Cuando dije que hoy no hicimos nada es por eso, porque no
hicimos nada.
Tendré que engrandecer los acontecimientos de un día tan
común. Allá voy.
Por la mañana, yo no tenía prisa por levantarme. El plan
era ir al Tsukuba Center en busca de los billetes del autobús del aeropuerto,
comprar algo de comer y dar una vueltecilla. El Grillo, viendo la situación de
calma y vaguería dijo “yo a lo mejor voy yendo al Tsukuba Center y os espero
allí”. Como si eso fuese algo posible. Aún así seguía con la idea en la cabeza.
Yo seguía en la cama cuando Aiti me dijo algo y contesté “that’s
irrelevant”. Aiti gusta de canturrear y tiene una vena folklórica intrínseca.
Así que contestó “that’s irrelevant, that’s irrelevant, dubidubi du dubidubi du”.
Lo convirtió en una melodía. DIVERSIÓN dijo “oh esto hay que grabarlo con el
Garage Band”. Así que eso se hizo y se invirtió buena parte del tiempo que El
Grillo “nos esperaría en el Tsukuba Center” en el temazo. Por supuesto nadie se fue de la casa antes de
las 4 de la tarde. *Nota del autor: esto pudo ser cualquier otro día, si os
digo la verdad. Pero la autobiografía es lo que tiene.
Una vez más perdimos el autobús en nuestra cara, así que
cruzamos el campus para coger el otro autobús. Decir que en Tsukuba viven los
estudiantes de Scuba Diving y era fin de curso. Allí, al contrario que en
cualquier país civilizado, los estudiantes se mudan a pisos vacíos y se tienen
que comprar su propia nevera, su propia lavadora, su propia cama. Y cuando se
van, tienen que llevarse su propia nevera, su propia lavadora, su propia cama.
Esto desencadena en que es fin de curso y la calle está llena de lavadoras,
neveras y camas con las que no han sabido qué hacer. Es muy absurdo. Aiti
también debía deshacerse de todas esas cosas. Me extraña que no haya una mafia
europea de vigilantes en los vertederos para compra y venta de lavadoras. Si yo
viviera allí ya sería el Capo Demónibol. Bueno no, si yo viviera ahí sería una
señora muy gorda y deprimida con gatos. Porque menudo agujero. Pero eso es
irrelevante. Dubidu Dubidubidu Dubidu. Eso sí, hay que darle la enhorabuena a
Aiti por haber aguantado 4 años. Eso es fuerza de voluntad. Al parecer la
leyenda dice que los estudiantes de Tsukuba se convierten en árboles mientras
mueren en la agonía que proporciona el lugar.
En el Tsukuba Center compramos los billetes de autobús y
tratamos de pedir un taxi para recogernos a las 5:30 de la mañana siguiente.
Todos los servicios de radiotaxi nos dijeron que no trabajaban tan temprano.
Íbamos con maletas gigantes llevando mudanza de Aiti así que el caminar no era
una opción válida. La opción desesperada era coger un taxi a medianoche al
Karaoke con las maletas y pasar allí la noche. Por desgracia para vosotros,
Aitana encontró un taxista que le dijo que nos recogería, así que no hubo
aventura sorprendente y curiosa.
En el supermercado compramos víveres para el avión a
saco, sabiendo que una tendría curry indio y otra NADA para comer en el vuelo.
Compré más García Baquero para hacerme 3 sandwiches que me alimentasen. Y
M&Ms para satisfacer el visionado de buenas pelis! También tenía pipas que
me había traído expresamente El Grillo para los dos trayectos. Todo estaba bien
planeado.
Echamos unas fikas en la zona de fumadores de Tsukuba.
Nadie entiende este cartel.
Estábamos como a 1 metro de la zona cuando una señora
salió del Center y nos dijo que si podíamos por favor fumar más cerca de la
zona. Esto en perfecto inglés. Seguro que todos hablan inglés cuando quieren.
Luego nos dimos cuenta de que la señora dedicaba sus días a estar en la puerta
del Tsukuba Center vigilando a ver quién fuma a más de 1 metro de la zona de
fumadores.
Volvimos a la casa porque venía gente a coger muebles a
Aiti. Allí en la casa charlando con los amigos de repente hubo un terremotito.
El segundo en nuestra estancia. En el primero, Car se acojonó y estrujó la mano
de Aiti y me dijo “ven Pec!” para que fuera a estrujarme con ellas también.
Pero yo elegí mi cama hinchable y me tumbé en ella mientras pasaba el temblor
de tierra. Esto Car me lo reprochó: “No quisiste morir conmigo”. Supongo que
era porque sabía que no íbamos a morir. O no. Nunca lo sabremos.
En este segundo terremoto Car estrujó la pierna de la
amiga de Aiti. Eso es así.
Estuvimos recogiendo la casa, tirando millones de cosas
que cualquiera con cierto Diógenes habría conservado, y quitando cosas de las
paredes. Y comiendo nachos. Mmm nachos.
Como última cena fuimos a un restaurante que le gustaba a
Aiti en el barrio. El de la foto. Tenía para cocinar yakisobas en tu mesa. Y
pitchers. We like pitchers. También había muchos muñecos por todas partes,
incluyendo esto de aquí.
Yo pedí patatas fritas (CLARO) y comí un poco de lo que
había en la mesa. De postre pedimos unos cócteles con frutas. El mío de
manzana. El mío era el mejor. Como siempre.
Volvimos a la casa y el plan era no dormir pero Aiti y El
Grillo se fueron quedando dormidas. Yo me dediqué a estar en internet y comer
nachos. Luego me reprocharon el ruido que hacía la bolsa de nachos mientras
dormían.
Al final eché una cabezadita. Todo salió de acuerdo con
lo planeado y el taxista estaba ahí a las 5:30. Llegamos al autobús con 20
minutos de antelación que invertimos en helarnos esperando y viendo a Teguci
huír de los cuervos.
Nos despedimos de Aiti. No fue doloroso, la veríamos muy
pronto.
El buseto del aeropuerto es más cómodo que el avión. Se
echan patrás los asientos, y va tan despacio que el movimiento es como el de
una cunita. Tras 2 horas desgraciadamente llegamos a la Terminal 2.
Echamos unas fikas® y luego nos pusimos a la cola de
British Airways. El Grillo fue a ver qué había por ahí mientras yo esperaba, y
me trajo un croissant. No había más que gente que venía de esquiar. Al parecer
la gente se va hasta Japón para esquiar.
Pagamos exceso de equipaje(claro) y pasamos el control
etc etc. El control es un poco broma, no te tienes que quitar los zapatos ni
nada.
Y fuimos a echar una fika. Allí se puede fumar cuando
pasas el control :) FIKAAAAS! Por supuesto es un ambiente repugnante pero es
mejor que nada.
Y luego yo me fui a sentar mientras la gente es absorbida
por la publicidad y el consumismo de los aeropuertos. Me pone enferma lo de los
aeropuertos. BURBERRY. Vete a comprar un bolso BURBERRY al AEROPUERTO, IMBÉCIL!
Avión. Mismos asientos de la ida. Delante tenía a un
occidental que estuvo la mayor parte del vuelo sin bajar su respaldo. SCORE!
El Grillo se sobó prácticamente todo el vuelo. Y yo no me
sobé prácticamente nada y vi muchas muchas pelis, entre ellas I Love You Man
que cada vez me gusta más. Anwar El Sadat...
Y El Grillo se comió uno de mis sandwiches
¬_¬
Y justo antes de llegar vimos The Departed (tradición)
pero la megafonía justo apareció en mi escena favorita (cuando suena Comfortably
Numb en el apartamento de Little Miss Thing). Ya llegábamos!
Y en UK me despedí de El Grillo. También la vería pronto.
Y hacía 22 grados, el sol brillaba, los almendros estaban
en flor y fui feliz en mi pequeña isla. Y tardé 20 horas en llegar a mi casa. Y
vi Lost in Translation. Y la dejé a la mitad porque se me había olvidado que
era un coñazo insufrible.
Y ya está, eso ha sido el viaje a Japón. Phil Connors,
gracias por verme. Hasta la próxima.
Aquí os dejo el terror. No me juzguéis.
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