Tuesday, April 3, 2012

Y si no hay mañana? Hoy no lo ha habido! o Day 3


21 de Marzo, 2012

Amaneció en Shibuya. Miércoles, 6 de la mañana. Salimos de BEARS y seguimos cantando y bailando en la calle. Un grupo de japos lo hizo también.
EDIT - Me olvidé por completo de que seguimos bebiendo.
Sí, pues salimos del karaoke, y nos fuimos al RED BAR, donde un día Raquel conoció a Beck y sin embargo nosotras nos conformamos con el camarero calvo que era un bordaco que no nos quiso dar un vaso de agua. Había animales en las paredes, y era rojo, y tenía candelabros, y estaba prohibido hacer fotos para preservar su autenticidad. Éramos las únicas que por la mañana temprano estaban en un bar de perdición. Pero es que los japos aparecen por la mañana así un poco más tarde, a las 7 o así. Crazy.
El Grillo había olvidado sus bufandas en el karaoke y Aiti entró a buscarlas y la pilló la puerta del ascensor. Como anécdota escrita no tiene gracia alguna, pero a nosotras nos pareció desternillante.

Era hora de desayunar y tomar un café.
Los cuervos también desayunaban en medio de la carretera, algo que parecía un filete de buey o una abuela pequeñita cruda. Menudas bestias salvajes.

Freshness Burger fue el lugar elegido para el desayuno. Yo pedí patatas fritas, Aiti una hamburguesa y Car una hamburguesa vegetal con queso.

La hamburguesa vegetal no lleva queso. Puedes ponerle queso? No. Pero tienes queso? Sí. Y no puedes ponérselo? No. Por qué? *japo se encoge de hombros y sonríe*
Los japos no hacen concesiones, aunque las pagues, pues el Sistema se hundiría. Tampoco van a quitarle la lechuga a tu hamburguesa, eso lo puedes hacer tú. Básicamente la única manera de ponerle queso a tu hamburguesa vegetal es pedirse una hamburguesa normal con queso y tirar todo menos el queso. SON GENTE PECULIAR.

El Grillo enfurruñado por su falta de queso se puso un poco tonta, pero luego le gustó su hamburguesa  vegetal. Mis patatas no eran nada que elogiar, pero era desayuno. El café… El café americano solo… era repugnante. Car sin embargo se bebió el mío y el suyo. No sé cómo pero es así.
Pienso que eran cerca de las 8 cuando salí a tomar el aire y vi movimiento en el H&M de enfrente. Entré a decírselo a Aiti y Car, que el H&M estaba abierto, que podíamos cambiarnos de ropa!! Pero era una ilusión, era gente limpiando o maniquíes cobrando vida. Se rieron de mí.

Tegucigalpa y Demónibol querían su dosis de Starbucks y en contra de las protestas de Grillo fuimos al Starbucks de Shibuya, desde donde se ruedan las pelis. En la entrada había un poster de MONEYBALL y nos encantó. La tipa de la caja era imbécil, lo cual es poco común. Pero tomamos nuestros cafés. Y Car se tomó 2 espressos de €17. Subimos y miramos la calle. Car quiso que se le hiciera una foto cruzando Shibuya ya que ella no tenía del día anterior, así que bajó a cruzar mientras Aiti le haría una foto desde arriba. El Grillo tiene ocurrencias curiosas. Como sentarse en el paso de cebra de Shibuya. Y tumbarse en él. Mientras la gente lo cruza. Eso es así.



Luego vino la de la caja diciendo que no se podían hacer fotos. Pues ya están hechas, zorra.

Salimos de ese lugar para poder fumar, y nos quedamos ahí en la acera del Starbucks. Car y Aiti se sentaron en el suelo. En este punto de la historia hay que destacar que Car se llevó a este viaje su abrigo de HOBO, y Aitana llevaba unas 48 horas con el mismo gorro de señora de las palomas de Solo en Casa 2. Ahí, sentadas en el suelo. Como no se levantaban, fundamos el movimiento OCCUPY TOKYO, ya que ahí no lo hay. Cómo lo va a haber, si no pueden pedir una hamburguesa sin lechuga y no les importa? Creo que en algún punto empecé a gritar “FREEDOM! AMERICA!” por lo del queso. No sé.

Y cruzamos otra vez Shibuya. Y nos metimos en la estación. Y cogimos un monorraíl, monorraíl! Nos llevó por los aires y vimos la ciudad. Aunque yo me quedé un poco catacrocker, molaba. Salimos y esperamos a que Grillo saliese del baño. Nos enfadamos un poco porque tardó mucho, y nos explicó que es que había tenido que mear como el actor de cine adulto enano doble de Gordon Ramsay (sí, quien no sepa cómo es eso, pues no puedo ayudarle). En el clima irritable del no dormir y la rascucia que hacía, salimos hacia el mar. Cuál fue mi sorpresa cuando vi la Estatua de la Libertad! AMÉRICA! Oh América, qué bella nación, bajo el sol, junto al mar, Lady Liberty, cuánto te he echado de menos.

Vale, este no es un relato de ficción. Obviamente no era América. Pero en Odaiba hay una estatuita de la libertad. Y eso es fabuloso. De fondo un puente de Brooklyn a la japonesa (es decir, feo) y la playa.

Y nos fuimos a la playa. Nada es más cómodo en un día de viento, con la ropa de 24 horas que cruje, y con zapatos con agujeros en las suelas, que andar por la arena! Y tumbarse en ella! Y comérsela! Lo pasamos bien allí. Y aquí nació otro mote para Car. Car estaba en un COFFEE HIGH y hacía vídeos y fotos y se levantaba y se sentaba y movía la arena y hacía fotos y vídeos... Entonces Aiti se irritó. “Siempre tiene que estar haciendo algo! DIVERSIÓN! Más fotos! Más vídeos! DIVERSIÓN!” Car era ahora “DIVERSIÓN!”. Por supuesto esto hirió los sentimientos de DIVERSIÓN.

Nuestro guía nos tenía preparada la sorpresa de volver en barco. Compró los pasajes (jiji) del que salía a las 12. Teníamos una hora así que fuimos a buscar comida. Car/Grillo/DIVERSIÓN perdió su coffee high y se frikó out porque no había dormido y no se sentía bien. Los grillos no acostumbran a este ritmo de vida, supongo. El guía también se frikó out, pero no sé por qué. Yo me friké out porque estábamos en un centro comercial rosa con una tienda de cachorros kawaii que me frikan out porque los quiero todos. Quiero liberarlos, llevármelos a un paraje donde no tengan que llevar tutús, y asegurarme de que con ellos en mi ejército las tiendas de animales monísimos son erradicadas. Y todos viven conmigo. Sí, Megan, Bridesmaids, 9 perros. Lo sé, lo sé.

Fuimos al Subway a comprar unos subs. El surrealismo es cuando tu amiga se cabrea en japonés con un empleado del Subway.

Mi sub era, una vez más, un asco. Es que los japos no son de queso, tampoco, entonces no lo saben usar.

Barquito!! Entraba el sol y no hacía frío ahí dentro, así que el Churk aprovechó el rato de sightseeing para dormirse encima de la mesa. El Churk se duerme donde quiere. El Grillo me tapó con la bufanda de Aiti. Yo era la única que por el momento se mantenía sin tener aspecto de homeless. Gracias Grillo por cambiar esto.

Llegamos a Asakuza (creo) y Lee y Lee se hicieron una foto con un edificio emblemático de la cerveza Asahi. De camino al hogar, nos paramos a fumar en una esquina. Fumar sin dormir es malo. Y paseamos por un mercado, y fuimos a un templo budista con las chanclas de Buda. Todo esto que estaba ocurriendo no era porque estemos locas, sino porque estaba de camino a casa. Y luego cogimos el metro, no os vayáis a creer que se puede ir andando a alguna parte. Y pienso que alrededor de las 15:30 llegamos y nos fuimos a dormir!!! Un par de horicas. Y por eso este post se titula “Y si no hay mañana? Hoy no lo ha habido!” o cómo llevar tres días en Tokyo y haber dormido sólo una vez.

Pero amigos, el día no ha terminado, claro! Y si no hay mañana? Hoy no lo ha habido!
Salimos a Shimokita otra vez. Fuimos paseando un poquito hacia el Tibet Tibet, lugar donde Aichan reservaría su leaving nomijodai. Por supuesto tomamos allí una cerveza, porque para qué parar.
Después decidimos al unísono que nos apetecía cenar Thai, mientras el Grillo miraba con anhelo tiendas de discos y cosas que le flipaban, como por ejemplo las farolas. #shitthatcarsays
Encontramos un Thai pero así desde fuera no molaba, así que nos recorrimos Shimokita para luego volver al mismo Thai porque no había otro.  Fue satisfactorio, mi arroz a la “de siempre” estaba muy rico. El dueño, el señor Hashimoto, había vivido su infancia en Las Palmas de Gran Canaria. O similar. En su tiempo libre gustaba de la fotografía de pájaros en las montañas, y nos regaló unos álbumes.

No recuerdo ninguna novedad intrínseca en el camino de vuelta a casa, la verdad. Probablemente paramos en ocho combinis distintos a comprar ocho chorradas distintas. Probablemente había gente dormida en el metro, y otros leyendo hentai, y yo haría una de mis canciones. Allí la gente en el metro no habla. Sólo yo.

El tatami el segundo día es ya como una almohada de plumas fabricada para los Dioses. Dormir.

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