Tuesday, October 29, 2013

The joys of Hak-nee



Grillo vino y la recibí vestida de judío hasídico. Ella también iba vestida de judío hasídico. Le hice un cartelito en Helvetica que ponía “el grillo” para esperarla en la estación Victoria. Iba a hacerlo en Comic Sans para poner debajo en pequeñito “Waiting for someone at the airport? BAM, there I am”, pero no se veía suficiente el chistecillo y los hipsters me habrían mirado mal al no detectar la ironía.

En el retraso del avión fraterno, estuve en un centro comercial y me probé un vestido de flores. Es necesario deciros que ese propósito de comprarme un vestido de flores ha quedado completamente descartado tras la experiencia. Después, me fui a tomar una cerveza al Project Orange. El Project Orange es el único bar de Clapham donde no hay pijos de traje que vuelven de trabajar a sus casas de pijos. Es un bar grunge. Debe de ser el único en Londres. Los grunges escuchaban L7 en la barra, y luego Craig David. Supongo que no tienen ningún tipo de tapujos en su grungismo.

El Grillo me hace echar fikas en la estación a pesar de que se tarda menos en coger el metro y llegar a tu destino y echarte la fika allí que en salir de la estación a echar la fika.

Fuimos a ver a la peña al Pembury, a comer unas buenas pizzas y beber unas buenas Mkzvas. Sí, no me sé el nombre de la cerveza que pido en el Pembury. Comí más pizza que en mi vida y si hubiese habido más pizza habría comido más pizza. Mmm pizza.

Moravka. Esa es la cerveza.

En mi casa hay un paraguas grande y transparente que es el único que realmente funciona cuando llueve. Y cuando lo llevo, no llueve porque lo llevo. Podéis agradecerme, amigos residentes en Inglaterra, el haber cargado con ese paraguas durante 4 días en los que no ha llovido aunque fuera a llover. Y así con el paraguas partimos el miércoles de vacaciones a dar un paseo por Broadway Market. Estuvimos en una librería donde ponían una música extraña y donde trabajaba el novio de Car. Allí compró el libro de Wes Anderson que le regalé aunque lo comprase ella y se puso muy contenta. Tan contenta que corrió en círculos en la acera. Cuando corría en círculos, una niña pasó por la acera y se sobresaltó al verla. Car decidió explicarle a la niña el porqué de su situación con un grito de “I’M HAPPY!”. La niña se asustó aún más. Car alega que quería explicarle que no era una loca, que simplemente estaba feliz. Yo alego que se puede ser feliz y una loca a la vez. Esa niña quedará marcada para siempre, y probablemente se volverá loca. Car ahora grita a niños en las calles.

Tras unas cervezas, patatas y aceitunas, nutritivo brunchner, en el Market Café, emprendimos el camino de vuelta a casa para dejar todas esas cosas que llevábamos, incluyendo el paraguas no usado. En ese camino paramos en E5 Bakehouse. Yo siempre voy a E5 Bakehouse porque es donde Michael Fassbender compra el pan, pero todavía no le he visto. Allí compramos cafés y pan.

Habíamos de emprender el camino al Forum al concierto de MGMT, la excusa principal del viaje del Grillo a Inglaterra.
No había Overground porque había descarrilado un mercancías en Camden Road. Yo siempre digo que ya que van mercancías por las vías del overground, podían dejarme subirme a ellos como un buen hobo del sueño americano, pero si resulta que van a descarrilar, pues tendré que abstenerme de mis sueños de hobo.
Me puse nerviosa en Islington con el atasco y mi completa y absoluta desorientación en la glorieta de Highbury Corner y cogimos un taxi. El taxista era un buen tipo y sólo me costó 12 o 13 mil libras.

El público del concierto era una mezcla de menores de edad mgmtianos, menores de edad fans de Tame Impala, menores de edad imbéciles y gente mayor y de estatura gigántica. Los galibos estaban en todos los recovecos donde se oía medianamente bien, así que tuvimos que acceder al lateral de la primera fila si queríamos ver algo, separándonos del otro novio de Car.

En la primera fila había gente haciendo fotos con sus iPhones y poniéndolas en sus Instagrams, Twitters, Facebooks y Whatsapps y no prestando ninguna atención al brazo de Vanwyngarden con su chaleco apache. A mí eso me molestó bastante. Se oía extremadamente mal. Así que nos dedicamos a bailar y hacer el loco, y twerkear. Unas más que otras. Bitches be like, twerk.

Después del concierto fuimos al Abbey Tavern a ver amigos y tomar una jarra fresca. Y después pasamos la noche pegadas a un árbol por una serie de circunstancias. Los vecinos del barrio nos preguntaban qué hacíamos en un árbol a esas horas de la noche. Yo también me lo preguntaba.
Tras la derrota, fuimos a por un vegetarian hot dog al buen puesto de Camden. Y cogimos otro taxi. El cupo de taxis queda cubierto hasta 2014, gracias.

A la mañana siguiente había que madrugar para ir a ver a los Manics a Maida Vale. Hacía un bonito día para ir con calma hasta el oeste y pasear por Little Venice. No teníamos prisa. No teníamos prisa porque no sabíamos que había gente haciendo cola desde las 4:30 de la mañana. Si bien aunque lo hubiera sabido, tampoco habría ido antes.
El lugar del evento era una pequeña sala en la que cabían muy pocas personas. Fuimos muy afortunadas de poder asistir. Digo asistir, que no ver, puesto que ver no vi absolutamente nada. Así que nos fuimos a la parte de atrás donde me dediqué a dar saltos y berridos. Se oía muy bien y fue muy afable e íntimo. Terminó con This is Yesterday lo cual fue bastante increíble.
Aún no lo he visto entero pero seguro que salimos por ahí dando algún salto.

Después del concierto fuimos a tomar unas bebidas al Prince Alfred, pub de moda de la zona, donde volvimos a encontrarnos a Simon Price. Bitches be like, me persigue Simon Price.
También nos encontramos al tercer novio de Car, que se había enamorado de ella desde la parada de Warwick Avenue.

Volvimos al metro para volver al árbol de la noche anterior dando un paseo por Regents Park. Había una exposición de arte moderno y esculturas que estuvimos comentando como entendidillas con las ardillas. También estuvimos en la Money Grubbing Whore Fountain. Eso es así.

En el árbol volvimos a hablar con los vecinos de la zona y volvimos a no obtener ningún resultado.

Fuimos a recoger a Lucha a Liverpool Street y por supuesto llegamos tarde gracias al grillo malo. Allí estaba Lucha esperándonos con sus gafas puestas para poder ver bien el perk-al. Dimos una vuelta mal dada por la zona por un fail del grillo y acabamos en el Golden Heart. Hacía bueno y pudimos sentarnos fuera a tomar nuestras pintas. Bitches be like, peoplewatching.

Y después cometimos el error de ir a Dixy antes de ir al Clapton Hart y nunca llegamos a ir al Clapton Hart. Pero tomamos muchas cervezas en el abrevadero y lo pasamos bien. Bitches be like, some Troncas reunited.

Y aquí lo dejo porque, bitches be like, some of us bitches have to work.

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