Come and knock on my door
Bueno hoy desperté a limpiar la mierda de anoche, lamentándome a cada paso que daba en mi miseria zarrapastrosa.
Luego eché una siestecilla.
Luego vino Orejas y todo fue a mejor.
Marché a la plaza del Reina Sofía otra vez arrastrándome.
Decidí que esto termina aquí: los próximos 3 días serán calmados.
He visto los Soprano con Orejas toda la tarde.
Mi querida Kaynsington volvió y trajo una hamburguesa para Orejas y para mí.
Ahora hay que dormir.
Au revoir.
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