Monday, August 19, 2013

Suave y Azul

No existe Suave y Azul. Alguien hizo un redoblaje con "Peludo y Azul" y el original se perdió. Como con Esta Casa es una Ruina. Los redoblajes sí que son una ruina.

La canto en inglés, aunque no es lo mismo. Pienso que la vaca duerme y a lo mejor la estoy molestando con mis cancioncitas. Eso espero. Ahora canto "gap 0%" con la misma melodía. Cero por cientoooo, tengo un gap de cero por cientoooo. My model rocks. Es porque me ha ayudado OLA:


Si es que así da gusto trabajar. Mírala, tó intelectual.

Pues el verano del terror sigue su curso aquí en las praderas de Jakni. Este fin de semana ha sido comedido y no he hecho el mal aunque haya hecho un poco el mal. Voy a elegir olvidar qué ocurrió, pero voy a pediros que si podéis, la próxima vez que salgamos, me atéis a un palo en la puerta del pub, con unas fikas, y vayáis saliendo a saludarme de vez en cuando.

El viernes fuimos a ver a Johnny Dean de Menswe@r con la Nuisance Band. Agradezco a mis acompañantes haber venido a ver algo tan freak del Brit Pop. Me di cuenta de que me meto mucho con los góticos pero la gente que vamos a conciertos de Menswe@r estamos en peligro de caer en la reminiscencia patética de los darjolitas de 45 años. Hablaremos de esto en 2016.

El sábado me invitaron a comer paella familiar. Fue una velada magnífica culminada en Primrose Hill y en el Enterprise con una Heineken fresca.

Luego caí en el pozo.

Ayer, domingo, decidí que iba a ser un auténtico domingo de esos de estar en pijama. Mi decisión se vio retada por varios obstáculos.
El primero fue que la leche de soja orgánica Alpro® que había en mi nevera estaba podrida. El segundo que realmente todo lo que había en mi nevera estaba podrido también.
Esperé a que abriese el Tesco 24 horas que no abre 24 horas y me fui hasta allí. Mi aspecto de flequillo sucio era el mismo que habría tenido estando en pijama, pero con pantalones de Bruce Dickinson y cinturón de calaveras.
Tras hacer una compra de dudosa calidad nutricional, volví a ponerme el pijama y me comí no una, sino dos hamburguesas de Quorn®, mientras veía Diez Razones Para Odiarte. Fui capaz de esquivar las ofertas de diversión y algarabía cual Serena Williams a raquetazo limpio.
Parecía que iba a poder completar un glorioso domingo de Sweet F.A. y estaba a punto de celebrar mi nueva vida monacal. En ese momento de contemplación se me ofreció un plan con una Thermomix llamada Hans que no pude rechazar. Tuve que volver a vestirme de Bruce Dickinson, pero cinco horas más tarde. Esto es, con el flequillo muchísimo más sucio. Volví a Tesco.
En el Tesco los domingos a las 4 se celebra La Hora del Hipster, en la cual van todos, algunos más sucios que otros, a hacer la compra de la semana con resaca. Yo era la más sucia, pero no la más hipster. Nunca lo seré si me encuentro cosas como una chica con cangrejeras de plataforma rosas con purpurina transparente encima de calcetines grises, con leggings del ying y el yang y gafas de pasta a juego con las cangrejeras. Yo lo admiro. No podría ir así de raro aunque quisiera, porque la combinación cromática de mi vestuario es de OCD. Exhibit A:


Puede alguien ayudarme, por favor? Yo quiero llevar más ropas. Algo, por ejemplo, suave y azul.

Voy a dejar de escribir, porque el cero por ciento tiene algunos errores que Ola no puede resolver sola.
Adiós.

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