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Saturday, August 22, 2020

Día 35 Happy Summer 2020

 Día 35




A insistencia del grillo ruidoso, el día 35 os lo voy a contar entero.

Esta ha sido una de las únicas 10 de 164 noches la cual he dormido casi entera. Me sobé ni sé viendo qué. Reina Mary Queen Of Scots estaba apaciblemente dormida entre mis patas. Mi sentido arácnido me avisó de que Kevin estaba en modo predator nocturno y se disponía a saltar sobre la cabeza de Pisti para devorarla.

Me he despertado, he echado a ambos felinos del camastro cual Salomón, y he continuado la dormición.


Por si no está claro, audiencia, hoy es un glorioso sábado. El 34 de 52.


Inciso -


Del gran año 2020, ya han pasado el 65% de los sábados. ¿Cómo te quedas?


Anyway -


Cuál ha sido mi sorpresa cuando Pisti, 7:45 de la mañana, me ha despertado con “vamos, hay que trabajar!”

Él ha pensado que era una broma divertidísima.

Para hacer todo más hilarante, su intención era seguir durmiendo, pero bajando las persianas.

Estos días los estamos pasando en una maravillosa casa del futuro: tú le das a un interruptor y un robot baja las persianas. Pero es uno de esos robots tocapelotas. “Sí, voy a bajar las persianas, pero aunque tú quieras total oscuridad, hey, está amaneciendo, mejor  voy a tiltearme y dejar entrar el sol a rayas. ¿No ves lo bonito que es el amanecer? ¿Para qué quieres dormir más de seis horas hoy? ¿No quieres levantarte y tomar un cafecito?”


Ahí está mi trigger: el café. Mmm, café. El prímer - el prímer es como restregarse sobre un suave y cálido terciopelo líquido. Cuando el día empieza así, todo parece que va a ser cuesta abajo.

Mi plan para hoy era echarme 6 fikas y beberme 6 botellines. El nivel de fracaso a estas alturas puede medirse en: 200%, el doble, estrepitoso, vergonzoso... o sin más podemos decir que bueno, que no lo he conseguido. Todo depende del juez y su clemencia. Realmente, si el juez soy yo, ¿qué diantres me importa? Qué, ¿me vas a juzgar tú? JA.


Vale, estoy empezando a cansarme de escribir. Podría narrar el minuto a minuto cual comentarista deportivo, pero es que, admitámoslo, tampoco voy a decir nada que fuera a dejarte Californians delante del espejo.

He tomado tres cafés, he hecho catorce largos, ha venido la artista Lola Prados a tomar el aperitivo, los gatos se han escondido en bolsas, más piscina, un poco de jamoncito... 

Al final eso es lo que hace un buen día, la cotidianidad. Porque no todos los días felices tienen que contener un conciertazo de Arcade Fire al aire libre, una Pizza Pilgrim’s people watching en Dean Street, o encontrarte a John Gallagher Jr en Tompkins Square Park.


Ojalá todos mis días tuvieran un concierto de Arcade Fire, una pizza en Dean Street, y una conversación con Johnny Gallagher en el East Village. Pero un sábado entero al solecito, en el mismo metro cuadrado, sin tener que preocuparte por la ropa que llevas y, sobre todo, escuchando temazos de New Order, también es un día maravilloso.

Sunday, September 14, 2014

Los vivos no entienden lo extraño e insólito.



Debería ducharme. Hace días que no lo hago.
Sé que si me duchase y saliese a la calle me sentiría mucho mejor de lo que me siento ahora.
En su lugar, voy a echarme otra fika y tomarme una Mahou, y voy a seguir sucia al menos otra hora. Es uno de esos domingos asquerosos. Ayer también fue uno de esos sábados asquerosos. Me duele la psique y lo que viene a ser la cáscara corpórea.
Y es que salí el jueves, y salí el viernes, y mis niveles de nutrición e hidratación están por los suelos. Sin una buena nutrición ni una buena hidratación uno no es feliz. Y si uno no es feliz no tiene la energía para nutrirse o hidratarse. Cause it’s a circle.


El jueves tuvimos la exposición del arte grilláceo, y fue un éxito. Lo pasamos muy bien, hasta donde recuerdo, y vinieron muchos amigos, familiares y australianos. No tenemos fotos porque somos un poco chusma, y no hacemos fotos. Pero lo pasamos bien.

El viernes tuve cena de trabajo, y no tenemos fotos porque GRACIAS A DIOS. Desde aquí pido un favor a mis allegados que salgan alguna vez conmigo. Cuando empiece el Bohemian Rhapsody de los Queen (troncos), me sacáis a fumar, porque ya está bien de levantarme con tortícolis y con el ego dañado por mi encarnación de Wayne Campbell. Afortunadamente, en la cena me nutrí y no caí en los chupitos de tequila del personal, o aquello habría terminado mucho peor.

En otra tónica filosófica, me doy cuenta de mi uso de expresiones como “Gracias a Dios”, y de cómo mi manía gramatical y ortográfica me hace capitalizar el nombre de Dios, a pesar de pensar que realmente la gente que cree en Dios es evolutivamente inferior. Sí, ahí os dejo el comentario rastrero.
Por tanto, voy a adoptar lo más posible “Gracias a Björk” en mi vocabulario. Tampoco creo en Björk, aunque no dudo de su existencia; pero me parece una versión que va más conmigo.

Otra cosa que he dicho en público y por escrito y necesito sustituir es “me pilla el toro”. Me veo malinfluenciada por una sociedad arcaica. Para eso no tengo sustituto. Necesito doce tesauros.

A pesar de todas mis quejas, sin las cuales no soy nadie, he de decir que Septiembre está siendo mejor que Agosto. Creo que me estoy acostumbrando a la rutina diaria, y pronto me compraré un traje de Adolfo Domínguez, y volveré a casa a las ocho de la tarde, y, en lugar de traer seis latas de Mahou clásica, beberé vino blanco en copa de cristal mientras reviso el informe del mes y escucho a Gershwin. Y sólo algún día, de vez en cuando, habrá una ocasión especial, y volverán mi juventud y mi energía vital para llevarme a bailar mis guilty pleasures en cualquier oscuro antro, sin recordar a la mañana siguiente lo que sucedió la noche anterior.
Sólo pensar en la posibilidad de que este último párrafo ocurra me ha hecho tener escalofríos de terror. En cuanto me termine esta cerveza, voy a ducharme, voy a salir a la calle, y me voy a tomar otra cerveza. JUST KEEP LIVIN’. L – I – V – I – N.




Tuesday, July 17, 2012

Ya no hay más Verano



Veamos, dónde me quedé?
El 4 de Julio lo celebramos como nuestra bella nación se merece y comimos patatas fritas, hot dogs y hamburguesas. Todo, desafortunadamente, vegano. La vida de un vegetariano es muy dura cuando el olor de una barbacoa hace que se te salten las lágrimas. Sé que ese no es el caso para la mayoría, sé que es sólo mi caso porque soy un caso perdido. St Jude.
Disfrutamos nuestra comida con nuestros animales y nuestros progenitores, y retrasamos la partida lo más que pudimos. Había que volver a Madrid, para hacer la última salida nocturna antes de volver a Inglaterra.
En el autobús tratamos de jugar a "Hacer listas". Sólo llegamos a una serie de nominaciones a "Mejor perro de peli", "Mejor casa de peli" y "Mejor coche de peli". Decir que ganaron, respectivamente, en una feroz competición, Verdell, Big y el Delorean.
Cogimos un pato (Ferio®) y nos fuimos al hogar antes de partir hacia el concierto de Mal Du Ciel, nuevo grupo de Marco y JR. No estoy de acuerdo con el nombre pero es el que eligieron y lo respeto.
El concierto era en Moby Dick, a donde se llega "en 20 minutos" en autobús. Obviamente eso es un cálculo falso, ya que desde mi casa a cualquier sitio de Madrid se tarda 20 minutos. Como en Los Angeles.
Obviamente también, no fuimos en autobús sino en taxi. Allí nos encontramos con la gente. De nuevo caigo en la tesitura de listar a toda la gente con la cual nos encontramos. No lo voy a hacer, por mantener la privacidad de sus vidas. Menciono sólo a Julio porque es al que más quiero de todos.
Tratamos nuevamente de mantener el control de pedida de cervezas en el nivel más bajo posible, pero cuando hay 2x1 el sistema actúa contra ti.
Me resultó muy grato que el siguiente grupo fuera Chinasky, donde toca mi buen amigo Marquitos al que también me hizo especial ilusión ver. Y me gustó mucho el concierto.
Otra gente llegó después de los conciertos. Fue divertido e inusual.
Anduvimos en la noche Énan, Rania, Grillo y yo por la Castellana hasta encontrar un teko. Y yo dormí 2 horas, una en una butaca y otra en un sofá, para partir hacia el aeropuerto a las 6 de la mañana y llegar al trabajo 6 horas después.
El buen Grillo me acompañó a la parada del Airport Express en Cibeles. Me dio pena dejar a un grillo en las calles a esas horas. Pero pronto nos veremos, un jour de couleur d'orange. Es decir, este jueves. Por lo menos tenemos nuestra clásica postal de Madrid de recuerdo.
Al aeropuerto llegué con cierta holgura, y con un intenso dolor de cabeza por falta de sueño y exceso de cerveza. Necesitaba tomar un ibuprofeno, para lo que necesitaba agua. El agua la venden en la máquina de agua, por el módico precio de €2.60 por 500ml. Obviamente no llevo tanto dinero encima, hijito, sino un billete de €10. Tuve que comprar un Huesitos en la tienda de Relay por algo así como €1.80, y luego comprar la botella de agua.
Fue entonces cuando desarrollé mi nueva teoría. La conspiración sobre la posibilidad de hacer bombas líquidas y llevarlas en los aviones es un invento de FontVella y Coca Cola. Está tan claro que me sorprende no haberme dado cuenta antes. CLARO que no puedes llevar agua de fuera, porque te habría costado 35 céntimos. Así no pueden hacer beneficios. Así que TE JODES y compras 500ml por €2.60. Y de paso te jodes y engordas con tu Huesitos. Estaba rico, eso lo he de confesar.
En fin, que la conclusión es que no existen las bombas líquidas que puedas meter en una botellita de FontVella. Hijos de puta.
No voy a explayarme en mi viaje de vuelta. Tardé tres horas en llegar a la oficina y eso me jodió. Y llovía.
Fueron unas bonitas vacaciones, y espero veros a todos antes o después.
Adiós.

Tuesday, July 10, 2012

Verano en la Granja Blanca



Domingo. Me desperté por la mañana con esa boca pastosa que sólo la resaca puede proporcionar. Estaba enfadada, y condenada a la oscuridad de la cueva. Me senté en el sofá a echar una fika y considerar las opciones de la mañana. La mañana en un piso compartido es difícil. Nunca quieres ser el primero en levantarte y empezar a hacer ruido, especialmente si conoces a los otros ocupantes y sabes que no tienen buen despertar.
De nuevo aproveché la condición de la cueva y decidí ver una peli. Elegí Old School. A los 5 minutos ya desperté a Grillo, y se sentó a verla conmigo sin decir nada más. A los 10 minutos ya desperté a Aiti, y salió, dijo buenos días, y volvió a entrar. Domingo por la mañana, nunca el mejor momento de entablar conversaciones.
Reí mucho viendo Old School entera, mientras Car trataba de hacerse la buena cocinando un desayuno copioso para todos. Café, zumo de naranja natural, croissants, sandwich de doble de queso y sí, cómo no, patatas fritas. Fue un buen desayuno - comida - cena.
Después de eso no hicimos nada, salvo ver American Pie: Reunion. Es un poco más seria que el resto, pero sigue habiendo mierda y cosas de esas que nos hacen reír.
Estando en Madrid se queda y sale con gente, así que quedé con mi buena amiga Jimena. A pesar de que pida zumo de naranja en la terraza de un bar mientras yo me pido una cerveza, es una gran persona a la que profeso genuino amor.
Se acercaba la hora del partido, la hora para la cual todo este viaje se había programado. Mi plan inicial de ignorar a mis amigos e irme a verlo al Wild Thing como mandaba la tradición, se fue a lo que viene siendo la mierda.
Ya sabéis cómo son las tradiciones: si ves el partido con una camiseta roja y gana España, tienes que ver el resto de partidos con una camiseta roja o perderán. Lo mismo ocurre si lo ves con un grupo de amigos u otro, si bebes Heineken o Mahou, o si coincidió que ese día no te habías duchado. En el caso de mis amigos (Car, Aiti, Pat, Al) la superstición fue seguir viendo los partidos en LA GRANJA BLANCA.
La Granja Blanca es un bar de esos de Madrid que consisten básicamente en una barra a la izquierda, dos mesas al fondo, una máquina de frutas a la derecha y una tele de esas pequeñitas que cuelga del techo. Sí, amigos, la gente decidió ver TODA LA EUROCOPA en básicamente una tele de hospital. A pesar de todos mis intentos de ir a otro lugar donde pudiera ver algo, tuve que acabar en La Granja Blanca. Pero obviamente, dado el resultado final, no me arrepiento. Aunque espero que Brasil 2014 empiece en otro bar. Un sports bar de Nueva York, por ejemplo.
Vinieron los amigos al partido, incluyendo LAMARGA, que aparte de ser genial de por sí, es más genial porque pide cañas dobles.
Obviamente fuimos gente feliz durante esos 90 minutos. Sobre todo yo. Gente feliz. Por si acaso el mundo se acaba y lo único que sobrevive a la explosión es el servidor de blogspot que contiene estos relatos, pues España ganó la Eurocopa 4-0. Ahora me pongo a pensar que si el mundo se acaba y lo único que he contado es que ganamos 4-0 va a ser muy deprimente. No sabrán contra quién, ni la Eurocopa de qué, ni quién metió los goles, ni dónde se celebró, ni que ese mismo día Pamela Anderson cumplía 45 años... Bueno eso último sí.
En cualquier caso, estuvo muy bien, vi a mis queridos amigos y además gané y además fuimos a Cibeles vestidas de cosas raras. El único aspecto desagradable de la noche fue que Aiti tiró su móvil al váter. No todo puede salir a pedir de boca, supongo. Pero en general, sí, mereció la pena.


Después de tanto gritar gol y tanto cafrerío español que sólo se da en estas ocasiones de interés nacional, la realidad empieza a manifestarse: Acabas de ir andando por la calle con una cabeza de cangrejo en la cabeza, te has hecho fotos con gente que canta "yo soy español" y has tolerado que soplasen trompetas de manera incesante en lo que viene a ser tu cara. La hipocresía que irradia mi ser podría iluminar el condado de Bishop, Alabama.
Al final lo celebramos como sólo nosotras sabemos hacer: comiendo patatas fritas. Y qué hacen tres troncas al volver a casa, en vacaciones, tras celebrar una victoria deportiva? Pues ver SENTIDO Y SENSIBILIDAD. Enterita.

Monday, July 9, 2012

Verano del Terror


La casa de Madrid es espaciosa. Esto hace que podamos acumular en ella todo tipo de artilugios, ya sean útiles o inútiles. Allí tengo la mitad de mis posesiones, que normalmente o no servirán para nada (los libros de Twilight) o serán el objeto de mi anhelo profundo (Malkovich, mi tele, o Mikey, mi minicadena). Ni que decir tiene que no me llevé nada. Dejé allí a Porkovich, el cerdo feliz, para que lo lleven al pueblo con el resto de animales. Ni siquiera me llevé mi paraguas, el cual me sería muy útil en la vida. Ya lo creo.
El único inconveniente, aparte del ruido de la calle, las obras, el olor del bar, las goteras, las vigas que se mueven etc, es que el salón es una oscura cueva, a la cual llegas y no sabes bien qué hora del día es. Esto me viene muy bien a la hora de levantarme por la mañana e irme al sofá a ver una peli. Yo no veo pelis cuando fuera es por la mañana. Así engaño a mis principios, y eso me gusta.
El Grillo puso Tienes un E-Mail para hacer la gracia un rato. Ella no sabía que pensaba verla entera. Y así fue, la vimos entera. Gran comienzo del día, con pipas y café.
El pobre Grillo no había comido pipas y tenía hambre. Así que nos fuimos a desayunar (a las 4) al Home Burger Bar nuevo que han abierto en el barrio. Cerveza, hamburguesa vegetariana, patatas fritas y aros de cebolla. Evidentemente todo esto es demasiado para dos pobres personajillos como nosotras, pero hey, en la vida hay que comer patatas, right? Y las del Home están muy ricas.
Después de eso me dijeron que íbamos a una tienda del barrio llamada Vegan Planet a comprar comida para nuestro 4 de Julio vegetariano. De esta sentencia, hay varias partes que son mentira.
Realmente la tienda se llama "Planeta Vegano". Eso son cosas del Grillo y se aceptan. Pero el "barrio" nunca fue Lavapiés. Me engañaron para ir a Lavapiés. Ya sabéis que a mí no me gusta ir a Lavapiés. Ya no es sólo el nombre, que es de tan buen gusto como Despeñaperros, sino el olor a tetería y variantes. Más adelante en el día me daría cuenta de que la fragancia Eau de Meados no es exclusiva de Lavapiés, sino que se extiende hasta Chueca, pasando por Gran Vía, Alcalá, y sí, mi estimado barrio de las Letras.
Paramos antes a tomar un café en el Barbieri, que nos gusta, y escuchamos a Tchaikovsky o Korsakov o a cualquiera (no voy a ir de entendida de la vida, no tengo ni zorra, fuera lo que fuera, molaba).
En Planeta Vegano Car compró muchas cosas para el festín del Día de la Independencia, y nos pedimos un Club Mate y una Mate Cola. La Mate Cola tiene tanto azúcar que creo que me subí al techo en un momento dado.
De vuelta a casa nos pusimos a ver Trailers. Gustamos de ver Trailers. Yo ya había visto casi todos, pero hay algunos que merece la pena revisitar. Sin embargo, la maldición de la visita a Madrid implica siempre salir de casa, y mucho.
Era el desfile del Orgullo Gay. Queríamos ir a Malasaña y decidimos que la mejor manera era evitar la Gran Vía e ir por la calle Barquillo. Ciertamente era la mejor manera, si bien la calle Marqués de Cubas era el váter oficial de la ciudad, con el culo de una tía entre cada dos coches, y regueros de meado que provenían de la fachada del Banco de España.
N. del A.: A la gentuza que mea en la calle: sois gentuza.
Prácticamente corriendo, salimos de ahí. Al Grillo se le ocurrió quejarse a un policía. Como si el policía fuera a poder hacer algo.
Gentuza!
Cruzamos la calle Alcalá bajo una carroza que tronaba con horterismo, y seguimos nuestro camino a paso ligero huyendo de la muchedumbre.


En el camino, encontramos el In Dreams de la calle San Mateo, bar californiano vacío en el cual ponían los Beach Boys. Y yo soy muy fan de los Beach Boys. Así que pedí dos cervezas. "De cuáles?" "Pues de las grandes" "Tengo jarras grandes congeladas" "De esas, claro!". Cada una con nuestro litro de cerveza nos fuimos turnando para sentarnos en distintos ángulos hacia la ventana y en distintos sofás, echando fikas, viendo pasar gente (des)vestida para la ocasión que se daba en el barrio contiguo y esperando a que vinieran los demás.
Al final vino toda la gente que iba a venir. El problema de este blog es que yo cuento mi miserable vida porque soy una egocéntrica y no me molesta que la gente sepa lo que hago a todas horas. Pero luego debería narrar que vinieron X, Y y Z, y a lo mejor X mintió a su madre para aparecer en el garito. Y nunca se sabe, amigos, nunca se sabe.
El caso es que tras un rato agradable y muchas más jarras de esas, cambiamos de lugar, y todo se fue a la mierda. Amenacé a 2 grupos distintos de personas en la calle Fuencarral por hablarme y mordí la cara de mi hermana. Todo perfectamente justificable, claro.
Y nos fuimos a casa, sí. Quiero pensar que recibí patatas fritas de compensación pero no recuerdo que así fuera.
Dormí poco, y mal, en la cama compartida, porque yo ya no tengo cuarto. El caso es que lo que me hizo darme cuenta de que verdaderamente ya soy un huésped en Madrid no fue lo de no tener cuarto, sino el recibir una tualla de IKEA en lugar de una de las buenas del Corte Inglés. Vivir para ver.

Sunday, July 8, 2012

Verano en la Villa



Hablaba completamente en serio cuando decía que si España pasaba de Cuartos en la Eurocopa me iba a ir a Madrid a ver la final. Lo que pasa es que cuando se vive al límite como hace el buen Churk, es muy difícil apostar el dinero del vuelo por que pasemos de Semis. Yo no apuesto, porque como bien sabe cualquiera que me conoce, tengo muy mal perder. MUY mal perder.

Todos creíais que era un plan de última hora tras ganar a Portugal, eh? Pues no. Estaba todo calculado. Sólo me faltaba pedir vacaciones y comprar el billete. Es decir, nada estaba calculado. Pero yo tenía un backup plan. El dinero iba a gastarse igual. Porque tocaba Suede en el Hop Farm Festival el día 1 y si España no jugaba la final, aquí el Perk se iba a ir a ver a Suede. Quién me iba a decir que iba a elegir ver el fútbol en lugar de ver a Brett. La vida da giros inesperados.

En cualquier caso, vi el partido de Portugal en el Enterprise, rodeada de portugueses o ingleses que iban con Portugal porque eran unos desgraciados. Estaba claro que la final no podía vivirla en el país hostil donde resido. Estaba claro que tenía que irme a la patria.
El jueves por la mañana compré un billete para el viernes por la tarde. Eso es así. La compañía más barata era Air Europa. So, Air Europa it is.

Hice mi maleta (vacía) y partí hacia Gatwick con 17 horas de antelación desde Weybridge, porque no te puedes fiar de los trenes maléficos de Inglaterra.
Me gasté medio millón en WHSmith como es tradición, afortunadamente parte de él en la nueva Empire Magazine.

El avión no era mucho mejor que los de EasyJet, por mucho que digan los pijaldres. Sí, el vuelo estaba invadido por pijos españoles que trabajan en la City, y que gustan de contar cómo trabajan en la City y cómo les gusta viajar en compañías no-low cost y recomiendan lugares de mierda en Londres a la gente que se encuentran en el avión. Y como bien sabéis esto lo hablan en la parte del vuelo en la cual he de apagar mis aparatos electrónicos y oírles. Odio escuchar conversaciones ajenas, y sobre todo cuando son mierda. Me calmé leyendo mi Empire de principio a fin, y completando mi crucigrama.
De nuevo llegó el momento del aterrizaje y el apagado de los aparatos electrónicos. Y por supuesto fue el momento en el cual un tipo decidió que era menester ponerse a cantar LUZ CASAL, sin ningún tipo de tapujos ni consideración por el resto de pasajeros que tenían que escucharle. Cuando acabó se oyeron murmullos de "joder, macho, menos mal"(vale, era yo). Pero no quedó contento y decidió que era el turno de Nena Daconte.
La mierda de Air Europa es peor que EasyJet porque no tiene finger, tiene autobús a la terminal. Odio el autobús a la terminal. Sobre todo porque me tocó con el tipo que cantaba al lado. Le miré con tanto odio que hasta me dio vergüenza y decidí bajar la cabeza el resto del trayecto.
Tenía reservados 10 euros para el autobús que te lleva a Cibeles que antes valía 2 y ahora vale 5. Teniendo en cuenta que me había gastado 14 libras en ir a Gatwick, no me invade en absoluto la indignación.
El Grillo me llamó desde una cabina para decirme que iba a ir a buscarme a Cibeles. Eso fue una gran alegría porque me trajo una couk bien fría entre otras cosas. El Grillo lleva mi maleta cuando yo llego a Madrid. Nos echamos unas fikas en el Paseo del Prado, y vimos perros. Y lucía el sol.

Mi planazo del viernes: ir a Chueca a conocer el bar de Seb. El planazo del viernes de toda la humanidad: ir a Chueca porque es el Orgullo Gay. No voy a soltar todos los improperios que solté en ese momento de intentar atravesar la plaza. Sólo diré: IDEAS DE BOMBERO.

Sabéis qué? Que Seb no estaba en el bar ese día porque tenían un puesto en Callao. Así que nos tomamos una cerveza con Julien, y dijimos "vayamos a saludar a Seb a Callao!". IDEAS DE BOMBERO.
Que qué me encontré en Callao? A OBK EN DIRECTO.
Todo era un poco Fracásibol, y yo no soy Fracásibol, que yo sepa. Huímos de ahí y fuimos al Templo del Gato, a bailar un poco y beber demasiado.
Conocimos gente, hicimos el ridículo, nos reunimos con otras personas y RECHAZAMOS chupitos gratis, porque nos portamos bien. Cuando nos íbamos a marchar parecía que el DJ lo sabía porque empezó a poner cosas de las que me gusta a mí bailar cuando limpio la casa: Kiss, Cheap Trick, Thin Lizzy. Así que nos quedamos. Terminamos la noche bailando el ballet de Life on Mars, y cuando cerraron nos fuimos en busca de pizza nocturna.
Había cola en algunos de los sitios de pizza, así que fuimos a uno en Huertas. Al llegar, el chico de la pizzería (Santiago Pollo) nos preguntó cuántas pizzas queríamos. La única respuesta posible a eso es TODAS. Así que pedimos TODA LA PIZZA y nos la llevamos.

Voy a dejar el día siguiente para más adelante. No es que vaya a ser una historia trepidante llena de ricos personajes ni aventuras impactantes, pero me tengo que pensar la narrativa adecuada para evitar meterme con gente y sucesos reales.

Saludos cordiales.