Domingo, 25 de Marzo de 2012
Hoy era el día de descanso. Demónibol se enfundó una
coleta chacha, vaqueros y Vans y se negó a ducharse.
Comenzamos el día en el combini, claro. En Japón venden
cafés calientes y fríos en latas, en máquinas. Y las anuncia Tommy Lee Jones.
Creo que este día no fue el que probé el capuccino de lata. En cualquier caso
el día que fuere me hizo aprender la lección de no volver a probarlo nunca más.
Dimos un paseo por Tsukuba, en el centro aeroespacial
este. Por eso hay un cohete. El cohete mola.
También hay un lago lleno de carpas que me frikan out
muchísimo porque tienen hambre y se acercan a la orilla y se ponen unas encima
de las otras, con esos ojos y esos bigotes de animal prehistórico alienígena.
Pero también vimos una grulla, que dan suerte.
Yo pasé frío mientras Car y Aiti grababan la continuación
del vídeoarte de Aiti: Tsukuba, Ghost City en Chuo Park.
Si alguien sabe qué hace este señor y por qué, y qué está
permitido y qué no, que me avise:
Luego fuimos al centro comercial. Ropa, ropa, ropa. La
ropa en Japón es muy bonita, si alguna vez me interesase mínimamente
comprármela, sería un buen lugar para hacerlo.
En el centro comercial había muchas “hijas de Car”. Car
siempre dice que quiere adoptar una niña china. Alega que de mayor sería muy
guapa. Y hay un prototipo de japonesa de pelo corto y veintitantos años que
decidió que era su hija. No importa si su hija es mayor que ella. La quiere
adoptar a los 22. Total, no pasó un sólo día sin que viera a una y dijera “NO
SIN MI HIJA!”. El Grillo.
Estuvimos un buen rato probando sofás en Muji. Qué gran
empleo sería ese.
También vimos una tienda magnífica de juguetes y memorabilia
ochentera de la buena. Estaba Alf y ya sabéis lo mucho que nos gusta Alf.
Decir que la misión era encontrar algo que fuese una piña,
porque a Aiti ahora le gustaban las piñas y decidió que si fuese una fruta
sería una piña. Pendientes de piña, colgantes de piña, muñecos de piña. Esto se
convirtió en otra canción de Songify, claro. A pesar de esta piña que
encontramos, no la compró.
Yo tomé Starbucks y eché una fika ilegal en medio de la
calle. De cenar me iban a hacer una tortilla de patatas para mí. Pero El Grillo
quería algo japonés para ella. Así que más o menos hicimos el Borat una vez
más, “and what ise this” en cada uno de los puestecitos de comida para que
Pesádibol comiese. Yo compré pan (yo sola! Arigato gozaimas) y esperé, y
esperé, y esperé.
Pesádibol compró una bola de algo y más cosas para comer y
se puso muy contenta. Y luego cogimos el autobús para volver a la casa.
Pesádibol se dejó su bola de algo en el autobús. Cosas que hace ella.
Aiti me hizo mi tortilla y no pude más que morir de
felicidad y por supuesto comérmela entera como el Kartoffen que soy. Cena española
con Mayor de Castilla. Yo no lo tomé, pasé un día completo sin alcohol. Por eso
supongo que es un día tan ligero. Pero se agradece, amigos.
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