Saturday, October 8, 2011

Washington State, Day 2


Seguimos...
24 Sept 2011
Día 2, que comienza a las 5 de la mañana, hora del Pacífico. La hostia. Deambulé sin destino por el piso 14 mientras Car me decía en el Whatsapp lugares para ir a desayunar. Me mandó un mapa que me enviaba al Nina's Crepes & Deli, que es básicamente la acera de enfrente. Así que dije "pues allá voy".
Bajé con cierta resaca y le pedí 2 soy lattes, una diet couk para YA, y unas crepes. Una de Nutella & Strawberries y otra de Spinach & Cheese. Nina es una vieja francesa o de algún otro origen europeo y extraño que apenas habla inglés y no sabe muy bien cuál es su lugar en la vida. Así que 35 minutos después le dije "voy a fumar fuera mientras espero". Ocho horas más tarde, Nina tenía mi orden lista y me cobró como 17 millones de dólares por ella. En una bolsa de plástico pringosa del mercado de fruta de Pike, me llevé toda mi comida de vuelta a casa. Desperté a Pachi y le dije "sube de inmediato, desayunemos en la azotea". Las crepes eran una delicia fuera de este mundo, si bien la de Pachi contenía huevo - Nina había hecho lo que le había dado la gana. Tiene demasiados tipos de crepes en su menú, la pobre mujer.
Tras un fabuloso desayuno al sol, y el clásico año y medio de preparación para salir de casa, partimos hacia la Cantina en las cuestas de la 1st Avenue para quedar con Javier y Eva. Allí estaban tomándose algo de comer y yo decidí que era una buena hora para tomarse una cerveza mientras veíamos, créanlo o no, el partido Real Madrid - Rayo Vallecano en directo. Bizarre morning.
Al terminar, nos fuimos a coger el ferry de Bainbridge que nos llevaba a Bainbridge Island y al pueblo de Winslow. Yo toda contenta le dije a Pachi "Carl Winslow!!!" y Pachi no sabía de qué le estaba hablando.
Eva se llevó la bici con la ilusión de que los demás alquilaríamos bicis al llegar para ir por los bosques.
Nada más llegar, en su clásico ser, Pachi ya tenía hambre y quería meternos en el tugurio más abyecto del estado de Washington. Yo dije "no, por favor, vamos a encontrar algo menos repugnante", así que continuamos hacia el centro del pueblo. Vimos un alquiler de bicis y fuimos a ver si alquilábamos. El precio era abusivo y decidimos dejarlo para más tarde. La comida de Eva ya estaba solucionada, pues: bici a la parrilla.
Nos topamos con un puestecillo vegetariano oriental y claro, todos sabemos que si pone "vegetarian" y Pachi tiene hambre, hemos de ir. Así que fuimos. No había cerveza. Fue un poco duro, pero era un sitio agradable.
Tras la pausa continuamos por la calle hacia el lago donde había restaurantes magníficos con vistas a los barquitos y las casas de las colinas. Cof. En uno de ellos paramos a tomar una cerveza y unas patatas fritas. Allí discutimos sobre política como gente civilizada que se encuentra que otros no lo son tanto (Pequeño Mussolini was there). También observamos a los perros, los transeúntes y la bahía en el sol.
Todos sabemos que no alquilamos bicis.
Intentamos hacer el Trail de la costa. Nos perdimos un par de veces en lugares sin salida, pero fue bonito. Una parada en la playa para echar unas fikas, y luego yo dije "oye vámonos ya de esta isla del infierno". A regañadientes nos fuimos hacia el ferry.
El ferry de vuelta fue igual de bonito que el de ida. Y por fin mi necesidad de cerveza se vio cumplida y fuimos a Belltown. Había bares fantásticos y no sabíamos muy bien cuál elegir. Optamos por el que tenía una terraza interior donde te dejaban fumar. Fumar! Oh my goodness.
Era un bar jebo con fotos de mugshots de celebrities y una photobooth de esas donde nos hicimos unas foticos. Allí tomamos 2 cervezas, se estaba muy bien. El problema era el BLACK METAL A SACO. Pero bueno. Yo estaba feliz y quería seguir saliendo por esos bares fantásticos, pero ya sabéis, la gente gusta de alimentarse. Así que fuimos a cenar. Vimos un restaurante italiano que tenía buena pinta. No voy a entrar en detalles pero 3 horas más tarde conseguimos comer. No es una de mis exageraciones. Para entonces yo ya no quería ni cerveza... Así que fuimos, dando un precioso paseo nocturno por Seattle (por los parques, por las avenidas...) hacia casa, a ver en la West Coast Feed, el SNL de Alec Baldwin. Qué emoción.
Y de nuevo agradecer al Jet Lag por dejarme completamente sobada en el sofá sin enterarme de absolutamente nada desde el Cold Open. Gracias.

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