Monday, October 17, 2011

California, or Day 7

Jueves, 29 de Septiembre de 2011

Sinceramente, nunca pensé que amanecería en un motel de carretera. Pero sí, lo puedo poner en mi lista de cosas que he hecho en la vida como si fuese una rock star.
Hice un café de filtro americano slash arábigo en la habitación y salí a fumar un cigarrillo en la fresca mañana de Yreka, California, en pijama.
El señor de la habitación de enfrente salió a pasear a su perro y escupió al suelo. América.
Aunque habíamos preguntado a la regente hindú que dónde podíamos ir a desayunar en ese entrañable pueblucho, decidimos no ir y emprender nuestro camino a San Francisco lo antes posible. Una pena, el sitio se llamaba algo así como Grandma's y seguro que era de esos que venía la camarera a tu booth con un refill de café de filtro repulsivo y decía "garçón significa chico". Oh, well.
Las carreteras de Yreka eran bonitas porque estábamos al lado del Mt Shasta National Park. Decidimos buscar algo para desayunar por ahí. Eso nos llevó al pueblo de Mount Shasta, Población 3,394. Encontramos la tienducha de conveniencia de Mabelle (nombre inventado) y allí Pachi fue feliz con una ensalada de patata más. Él come eso, yo Tostitos. Cogimos nuestro desayuno y dimos con lo que parecía un parque pero luego era el patio del colegio más gigante de todo California, con la montaña de fondo. Nos sentamos en una mesa mirando el paisaje y comiendo cosicas. Luego aparecieron los niños a hacer clase de gimnasia. Estaba claro, sólo viéndolos, cuáles eran las populares, las marginadas, los capitanes del equipo de fútbol... A los 11 años ya lo tienen bien claro.
Cuando íbamos a echarnos la fika, decidimos que probablemente nos deportarían por fumar en el patio de un colegio, así que nos fuimos al coche para seguir nuestro camino.
El resto del camino, una vez pasado el parque nacional, era muy feo. Olivos y olivos y llanuras amarillas. Y ni siquiera pasamos por Idiotville ni Vacaville ni sitios con nombres de los que uno se puede reír.
Alrededor de las 2 de la tarde ya se veía la ciudad en la lejanía. Cruzamos el Bay Bridge, mirando el downtown, y con unas buenas sonrisas. No me puse flores en el pelo, ni dejé mi trabajo en la ciudad. Lo siento, lo tendré que dejar para la próxima visita.
El punto de entrega del coche era a una manzana del hotel, así que fuimos a dejar el coche primero. Nos atendió un chino que se parecía al chino que siempre hace de malo en las pelis de acción (el de La Jungla de Cristal y El Último Gran Héroe... este) sólo que en viejo y más desagradable. Allí es cuando me di cuenta de que no estaba en San Francisco, sino en el corazón de Shanghai. Todo el mundo es chino. Adiós, Toyota, y adiós, Zorra (como bautizamos a la del GPS). Nos habéis dado unos buenos ratos.
Con las maletas, al Post Hotel. Nos atendió un señor que Pachi insiste en que era mexicano, pero no es cierto. Car no habría podido aguantarlo "Le pasa algo extraño a su ojo raro?".
Nuestra habitación daba a la calle en un ventanal magnífico donde más tarde descubriríamos que estaba el mejor bar de la ciudad: Cervezas y cigarrillos en el alféizar. Pero ahora era el momento de salir, lo primero, a tomar una buena cerveza tras 2 días de carretera. No sé si he mencionado ya que en América no saben tirar la cerveza, debe de estar prohibido por la ley o algo así. Pero bueno, una cerveza, bien o mal tirada, era de agradecer. Nos metimos en el primer sitio que vimos, un sports/piano bar bastante mítico aunque algo turístico, Lefty O'Douls al lado de Union Square. Menuda cerveza rica.
Luego fuimos a comprar más Bud (king of beers) a un badulaque donde nos atendió un tío que estaba tan fumao que no sabía ni qué nos estaba vendiendo y nos las subimos a la habitación para ir preparándonos para salir.
Esa noche habíamos quedado con Silvia y Marcus, unos amigos de Pachi de sus tiempos en otra .com, para ir a un concierto de un tipo que podía haberme gustado en la California Academy of Sciences. Menudo sitio. En medio del Golden Gate Park, con una balaustrada impresionante, fuentes, verde, ratas! Sí, aparte de Stinky, vimos una rata correteando feliz y salvaje en el parque.
En el sitio pedí unas cuantas miles de birras de $4 pero cuando llegó el momento de ver el concierto, me dijeron que había pingüinos. Pingüinos! de verdad! Entonces me fui a verlos. Menudas cosas monas que son, colega. Cuando volví, como no veía nada como siempre en todos los malditos conciertos por mi altura (or lack there of) dije "voy a fumar". Pachi me acompañó y decidimos después dar un garbeo por el acuario entre las hordas de hipsters. Ahí ya se me fue la olla MGMTiana, sobre todo cuando pusieron Electric Feel mientras veía las anguilas eléctricas en vivo. Había unos cachodepeces que no parecen del mundo real. Hoy veo Finding Homo. Finding Homo. Finding NEMO! (http://damnyouautocorrect.com/13203/the-search-is-on/)
Cuando volvíamos tenían unas quesadillas (pronúnciese como Owen Wilson) y nos dieron envidia y fuimos a por más. Total, nos perdimos el concierto. So what, who cares. La verdad es que estuvo muy bien porque a Silvia le habían regalado las entradas.
Nos fuimos de allí por John F Kennedy Drive y cogimos a un taxista loco para ir al barrio beatnik. Muy bonito y super beatnik por un lado, claro, pero un tanto asqueroso, lleno de pervertidos en los sex shops y esas cosas.
Estuvimos en el Specs, un bar lleno de dementes, como es habitual. Nos persiguen. Nos tomamos unas cervezas con un señor al piano. Había muchas muchas cosas en las paredes y muchos dementes. Gran sitio. El demente en concreto de hoy era un hindú con los ojos blancos como el niño zombie de Super 8, al que seguimos viendo a lo largo de la noche.
No sé a qué hora ni nada, pero después de eso partimos hacia el hotel. Había sido un día largo. Fuimos andando por las CUESTAS INFERNALES, pero siempre es mejor subirlas que bajarlas. Subir puede ser tu muerte, especialmente si decides que es el momento de echar una fika, pero bajar es como estar en el edificio de Aventuras en la Gran Ciudad con resbalasuelas. Debería haber peña en la cima sujetándote con un arnés.
Another day, another dollar.

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