Sunday, April 1, 2012

Motorcycle Emptiness, o Day 2



20 March 2012

Es conocido que entre las costumbres del Churk Común está el dormir a pierna suelta sin importar el ecosistema que lo rodee.
El Churk puede dormir durante un desfile de las fuerzas armadas, una manifestación de bomberos, un huracán o, en el caso del día que nos ocupa, el incesante sonido de una manivela rudimentaria que acciona el calentador de gas de una arcaica ducha sin instrucciones y las amargas quejas de Aiti y Car al respecto. *crac crac crac crac* "Jodeeeeer!" "Ahora!" "No!" "Mierda!" "Frío!"

Yo ya había asumido que iba a pasar otras 24 horas sin ducharme, ya que Demónibol es más sensible al agua fría que a las capas de mugre (Sequeros, anyone?), pero gracias a un chaval en Google y a la perseverancia de Aitana, el calentador se accionó.
Para los no versados en esa cultura extraña, os diré que sus duchas están en medio de una habitación con un desague en el suelo. Al lado tienen una bañera de alrededor de 1 metro cuadrado. La costumbre es llenar la bañera enana esa, ducharse fuera en el suelo, y luego meterse limpio en el cuadrado. El agua de la bañera enana es para toda la familia, ya que teóricamente te has metido ahí dentro limpio. Más o menos es como reutilizar la leche de los cereales para tu hermano, si tienes cuidado de no escupir en ella.

Como no somos raperas ni nos hemos rapado la cabeza en un ataque de locura transitoria, tardamos en salir de casa unas tres horas y cuarto.

El 38-10 de Sasazuka por la mañana es otra experiencia distinta. Lucía el sol y había un almendro en flor en la puerta. También, nuestro guía sabía llegar en línea recta al metro de la KEIO line. Pero primero, café.
En Japón no son de café pero sí son de leche de soja, así que por lo menos sabemos que donde hay café bebible, hay también soja. Fuimos al EXCELSIOR, donde Aiti y yo pedimos nuestros Lattes grandes y el Grillo su grillo ruidoso. A pesar del olor nauseabundo que emitía, nos sentamos en la zona de fumadores, para FUMAR. Somos gente que apesta, eso es así. En este punto nació uno de los motes de Aitana. Yo iba por mi tercer trago disfrutando de mi café y TEGUCIGALPA ya se había bebido el suyo y estaba mordiendo la tapa. Tegucigalpa suena a alguien que da tragos muy grandes, y no dejaré que nadie me lo discuta. Por eso la llamé así. He dicho.

Después cogimos el metro/tren/aparato que va por la ciudad pero que tienes que pagar €1.2M cada vez que te cambias de línea, con la subsecuente desorientación absoluta y los yenes que no pesan y no sabes que tienes ni cuánto es su valor.

Nos bajamos en Shinjuku para cambiar e ir a Yoyogi, para ir al parque del templo sintoísta. Vimos unas bodas japos, con japos contentas que andan con los pies para dentro. A Lee y Lee les gustó, pues lo que más les gusta es hacer sightseeing. También le gustó mucho al Grillo, que escribió sus plegarias e hizo los rezos siguiendo las perfectas instrucciones de la mímica de otros japos que rezaban.
A Demónibol también le gustan los parques, si bien se pone un tanto alterable si no puede echar una buena fika.

Luego ya iba siendo hora de jamar. Anduvimos un poco y compramos yakisoba (tallakos) y unas buenas Asahi (birras). Una buena comida para llevar por el módico precio de alrededor de trescientos ochenta y cinco euros. Nos sentamos a comer y beber enfrente de un laguito por el cual pasaban perros pequeños vestidos hasta con pantalones. Mis yakisoba sin nada eran especialmente repugnantes, pero habría sido peor que hubieran tenido jengibre como los de las demás. A Aiti y Car les gustaron. Pero al que más le gustaron fue a un CUERVACO de 50 centímetros de largo que se abalanzó sobre el envase y directamente ROBÓ lo que quedaba con hambre y agresividad. Tegucigalpa tiene mucho miedo de los cuervos, y se levantó e hizo un amago de ahuyentarlo. Fue un acto bastante cómico, y reímos al respecto.
Seguían viniendo perros, y nos querían, y decíamos "kawaiiiii" a todos.

Y tras unas diecisiete fikas, nos fuimos a ver los sakuras (cerecicos en flor) y los perros que se hacían fotos en los sakuras. El perro más popular de Tokyo es el caniche enano o, como nosotras lo llamamos, "el blandito". Ayyy qué blanditos todos. Daban un poco de pena con pantalones, los pobres. Pero bueno, los quieren. También vimos un beagle de circo con jersey que andaba sobre una pelota gigante.

Siguiente paso, mi peor pesadilla: HARAJUKU! Una calle atestada de gente y llena de tiendas pequeñas en las que el grillo entra, y ve, y prueba. Mi determinación fue esperarlas al final de la calle y bajarla sola entre la muchedumbre, cantando MOTORCYCLE EMPTINESS a todo volumen, claro. Una loca más en Tokyo no llama la atención de nadie.

Siempre pensé que si alguna vez iba a Asia sería muy fácil encontrar al Grillo entre la población ya que, bueno, no es china. Pues no. Todas llevaban gabardina y todas eran ella. Sobre todo las viejas jiji. Estuve esperando, viendo pasar gente rara, gente normal, mucha gente, y cuatro jugadoras de la selección australiana de baloncesto femenino (eso ponía en sus camisetas). Esas sí que no se camuflaban entre los transeúntes.

Una vez reunited, seguimos caminando. Paramos a comprar más cerveza japo en el combini (esto es como llaman a los chinos allí) y nos topamos con la Design Festa Gallery, que molaba, y vimos que se podía entrar con nuestras cervezas, fumar, y además gochar su Wi-Fi. Como somos un poco lerden, nos quedamos en el patio ese como hora y media tranquilamente.

Y después fuimos a cruzar la calle de Shibuya, el paso de cebra más transitado del mundo. Me imagino que es el más transitado si la mitad de la gente es igual de lerden que nosotras, ya que cruzamos unas ocho o nueve veces intentando hacernos una foto Motorcycle Emptiness. La foto de hoy es el resultado. Más o menos.

Cuando ya era hora de parar y empezar a tomar unos coctelazos (sic), fuimos a un sitio llamado CANICHE (o algo) que era bastante mítico. Yo escogí una butaca de Godfather (Demónibol Godfather, thank you very much) y unos Long Island Ice Teas. Esto era de mi cortesía y no escatimamos en el consumo. A Car y Aiti les gustó un japo ninja industrial que teníamos en la mesa de al lado. A mí me gustaron las patatas fritas.

Al salir de aquí, cantamos Motorcycle Emptiness por la calle. Y mientras cantábamos, a un tipo se le cayó la moto aparcada al suelo, se abrió su transportín, y se salieron sus cosas. MOTORCYCLE EMPTINESS. El universo es FASCINANTE con sus conexiones cósmicas.

Más bares, más Mastercard! Esta vez el Rocknococoro, o ロックのこころ. Me gusta el kanji ese de la carica sonriente. Y este gran bar tenía Wi-Fi. Y estaban poniendo una música terrible pero Car dijo que pusieran los Libertines y pusieron el disco entero de los Libertines. Los japos son amables.

Y luego qué pensáis? Pues KARAOKE. Karaoke BEARS. Esta vez pedimos NOMIJODAI (que es como barra libre, nomijodai!). Otra vez Bon Jovi (claro), otra vez Flash Delirium (igual de mal), Stone Roses (si me oye Ian Brown me pega un puñetazo), etc.

Y el día continúa, pero lo voy a zanjar aquí en las 6 de la mañana de un frío miércoles. En la siguiente entrega, veremos Nueva York, Matalascañas, más cuervos voraces, #OccupyTokyo, etc.

Good day.


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