amablemente hasta la próxima.
En el aeropuerto había un avión pequeñito donde se subían los niños. Yo quería subirme pero soy un adulto. Es tanto risible como poco creíble, pero así es, me consideran un adulto.
Le advertí a Ilknur que se quitase el podómetro porque si pita y te cachean, se freakan out y piensan que llevas un detonador. Fue de todos modos gracioso que pitase y pensasen que era una terrorista. Lástima que no ocurriese en el avión de ida con el cacheador de Gatwick del que estoy perdidamente enamorada.
El avión se retrasó, me vi envuelta en la típica situación de hacer bromas sobre Hitler en Alemania y me mordí el pelo al verme atrapada en un avión porque el tío del finger no nos dejaba salir.
Fue un bonito viaje y quiero volver pronto y hacer algo que no sea el imbécil.
Adiós.

Tuesday, July 17, 2012

Ya no hay más Verano



Veamos, dónde me quedé?
El 4 de Julio lo celebramos como nuestra bella nación se merece y comimos patatas fritas, hot dogs y hamburguesas. Todo, desafortunadamente, vegano. La vida de un vegetariano es muy dura cuando el olor de una barbacoa hace que se te salten las lágrimas. Sé que ese no es el caso para la mayoría, sé que es sólo mi caso porque soy un caso perdido. St Jude.
Disfrutamos nuestra comida con nuestros animales y nuestros progenitores, y retrasamos la partida lo más que pudimos. Había que volver a Madrid, para hacer la última salida nocturna antes de volver a Inglaterra.
En el autobús tratamos de jugar a "Hacer listas". Sólo llegamos a una serie de nominaciones a "Mejor perro de peli", "Mejor casa de peli" y "Mejor coche de peli". Decir que ganaron, respectivamente, en una feroz competición, Verdell, Big y el Delorean.
Cogimos un pato (Ferio®) y nos fuimos al hogar antes de partir hacia el concierto de Mal Du Ciel, nuevo grupo de Marco y JR. No estoy de acuerdo con el nombre pero es el que eligieron y lo respeto.
El concierto era en Moby Dick, a donde se llega "en 20 minutos" en autobús. Obviamente eso es un cálculo falso, ya que desde mi casa a cualquier sitio de Madrid se tarda 20 minutos. Como en Los Angeles.
Obviamente también, no fuimos en autobús sino en taxi. Allí nos encontramos con la gente. De nuevo caigo en la tesitura de listar a toda la gente con la cual nos encontramos. No lo voy a hacer, por mantener la privacidad de sus vidas. Menciono sólo a Julio porque es al que más quiero de todos.
Tratamos nuevamente de mantener el control de pedida de cervezas en el nivel más bajo posible, pero cuando hay 2x1 el sistema actúa contra ti.
Me resultó muy grato que el siguiente grupo fuera Chinasky, donde toca mi buen amigo Marquitos al que también me hizo especial ilusión ver. Y me gustó mucho el concierto.
Otra gente llegó después de los conciertos. Fue divertido e inusual.
Anduvimos en la noche Énan, Rania, Grillo y yo por la Castellana hasta encontrar un teko. Y yo dormí 2 horas, una en una butaca y otra en un sofá, para partir hacia el aeropuerto a las 6 de la mañana y llegar al trabajo 6 horas después.
El buen Grillo me acompañó a la parada del Airport Express en Cibeles. Me dio pena dejar a un grillo en las calles a esas horas. Pero pronto nos veremos, un jour de couleur d'orange. Es decir, este jueves. Por lo menos tenemos nuestra clásica postal de Madrid de recuerdo.
Al aeropuerto llegué con cierta holgura, y con un intenso dolor de cabeza por falta de sueño y exceso de cerveza. Necesitaba tomar un ibuprofeno, para lo que necesitaba agua. El agua la venden en la máquina de agua, por el módico precio de €2.60 por 500ml. Obviamente no llevo tanto dinero encima, hijito, sino un billete de €10. Tuve que comprar un Huesitos en la tienda de Relay por algo así como €1.80, y luego comprar la botella de agua.
Fue entonces cuando desarrollé mi nueva teoría. La conspiración sobre la posibilidad de hacer bombas líquidas y llevarlas en los aviones es un invento de FontVella y Coca Cola. Está tan claro que me sorprende no haberme dado cuenta antes. CLARO que no puedes llevar agua de fuera, porque te habría costado 35 céntimos. Así no pueden hacer beneficios. Así que TE JODES y compras 500ml por €2.60. Y de paso te jodes y engordas con tu Huesitos. Estaba rico, eso lo he de confesar.
En fin, que la conclusión es que no existen las bombas líquidas que puedas meter en una botellita de FontVella. Hijos de puta.
No voy a explayarme en mi viaje de vuelta. Tardé tres horas en llegar a la oficina y eso me jodió. Y llovía.
Fueron unas bonitas vacaciones, y espero veros a todos antes o después.
Adiós.

Wednesday, July 11, 2012

Verano Animal


Dormirse a las 4 de la mañana sin apenas alcohol en sangre y no tener que madrugar al día siguiente a pesar de ser Lunes es uno de los mayores placeres de la vida del Churk común.
Realmente el Churk común sólo madruga si tiene que ir al aeropuerto, el resto de días se despierta cuando quiere. El Churk es malo.
Desperté y no había fikas. Decidí ir a comprarlas y de paso tomarme un Starbucks. En el estanco me dieron 6 papelillos por el precio de 5. Es uno de esos gestos amables que tienen conmigo, mucho mejor que el regalo de un mechero feo e inservible.
En el Starbucks me hablaron en inglés. No por la pinta que tengo, que no es en absoluto de turista, sino supongo que porque ningún madrileño en su sano juicio aparece un lunes a las 11 de la mañana en el Starbucks de Neptuno. El café no fue de lo más satisfactorio, pero por lo menos se parecía más a lo que acostumbro tomar.
Al estar en la calle me percaté de que un alto porcentaje de la población masculina llevaba camisetas de España. Esto me hizo pensar que probablemente eran las mismas camisetas que habían llevado la noche anterior y no las habían lavado. Días después, seguiría viendo camisetas de la selección, y preguntándome si las habrían llevado puestas todos los días de la semana.
El Grillo y yo nos íbamos al pueblo. El objetivo era coger el autobús de las 2. Nos despedimos de Rania, preparamos nuestras cosas y salimos de la casa. Le contamos un poco nuestra vida a la portera en el portal y subimos la calle para ir hacia Sol.
Cuando llegamos al final de la calle, el Grillo se dio cuenta de que se había olvidado de coger toda la comida de Vegan Planet para el festival del 4 de Julio. Así que tuvimos que volver a bajar la calle, contarle un poco más nuestra vida a la portera, y volver a subir.
Paramos a comprar desodorante Mum® en el Bodybell® porque no lo tienen en Boots® y a mí me gusta porque huele a brisa de primavera. Cogimos el metro. El metro de Madrid es el mejor, especialmente un lunes a las 2 de la tarde cuando no hay nadie subido en él. Obviamente el autobús de las 2 ya no era una opción, ahora era el de las 2:30.
Comimos unos sandwiches de queso con tomate en Rodilla y nos echamos unas fikas fuera, en la Plaza del Terror, aka Príncipe Pío. Creo que es mi menos favorito lugar en Madrid. Cemento, carteristas, chonis y ni una sombra. Los sandwiches aún así estaban deliciosos.
En el autobús jugamos a iMDB y a variantes, hasta que el Grillo dijo que quería jugar a algo que no requiriese pensar y bueno, el juego que inventé es inexplicable, pero proporcionó bastante risa.
Explicaré el origen del juego "iMDB", que es más o menos como el Oráculo de Kevin Bacon.
Allá por 2009, en Madrid, yo tenía ratón inalámbrico pero no teclado. El ordenador estaba enchufado a la tele, y ahí veíamos nuestras pelis y cosas de internet. No sé muy bien cómo surgió la pregunta de "qué peli es esa que sale Tom Hanks" (sea Tom Hanks un ejemplo de cualquier actor por el que nos preguntábamos en ese momento). Sin teclado, no puedes ir a iMDB y escribir "Tom Hanks" en la búsqueda. Sin teclado, hay que recurrir a estratagemas más complicados. Claro que puedes levantarte del sofá y teclear, pero, quién tiene tiempo de hacer eso? Nosotras no. Mucho mejor es hacer click en cualquier trailer o noticia que sale en portada de iMDB y, a través de sus actores, llegar a una peli de Tom Hanks. Sirva de ejemplo que en portada sale el trailer de The Dark Knight, y Christian Bale sale en The Dark Knight, y también sale en Velvet Goldmine con Ewan McGregor, que sale en A Life Less Ordinary con Cameron Diaz, que sale en La Boda de mi Mejor Amigo con Julia Roberts, que sale con Tom Hanks en Charlie Wilson's War. Idealmente cuantos menos clicks hagas, mejor lo habrás hecho. Esto evolucionó sin internet a pensarlo con la cabeza, y es un gran juego para ir en coches o perder el tiempo de una manera divertida que ejercita tu mente. Los actores más populares por los que pasamos son, inexplicablemente, Shia LABEOUF y Penelope Ann Miller. Ahora ya, por diversión, tratamos de pasar siempre por Shia LaBeouf. Simplemente es gracioso decir SHIA LABEOUF.
Bueno, pues llegamos a Segovia y Ladre nos recogió. Trajo patatas y pipas, y yo me las comí. Paramos en Mercadona a que Grillo comprase Doritos Tex-Mex. Eso es así.
Al llegar al hogar, Boni me quiso, aunque no me trajo nada porque le pilló de sorpresa. Puchi por su parte se restregó como una anguila por todo el césped en un ataque de extrema locura de amor perril, alternando entre las dos para dar besos y morder nariz. Entre tal round de cariño casi olvido saludar a mi padre. Chandler el gato huye de mí porque se olvida de que me quiere, pero luego se acuerda, y esa noche hasta durmió conmigo.


Comimos garbanzos y luego no lo sé. En el pueblo pierdo la noción de lo que hago, porque es básicamente vaguear, comer, ver pelis y besar perros.
En esos días vimos Indiana Jones 3, Hitch, y algún clásico más. También vi unos documentales sobre América desde el aire, y decidí que mi destino es MAINE, y que debo irme allí lo antes posible.
También me senté 20 minutos al sol y me quemé. Thanks a lot Bin Laden.
Iba a zanjar ya este viaje en esta entrada, pero ya me he cansado por hoy. Mañana me voy a Alemania, tal vez pueda escribir algo en el avión.
Adiós.

Tuesday, July 10, 2012

Verano en la Granja Blanca



Domingo. Me desperté por la mañana con esa boca pastosa que sólo la resaca puede proporcionar. Estaba enfadada, y condenada a la oscuridad de la cueva. Me senté en el sofá a echar una fika y considerar las opciones de la mañana. La mañana en un piso compartido es difícil. Nunca quieres ser el primero en levantarte y empezar a hacer ruido, especialmente si conoces a los otros ocupantes y sabes que no tienen buen despertar.
De nuevo aproveché la condición de la cueva y decidí ver una peli. Elegí Old School. A los 5 minutos ya desperté a Grillo, y se sentó a verla conmigo sin decir nada más. A los 10 minutos ya desperté a Aiti, y salió, dijo buenos días, y volvió a entrar. Domingo por la mañana, nunca el mejor momento de entablar conversaciones.
Reí mucho viendo Old School entera, mientras Car trataba de hacerse la buena cocinando un desayuno copioso para todos. Café, zumo de naranja natural, croissants, sandwich de doble de queso y sí, cómo no, patatas fritas. Fue un buen desayuno - comida - cena.
Después de eso no hicimos nada, salvo ver American Pie: Reunion. Es un poco más seria que el resto, pero sigue habiendo mierda y cosas de esas que nos hacen reír.
Estando en Madrid se queda y sale con gente, así que quedé con mi buena amiga Jimena. A pesar de que pida zumo de naranja en la terraza de un bar mientras yo me pido una cerveza, es una gran persona a la que profeso genuino amor.
Se acercaba la hora del partido, la hora para la cual todo este viaje se había programado. Mi plan inicial de ignorar a mis amigos e irme a verlo al Wild Thing como mandaba la tradición, se fue a lo que viene siendo la mierda.
Ya sabéis cómo son las tradiciones: si ves el partido con una camiseta roja y gana España, tienes que ver el resto de partidos con una camiseta roja o perderán. Lo mismo ocurre si lo ves con un grupo de amigos u otro, si bebes Heineken o Mahou, o si coincidió que ese día no te habías duchado. En el caso de mis amigos (Car, Aiti, Pat, Al) la superstición fue seguir viendo los partidos en LA GRANJA BLANCA.
La Granja Blanca es un bar de esos de Madrid que consisten básicamente en una barra a la izquierda, dos mesas al fondo, una máquina de frutas a la derecha y una tele de esas pequeñitas que cuelga del techo. Sí, amigos, la gente decidió ver TODA LA EUROCOPA en básicamente una tele de hospital. A pesar de todos mis intentos de ir a otro lugar donde pudiera ver algo, tuve que acabar en La Granja Blanca. Pero obviamente, dado el resultado final, no me arrepiento. Aunque espero que Brasil 2014 empiece en otro bar. Un sports bar de Nueva York, por ejemplo.
Vinieron los amigos al partido, incluyendo LAMARGA, que aparte de ser genial de por sí, es más genial porque pide cañas dobles.
Obviamente fuimos gente feliz durante esos 90 minutos. Sobre todo yo. Gente feliz. Por si acaso el mundo se acaba y lo único que sobrevive a la explosión es el servidor de blogspot que contiene estos relatos, pues España ganó la Eurocopa 4-0. Ahora me pongo a pensar que si el mundo se acaba y lo único que he contado es que ganamos 4-0 va a ser muy deprimente. No sabrán contra quién, ni la Eurocopa de qué, ni quién metió los goles, ni dónde se celebró, ni que ese mismo día Pamela Anderson cumplía 45 años... Bueno eso último sí.
En cualquier caso, estuvo muy bien, vi a mis queridos amigos y además gané y además fuimos a Cibeles vestidas de cosas raras. El único aspecto desagradable de la noche fue que Aiti tiró su móvil al váter. No todo puede salir a pedir de boca, supongo. Pero en general, sí, mereció la pena.


Después de tanto gritar gol y tanto cafrerío español que sólo se da en estas ocasiones de interés nacional, la realidad empieza a manifestarse: Acabas de ir andando por la calle con una cabeza de cangrejo en la cabeza, te has hecho fotos con gente que canta "yo soy español" y has tolerado que soplasen trompetas de manera incesante en lo que viene a ser tu cara. La hipocresía que irradia mi ser podría iluminar el condado de Bishop, Alabama.
Al final lo celebramos como sólo nosotras sabemos hacer: comiendo patatas fritas. Y qué hacen tres troncas al volver a casa, en vacaciones, tras celebrar una victoria deportiva? Pues ver SENTIDO Y SENSIBILIDAD. Enterita.

Monday, July 9, 2012

Verano del Terror


La casa de Madrid es espaciosa. Esto hace que podamos acumular en ella todo tipo de artilugios, ya sean útiles o inútiles. Allí tengo la mitad de mis posesiones, que normalmente o no servirán para nada (los libros de Twilight) o serán el objeto de mi anhelo profundo (Malkovich, mi tele, o Mikey, mi minicadena). Ni que decir tiene que no me llevé nada. Dejé allí a Porkovich, el cerdo feliz, para que lo lleven al pueblo con el resto de animales. Ni siquiera me llevé mi paraguas, el cual me sería muy útil en la vida. Ya lo creo.
El único inconveniente, aparte del ruido de la calle, las obras, el olor del bar, las goteras, las vigas que se mueven etc, es que el salón es una oscura cueva, a la cual llegas y no sabes bien qué hora del día es. Esto me viene muy bien a la hora de levantarme por la mañana e irme al sofá a ver una peli. Yo no veo pelis cuando fuera es por la mañana. Así engaño a mis principios, y eso me gusta.
El Grillo puso Tienes un E-Mail para hacer la gracia un rato. Ella no sabía que pensaba verla entera. Y así fue, la vimos entera. Gran comienzo del día, con pipas y café.
El pobre Grillo no había comido pipas y tenía hambre. Así que nos fuimos a desayunar (a las 4) al Home Burger Bar nuevo que han abierto en el barrio. Cerveza, hamburguesa vegetariana, patatas fritas y aros de cebolla. Evidentemente todo esto es demasiado para dos pobres personajillos como nosotras, pero hey, en la vida hay que comer patatas, right? Y las del Home están muy ricas.
Después de eso me dijeron que íbamos a una tienda del barrio llamada Vegan Planet a comprar comida para nuestro 4 de Julio vegetariano. De esta sentencia, hay varias partes que son mentira.
Realmente la tienda se llama "Planeta Vegano". Eso son cosas del Grillo y se aceptan. Pero el "barrio" nunca fue Lavapiés. Me engañaron para ir a Lavapiés. Ya sabéis que a mí no me gusta ir a Lavapiés. Ya no es sólo el nombre, que es de tan buen gusto como Despeñaperros, sino el olor a tetería y variantes. Más adelante en el día me daría cuenta de que la fragancia Eau de Meados no es exclusiva de Lavapiés, sino que se extiende hasta Chueca, pasando por Gran Vía, Alcalá, y sí, mi estimado barrio de las Letras.
Paramos antes a tomar un café en el Barbieri, que nos gusta, y escuchamos a Tchaikovsky o Korsakov o a cualquiera (no voy a ir de entendida de la vida, no tengo ni zorra, fuera lo que fuera, molaba).
En Planeta Vegano Car compró muchas cosas para el festín del Día de la Independencia, y nos pedimos un Club Mate y una Mate Cola. La Mate Cola tiene tanto azúcar que creo que me subí al techo en un momento dado.
De vuelta a casa nos pusimos a ver Trailers. Gustamos de ver Trailers. Yo ya había visto casi todos, pero hay algunos que merece la pena revisitar. Sin embargo, la maldición de la visita a Madrid implica siempre salir de casa, y mucho.
Era el desfile del Orgullo Gay. Queríamos ir a Malasaña y decidimos que la mejor manera era evitar la Gran Vía e ir por la calle Barquillo. Ciertamente era la mejor manera, si bien la calle Marqués de Cubas era el váter oficial de la ciudad, con el culo de una tía entre cada dos coches, y regueros de meado que provenían de la fachada del Banco de España.
N. del A.: A la gentuza que mea en la calle: sois gentuza.
Prácticamente corriendo, salimos de ahí. Al Grillo se le ocurrió quejarse a un policía. Como si el policía fuera a poder hacer algo.
Gentuza!
Cruzamos la calle Alcalá bajo una carroza que tronaba con horterismo, y seguimos nuestro camino a paso ligero huyendo de la muchedumbre.


En el camino, encontramos el In Dreams de la calle San Mateo, bar californiano vacío en el cual ponían los Beach Boys. Y yo soy muy fan de los Beach Boys. Así que pedí dos cervezas. "De cuáles?" "Pues de las grandes" "Tengo jarras grandes congeladas" "De esas, claro!". Cada una con nuestro litro de cerveza nos fuimos turnando para sentarnos en distintos ángulos hacia la ventana y en distintos sofás, echando fikas, viendo pasar gente (des)vestida para la ocasión que se daba en el barrio contiguo y esperando a que vinieran los demás.
Al final vino toda la gente que iba a venir. El problema de este blog es que yo cuento mi miserable vida porque soy una egocéntrica y no me molesta que la gente sepa lo que hago a todas horas. Pero luego debería narrar que vinieron X, Y y Z, y a lo mejor X mintió a su madre para aparecer en el garito. Y nunca se sabe, amigos, nunca se sabe.
El caso es que tras un rato agradable y muchas más jarras de esas, cambiamos de lugar, y todo se fue a la mierda. Amenacé a 2 grupos distintos de personas en la calle Fuencarral por hablarme y mordí la cara de mi hermana. Todo perfectamente justificable, claro.
Y nos fuimos a casa, sí. Quiero pensar que recibí patatas fritas de compensación pero no recuerdo que así fuera.
Dormí poco, y mal, en la cama compartida, porque yo ya no tengo cuarto. El caso es que lo que me hizo darme cuenta de que verdaderamente ya soy un huésped en Madrid no fue lo de no tener cuarto, sino el recibir una tualla de IKEA en lugar de una de las buenas del Corte Inglés. Vivir para ver.

Sunday, July 8, 2012

Verano en la Villa



Hablaba completamente en serio cuando decía que si España pasaba de Cuartos en la Eurocopa me iba a ir a Madrid a ver la final. Lo que pasa es que cuando se vive al límite como hace el buen Churk, es muy difícil apostar el dinero del vuelo por que pasemos de Semis. Yo no apuesto, porque como bien sabe cualquiera que me conoce, tengo muy mal perder. MUY mal perder.

Todos creíais que era un plan de última hora tras ganar a Portugal, eh? Pues no. Estaba todo calculado. Sólo me faltaba pedir vacaciones y comprar el billete. Es decir, nada estaba calculado. Pero yo tenía un backup plan. El dinero iba a gastarse igual. Porque tocaba Suede en el Hop Farm Festival el día 1 y si España no jugaba la final, aquí el Perk se iba a ir a ver a Suede. Quién me iba a decir que iba a elegir ver el fútbol en lugar de ver a Brett. La vida da giros inesperados.

En cualquier caso, vi el partido de Portugal en el Enterprise, rodeada de portugueses o ingleses que iban con Portugal porque eran unos desgraciados. Estaba claro que la final no podía vivirla en el país hostil donde resido. Estaba claro que tenía que irme a la patria.
El jueves por la mañana compré un billete para el viernes por la tarde. Eso es así. La compañía más barata era Air Europa. So, Air Europa it is.

Hice mi maleta (vacía) y partí hacia Gatwick con 17 horas de antelación desde Weybridge, porque no te puedes fiar de los trenes maléficos de Inglaterra.
Me gasté medio millón en WHSmith como es tradición, afortunadamente parte de él en la nueva Empire Magazine.

El avión no era mucho mejor que los de EasyJet, por mucho que digan los pijaldres. Sí, el vuelo estaba invadido por pijos españoles que trabajan en la City, y que gustan de contar cómo trabajan en la City y cómo les gusta viajar en compañías no-low cost y recomiendan lugares de mierda en Londres a la gente que se encuentran en el avión. Y como bien sabéis esto lo hablan en la parte del vuelo en la cual he de apagar mis aparatos electrónicos y oírles. Odio escuchar conversaciones ajenas, y sobre todo cuando son mierda. Me calmé leyendo mi Empire de principio a fin, y completando mi crucigrama.
De nuevo llegó el momento del aterrizaje y el apagado de los aparatos electrónicos. Y por supuesto fue el momento en el cual un tipo decidió que era menester ponerse a cantar LUZ CASAL, sin ningún tipo de tapujos ni consideración por el resto de pasajeros que tenían que escucharle. Cuando acabó se oyeron murmullos de "joder, macho, menos mal"(vale, era yo). Pero no quedó contento y decidió que era el turno de Nena Daconte.
La mierda de Air Europa es peor que EasyJet porque no tiene finger, tiene autobús a la terminal. Odio el autobús a la terminal. Sobre todo porque me tocó con el tipo que cantaba al lado. Le miré con tanto odio que hasta me dio vergüenza y decidí bajar la cabeza el resto del trayecto.
Tenía reservados 10 euros para el autobús que te lleva a Cibeles que antes valía 2 y ahora vale 5. Teniendo en cuenta que me había gastado 14 libras en ir a Gatwick, no me invade en absoluto la indignación.
El Grillo me llamó desde una cabina para decirme que iba a ir a buscarme a Cibeles. Eso fue una gran alegría porque me trajo una couk bien fría entre otras cosas. El Grillo lleva mi maleta cuando yo llego a Madrid. Nos echamos unas fikas en el Paseo del Prado, y vimos perros. Y lucía el sol.

Mi planazo del viernes: ir a Chueca a conocer el bar de Seb. El planazo del viernes de toda la humanidad: ir a Chueca porque es el Orgullo Gay. No voy a soltar todos los improperios que solté en ese momento de intentar atravesar la plaza. Sólo diré: IDEAS DE BOMBERO.

Sabéis qué? Que Seb no estaba en el bar ese día porque tenían un puesto en Callao. Así que nos tomamos una cerveza con Julien, y dijimos "vayamos a saludar a Seb a Callao!". IDEAS DE BOMBERO.
Que qué me encontré en Callao? A OBK EN DIRECTO.
Todo era un poco Fracásibol, y yo no soy Fracásibol, que yo sepa. Huímos de ahí y fuimos al Templo del Gato, a bailar un poco y beber demasiado.
Conocimos gente, hicimos el ridículo, nos reunimos con otras personas y RECHAZAMOS chupitos gratis, porque nos portamos bien. Cuando nos íbamos a marchar parecía que el DJ lo sabía porque empezó a poner cosas de las que me gusta a mí bailar cuando limpio la casa: Kiss, Cheap Trick, Thin Lizzy. Así que nos quedamos. Terminamos la noche bailando el ballet de Life on Mars, y cuando cerraron nos fuimos en busca de pizza nocturna.
Había cola en algunos de los sitios de pizza, así que fuimos a uno en Huertas. Al llegar, el chico de la pizzería (Santiago Pollo) nos preguntó cuántas pizzas queríamos. La única respuesta posible a eso es TODAS. Así que pedimos TODA LA PIZZA y nos la llevamos.

Voy a dejar el día siguiente para más adelante. No es que vaya a ser una historia trepidante llena de ricos personajes ni aventuras impactantes, pero me tengo que pensar la narrativa adecuada para evitar meterme con gente y sucesos reales.

Saludos cordiales.

Friday, June 1, 2012

Jubilee


Yo ya empiezo el Jubilee, y tengo una serie de cosas que decir aquí hoy.

Estoy leyendo la autobiografía de Hillary Rodham Clinton. Me recuerda mucho a The Good Wife. Ella también era abogada de una gran firma cuando su marido era Fiscal General de Arkansas, y defendía casos pro-bono aparte de a grandes corporaciones contaminantes. Y bueno lo del escándalo sexual y tal, pero eso es lo de menos.
Bill le pidió matrimonio al atardecer en el Lake District aquí en la isla y ella dijo “No, not now.” Menuda loca. Bill es lo mejor. Ya me lo demostró en su propia autobiografía, pero no deja de asegurarse su puesto #1 en Presidentes, superando a figuras como Truman y FDR. Luego está el Presidente Bartlet, claro.

Ayer vi El Señor un rato. Como lo que decía en alto no lo oía nadie porque aquí no hay nadie más, pues lo repetiré para mi audiencia.
Legolas y su "they run as if the very whips of their masters were behind them" es como "Legolas, en sssserio, deja de ser tan pedante".
Y a nadie más le parece demasiado CSI que Gimli diga "he was twitching because he's got my axe embedded in his nervous system"? Cómo sabe eso? Es un enano.
Y por qué Haldir tiene el pelo encrespado y los poros tan abiertos? No es un elfo? Y dicho esto, por qué Elrond es feo? Menudos elfos de mierda.
Y por último: Éowyn, no te flipes, tronca.

Los niños de la escuela están en el recreo cantando cancioncitas. Voy a ponerles MGMT.

Pues hoy he subido por Sunnyside a por un café, para empezar la mañana de manera activa y saludable. Me he comido una mosca, y es un milagro que haya sido sólo una. También he visto una lombriz así de grande: "_________________________________________________________________________________________________________________________________"
Y dos perros. Uno me ha sonreído, el otro estaba demasiado ocupado ladrando a una ardilla. Y también he visto un gato que estaba camuflado tramando algún plan maléfico.
Me he echado dos fikas y he vuelto a casa a trabajar.

Y decir que ya soy autosuficiente. He aprendido a hacer scrambled eggs con patatas fritas, y los llamo "mi especialidad". Ayer medio chuzo me los hice y joder, qué delicia extrema. Ahora sólo necesito que alguien friegue. Vale, a lo mejor no soy tan autosuficiente. Demonios.

Me voy a ir a comprar unas frutas. Adiós.

Tuesday, May 29, 2012

Es Martes.


Buenos días. Es el cumple de Aiti. Felicidades, Aiti!
Sí, me leí la trilogía entera de The Hunger Games, y qué? Fui muy feliz. Seré la primera en juzgarte porque lees un libro feo, pero es nuestro derecho hacer lo que nos salga de ahí.
Esta semana estuvo aquí, en el trópico, mi buena amiga Polilla. Le dije que se trajese un pareo y unos paños pero no me hizo caso y vino con una maleta llena de jerseys. Londres es impredecible.
El jueves estuvimos en el Royal Festival Jarl, en el Soho, en Covent Garden, en TopShop... bajo el sol abrasante y entre la peña medio en bolas, buscando unos zapatos de navajo (se estila la moda nativeamerican este verano).
Buscamos un sitio para cenar. El Breakfast Club pretende tener un ambientillo hipster y apto para ti y para tus sandalias veganas, pero no tienen cerveza. Ni Coca Cola. Ni vino. No tienen una mierda. Menudo tugurio. Nos fuimos por donde habíamos llegado. Habráse visto. Qué desfachatez.
Cenamos en el Soho Thai, que siempre pilla a mano cuando no quieres pizza o hamburguesa. A mí ahí se me acaban las ocurrencias. Qué más comidas hay?
Ese día empezó de nuevo el Challenge, y empezamos con 35K pasos. No está mal. Para el final de este viaje Patricia me quería matar. Yo es que me pierdo en el Soho, qué quieres que te diga. Pero visitamos Leicester Square, que después de dos años, está terminada. Y pensabas que el mundo se acabaría antes de ver esa plaza terminada. Pues no. Pero sí se acabará antes de que construyan el intercambiador de Tottenham Court Road.
El viernes, tras un poco de trabajo, fuimos a Primrose Hill a tomar unas Heinekens de Shepherds Foods, como dicta la tradición. Conocimos a dos perros que jugaban sin parar, el highlight de lo que va de década. Recordamos cómo la última vez que estuvimos allí juntas debía hacer -7 grados en una noche de Enero. El viento nos derribó al suelo, pero fue una tarde fantástica.
Después, más tradición, un ratito en el Enterprise. Y otro pub, con jardín, y el descubrimiento de The Diner, con unas buenas patatas finas y hamburguesa de Portobello Mushroom que estaba bien rica, si bien la de Pat parecía haber sido enviada a la Tierra por el mismísimo Dios Creador.
Y de vuelta al Enterprise, a bailar un poco con la gente que llevaba camisetas de rayas.
A la vuelta, Pat experimentó “la vuelta del commuter”. La Vuelta del Commuter consiste en ir en un vagón de tren viendo cómo los de las afueras, algunos más borrachos que otros, devoran McDonalds, Burger King y KFC en tu cara y llenan el ambiente de su rancio ketchup. Según el estado en el que te encuentres tú, fellow commuter, querrás morir del asco o de la envidia que te dan esas patatas fritas.
La Ida del Commuter, que nunca os he hablado de ella, consiste en cómo las fellow commuters deciden que es el momento perfecto para sacar su esmalte de uñas con extra de formaldehído. En estos casos es rara la vez en la que morirás de la envidia, siendo el asco la sensación más común.
El sábado fuimos a Portobello. Rápidamente llamamos a nuestros conocidos en Madrid para preguntar si quedaba alguien en la ciudad, ya que parecía que el total de la población española estaba con nosotras en Portobello.
Fuimos a casa de Damon, llamamos al timbre, le dijimos a su hija que le dijera a su padre que se andase con cuidadito que le iba a caer una hostia por cabrón, y luego nos fuimos hacia el parque.
De camino pasamos por el Churchill Arms que estaba holgado de espacio, así que nos quedamos allí comiendo y tomando vino y cerveza con un viejo que se sienta en la barra y se ofrece a hacerte fotos.
Después, un ratito en Kensington Gardens, oyendo el musical de The Lion, The Witch and The Wardrobe. Pat se sabe todas las canciones porque actuó en él.
Autobús número 9 a Covent Garden, pasando por el festival de África que tanto le habría gustado a Car en Trafalgar Square, tienda Fred Perry y paseo por el río hasta el Founders Arms. En el Founders Arms, mientras esperaba en la barra mi turno como patrón #5,098,934, me pregunté sobre la vida, y por qué estaba en este mundo para esperar tanto tiempo por una cerveza, y por qué no moría y se acababa ese suplicio, o morían todos los demás y yo podía obtener mi sustento, etc.
Nos sentamos mirando al río y a criticar la ropa de la gente que pasaba. Mi pasatiempo preferido.
Y luego nos fuimos a Wimbledon al cine. Compré las entradas que salieron gratis con mi tarjeta Odeon Premiere. Hacéos una tarjeta Odeon Premiere. O mejor no, porque así usamos la mía y la que va gratis soy yo.
Vimos Moonrise Kingdom, y si la véis, sabréis por qué me cabreé. Pero lo demás me pareció muy bien, y me gustó.
El domingo hicimos unas comprillas en Wimbledon antes de salir y luego nos cogimos el tren a Waterloo. En la asfixia extrema de 50 grados a la sombra no sabíamos si sería buena idea coger unas Boris Bikes, pero al final lo fue. Nada como la bici un domingo por la city con la brisa y el humo de los autobuses. Me encanta.


Llegamos a Spitalfields, y tomamos unas bebidas alcohólicas refrescantes y echamos unas fikas en The Gun. Y luego compramos unos mapas, y comimos unas cosicas tibetanas al SOL de la MUERTE mientras yo buscaba más cerveza sin mucho éxito. La encontré en el 1001, y nos abrasamos tanto que después de eso nos cogimos el autobús a Oxford Street. Allí íbamos de tienda en tienda por el aire acondicionado, y decidimos buscar un pub donde tomar algo por Marylebone. Como soy gilipollas, no lo encontramos, pero pasamos por el 221b de Baker Street. No me gustó mucho porque no estaba Benedict Cumberbatch, pero bueno.
Echamos unas fikas en Regents Park con media humanidad y un perro que quería jugar, pero luego decidimos volver a Wimbledon al pub certero.
Y el pub certero es el Crooked Billet, en el césped con un perro que había vivido en el Barrio del Pilar. Unos vinos y cervezas después, nos fuimos a casa a cenar huevos fritos con patatas.
Aunque el Churk común ha sido ya abandonado por la Polilla Común, el Churk común gusta de salir cuando no hace frío. El Churk común se porta mal y todavía no ha hecho la cama ni fregado la taza. Churk malo.