Grillo vino y la recibí vestida de judío hasídico. Ella también iba vestida de judío hasídico. Le hice un cartelito en Helvetica que ponía “el grillo” para esperarla en la estación Victoria. Iba a hacerlo en Comic Sans para poner debajo en pequeñito “Waiting for someone at the airport? BAM, there I am”, pero no se veía suficiente el chistecillo y los hipsters me habrían mirado mal al no detectar la ironía.
El
Grillo me hace echar fikas en la estación a pesar de que se tarda menos en
coger el metro y llegar a tu destino y echarte la fika allí que en salir de la
estación a echar la fika.
Fuimos
a ver a la peña al Pembury, a comer unas buenas pizzas y beber unas buenas
Mkzvas. Sí, no me sé el nombre de la cerveza que pido en el Pembury. Comí más
pizza que en mi vida y si hubiese habido más pizza habría comido más pizza. Mmm
pizza.
Moravka.
Esa es la cerveza.
En
mi casa hay un paraguas grande y transparente que es el único que realmente
funciona cuando llueve. Y cuando lo llevo, no llueve porque lo llevo. Podéis
agradecerme, amigos residentes en Inglaterra, el haber cargado con ese paraguas
durante 4 días en los que no ha llovido aunque fuera a llover. Y así con el
paraguas partimos el miércoles de vacaciones a dar un paseo por Broadway
Market. Estuvimos en una librería donde ponían una música extraña y donde
trabajaba el novio de Car. Allí compró el libro de Wes Anderson que le regalé
aunque lo comprase ella y se puso muy contenta. Tan contenta que corrió en
círculos en la acera. Cuando corría en círculos, una niña pasó por la acera y
se sobresaltó al verla. Car decidió explicarle a la niña el porqué de su
situación con un grito de “I’M HAPPY!”. La niña se asustó aún más. Car alega
que quería explicarle que no era una loca, que simplemente estaba feliz. Yo
alego que se puede ser feliz y una loca a la vez. Esa niña quedará marcada para
siempre, y probablemente se volverá loca. Car ahora grita a niños en las
calles.
Tras
unas cervezas, patatas y aceitunas, nutritivo brunchner, en el Market Café, emprendimos
el camino de vuelta a casa para dejar todas esas cosas que llevábamos, incluyendo
el paraguas no usado. En ese camino paramos en E5 Bakehouse. Yo siempre voy a
E5 Bakehouse porque es donde Michael Fassbender compra el pan, pero todavía no
le he visto. Allí compramos cafés y pan.
Habíamos
de emprender el camino al Forum al concierto de MGMT, la excusa principal del
viaje del Grillo a Inglaterra.
No
había Overground porque había descarrilado un mercancías en Camden Road. Yo
siempre digo que ya que van mercancías por las vías del overground, podían
dejarme subirme a ellos como un buen hobo del sueño americano, pero si resulta
que van a descarrilar, pues tendré que abstenerme de mis sueños de hobo.
Me
puse nerviosa en Islington con el atasco y mi completa y absoluta
desorientación en la glorieta de Highbury Corner y cogimos un taxi. El taxista
era un buen tipo y sólo me costó 12 o 13 mil libras.
El
público del concierto era una mezcla de menores de edad mgmtianos, menores de
edad fans de Tame Impala, menores de edad imbéciles y gente mayor y de estatura
gigántica. Los galibos estaban en todos los recovecos donde se oía medianamente
bien, así que tuvimos que acceder al lateral de la primera fila si queríamos
ver algo, separándonos del otro novio de Car.
En
la primera fila había gente haciendo fotos con sus iPhones y poniéndolas en sus
Instagrams, Twitters, Facebooks y Whatsapps y no prestando ninguna atención al
brazo de Vanwyngarden con su chaleco apache. A mí eso me molestó bastante. Se
oía extremadamente mal. Así que nos dedicamos a bailar y hacer el loco, y
twerkear. Unas más que otras. Bitches be like, twerk.
Después
del concierto fuimos al Abbey Tavern a ver amigos y tomar una jarra fresca. Y
después pasamos la noche pegadas a un árbol por una serie de circunstancias.
Los vecinos del barrio nos preguntaban qué hacíamos en un árbol a esas horas de
la noche. Yo también me lo preguntaba.
Tras
la derrota, fuimos a por un vegetarian hot dog al buen puesto de Camden. Y
cogimos otro taxi. El cupo de taxis queda cubierto hasta 2014, gracias.
A la
mañana siguiente había que madrugar para ir a ver a los Manics a Maida Vale.
Hacía un bonito día para ir con calma hasta el oeste y pasear por Little
Venice. No teníamos prisa. No teníamos prisa porque no sabíamos que había gente
haciendo cola desde las 4:30 de la mañana. Si bien aunque lo hubiera sabido,
tampoco habría ido antes.
El
lugar del evento era una pequeña sala en la que cabían muy pocas personas.
Fuimos muy afortunadas de poder asistir. Digo asistir, que no ver, puesto que
ver no vi absolutamente nada. Así que nos fuimos a la parte de atrás donde me
dediqué a dar saltos y berridos. Se oía muy bien y fue muy afable e íntimo.
Terminó con This is Yesterday lo cual fue bastante increíble.
Aún
no lo he visto entero pero seguro que salimos por ahí dando algún salto.
Después
del concierto fuimos a tomar unas bebidas al Prince Alfred, pub de moda de la
zona, donde volvimos a encontrarnos a Simon Price. Bitches be like, me persigue
Simon Price.
También
nos encontramos al tercer novio de Car, que se había enamorado de ella desde la
parada de Warwick Avenue.
Volvimos
al metro para volver al árbol de la noche anterior dando un paseo por Regents
Park. Había una exposición de arte moderno y esculturas que estuvimos
comentando como entendidillas con las ardillas. También estuvimos en la Money Grubbing Whore Fountain. Eso es así.
En
el árbol volvimos a hablar con los vecinos de la zona y volvimos a no obtener
ningún resultado.
Fuimos
a recoger a Lucha a Liverpool Street y por supuesto llegamos tarde gracias al
grillo malo. Allí estaba Lucha esperándonos con sus gafas puestas para poder
ver bien el perk-al. Dimos una vuelta mal dada por la zona por un fail del
grillo y acabamos en el Golden Heart. Hacía bueno y pudimos sentarnos fuera a
tomar nuestras pintas. Bitches be like, peoplewatching.
Y
después cometimos el error de ir a Dixy antes de ir al Clapton Hart y nunca
llegamos a ir al Clapton Hart. Pero tomamos muchas cervezas en el abrevadero y
lo pasamos bien. Bitches be like, some Troncas reunited.
Y aquí lo dejo porque, bitches be like, some of us
bitches have to work.
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