Ha
llegado el buen tiempo a Europa, y con ello llegaron mis vacaciones, el Global
Corporate Challenge® y el nuevo reto que decidimos ayer: Around London in 80
Pubs. De aquí a Septiembre, 80 pubs en todos los boroughs de las zonas 1 y 2. Que
vamos a morir? Sí. Que merece la pena? Desde luego.
Chevy Thunder, Chevy, Chevy Thunder.
El
buen tiempo en Londres no es moco de pavo. Tiene algunos inconvenientes, como
el constante olor a barbacoa que emanan todas las casas con jardín, que te hace
querer comerte siete bueyes y sacrificar otros siete a los Dioses.
También
está el furor que se desata en los ingleses, que deciden dejar toda su ropa y
su pudor en sus casas y salen a ofenderte con sus chanclas. Abuelas con
camisetas ceñidas y sin sujetador. HELP.
Relax,
Inglaterra, que sólo hace 17 grados, no es necesario despelotarse e irse al
canal con nada de ropa salvo un penacho. True story.
Chevy Thunder, Chevy, Chevy Thunder.
La
semana pasada estuve de vacaciones en los pueblos de España. El destino elegido
fue Barcelona, con la excusa del Primavera Sound.
Barcelona
es un buen lugar. Hace calor, y hay que añadir 20 minutos extra a cualquier
viaje a pie porque Google no tiene en cuenta que hay que esquivar hordas de
japoneses que hacen fotos en el Passeig de Gracia, pero es barato y en el metro
ponen la música de los Goonies para anunciar la siguiente parada.
Estuve
en el mar con los chicos. Wally lo vio por primera vez, pero no le dejé bañarse
porque es un pescado de río.
Fui
por las calles mirando caras de gente en busca de músicos, minor celebrities y
Fred MacPhersons. No conseguí ver a nadie, pero al final del día llegaba a casa
y veía a Blanca, un ejemplar magnífico de perro blandito que me ama y se parece
al buen Puncho.
Chevy Thunder, Chevy, Chevy Thunder.
En
el Festival hacía frío, pero como yo me había quemado como una langosta iraquí,
mi piel hacía un efecto invernadero que me protegía del viento del
Mediterráneo. La compañía fue excelente y los conciertos sorprendentemente
agradables. No me enfadé con nadie ni traté de quemarle el pelo a ningún otro
asistente, y Blur sólo tocaron un par de canciones que no me gustan, siendo
compensado con Under The Westway, que me recuerda a mi hogar Hakniano y me hace
feliz.
También
me hace feliz caminar la Diagonal entera en busca de un taxi a las 3 de la
mañana. Sé que a nadie más le gusta eso, pero yo soy un churk de costumbres
extrañas.
Chevy
Thunder!
El
final de los días de asueto fue pasado en Sitges con las hermanas, bellas
personas que me llevan a bellas casas y a comer pizza y beber cerveza. Poco más
se puede pedir. Bueno, sí, más días de asueto. Pero me di cuenta de que siempre
es mejor evitar pasar mucho tiempo en la playa, no vayas a acostumbrarte a una
vida de relax y calidad, sin extreme commuting o accidentes en los trenes.
He
llegado a mi lugar de trabajo así que debo dejar de escribir.
Diré
que ayer conocí a Fred, una perra que habita en el Southampton Arms, el primer
pub de nuestro challenge, con la que jugué a la pelota y recibí a cambio
demasiada efusividad y un mordisco en el dedo meñique. Menudo ser bello y
jovial.
Sabía
que tarde o temprano conocería a Fred. Vale que yo esperaba que fuese
MacPherson, porque al fin y al cabo me persigue donde quiera que voy. Que si el
Alibi, que si Dalston, que si el Primavera Sound... Pero Fred la perra supongo
que es mucho mejor. Aunque MacPherson no me mordería.
Chevy Thunder, Chevy, Chevy Thunder.
Por
último, aunque esto ya lo he proclamado con ahínco donde quiera que se me haya
escuchado, decir que Star Trek Into Darkness es la mejor película que he visto
en mucho tiempo, que prueba que en efecto Benedict Cumberbatch es de un planeta
exterior habitado por una raza de superhombres, y los jerseycitos de colores
entallados de Starfleet son un completo WIN.
Correr
en círculos fue la única reacción posible ante tan increíble creación
cinematográfica.
Voy
a trabajar. Baaaaaaaaaaaaaaaaaaah.
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